TEXTO: Javier Comas
FOTOS: Real Venta de Antequera
y Aníbal González
Tras su reinauguración en 2015, la Real venta de Antequera cuenta con hasta seis salones para celebrar todo tipo de eventos, celebraciones y reuniones. Un recinto que puede albergar al mismo tiempo entre 1.000 y 2.000 personas con los mejores servicios dentro de uno de los lugares con más historia de la ciudad.
Su historia
En 1916 fue fundada por Carlos Antequera, mozo de espada del matador de toros Antonio Fuentes. Al llegar su retirada montó una bodeguita frente a la Catedral que, después de unos años, le permitió comprar los terrenos donde construyó la primera Venta de Antequera. Aquel espacio contaba con unos diez u once mil metros cuadrados y se encontraba en Guadaira, donde daba la vuelta el tranvía en el fin de su trayecto, casi frente al Estadio del Betis. Carlos Antequera proyecta allí un lugar para el descanso de viajeros en dirección a Sevilla.
Ya en 1927, Carlos Antequera comienza a relacionarse con el mundo taurino y ferial, al convertirse en fonda de toreros y ganaderos y cobijo de los toros. La Venta de Antequera era la última parada antes de que tuviera lugar la faena en la Plaza de la Maestranza.
Aquellas temporadas taurinas
El comienzo de la temporada taurina convertía cada año en este lugar en un punto de encuentro para todos los aficionados. El Sábado de Gloria aparecían por aquí para echar un vistazo al ganado que había llegado el viernes en corrales de trancos de madera desde la parada de los Merinales. Pero, en la Feria, el público acudía en masa y podían servirse hasta trescientas comidas.
Desde entonces, se convirtió en referente del mundo cultural y taurino de la época. Allí se reunió por primera vez la Generación del 27 para preparar ese homenaje a Luis de Góngora gracias a la gestión del diestro Ignacio Sánchez Mejías.
Llegado el año 1929 y su Exposición Iberoamericana, la Venta de Antequera alcanza su periodo más ilustre. En aquel momento, el hijo del fundador dotó el recinto de un carácter más ambicioso involucrando a los bodegueros de Jerez para que construyeran allí sus pabellones promocionales alrededor de los corrales de ganado.
Del 29 a la actualidad
Cada bodeguero hizo su pabellón a su estilo, los pabellones construidos fueron los de las bodegas González Byass, Domecq, Osborne, Marqués de Mérito, Garvey Sánchez Romero y Agustín Blázquez. Su construcción se dilató entre 1927 y 1929 y en los acabados se emplearon todos los materiales típicos del movimiento regionalista con abundante representación cerámica, teniendo un ilustre ceramista de la época, Enrique Orce, gran presencia.
También participaron los talleres de Santa Ana, Ramos Rejano, Montalván y diseños del gran Recio. La mejor cerámica de Triana para decorar un enclave único.
En 1930 se produjo la visita inesperada del Rey Don Alfonso XIII que, según cuentas las crónicas de entonces, quedó tan encantado en su visita que como consecuencia otorgó el título de Real a la Venta de Antequera.
Tras la Guerra Civil, el complejo siguió orientado a la tauromaquia y al ocio. Destacando el año 1962 cuando Felipe Medina Benjumea construyó una plaza de toros para becerradas.
Hoy, casi un siglo después, además de gozar de su sabor taurino y de sus exuberantes jardines, la Real Venta de Antequera ofrece un completo servicio para todo tipo de celebraciones. En un marco refinado y acogedor, es una deliciosa combinación de sabor sevillano y espacios íntimos.
Todo tipo de eventos
En sus salones se han organizado eventos tan prestigiosos como la cena de gala de SICAB o la reunión anual de Criadores de Toro. Asimismo, se han sumado multitud de eventos de empresas y hasta una Feria de Sevilla en miniatura. Destaca su elegancia a la hora de instalar celebraciones de bodas, comuniones y bautizos
Siempre muy vinculado al toro, al caballo y al flamenco, desde la dirección se asegura que “es un orgullo y una responsabilidad mantener este espacio con total garantías. A parte de tratarlo como un negocio familiar, queremos darle el sitio que se merece por su historia. Ha sido un lugar muy importante en la historia de Sevilla en todo sus eventos, además de enclave principal del toro, el caballo o el flamenco”.
Desde 2015 goza de una renovada salud. “A la hora de hacer toda la reforma, hemos vuelto a darle el esplendor de sus inicios”. Todo ello en un espacio que busca a “un público objetivo muy variado: desde novios, cumpleaños, comuniones, reuniones de empresas, congresos, presentaciones de productos, etc. Ofrece un gran abanico de posibilidades”, comenta la dirección.