Parece, ahora sí, el fin. Definitivamente y pese a las opiniones más optimistas, como la mía que siempre defiendo que con esta señora nunca se sabe, la Duquesa de Alba vive su fin de fiesta. La última gran Duquesa vive sus últimos momentos en Las Dueñas donde acaba de llegar por expreso deseo de la Grande de España semi inconsciente. Los médicos, sus hijos y la propia Cayetana en sus momentos de conciencia han coincidido. Vivimos el fin de una mujer que superó al personaje y tenía que ser en su residencia favorita. Una señora vivida, viajada, generosa, íntegra, comprometida y fiel a sus principios. Cayetana de Sevilla vive su canto de cisne en la ciudad de sus amores, donde ha dado la mejor versión de sí misma. El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ya ha comunicado personalmente a su familia, concretamente al Duque de Huéscar, que ofrece «Todo, desde la capilla ardiente o lo que ellos quieran» para rendirle su último adiós que se prevé inminente, porque no existen gestos suficientes que estén a la altura de una Señora con tan alto sentido del compromiso como el que ha demostrado en su rica vida la de los Alba. Tras consultar a su círculo más cercano, todos coincidían en definir el momento con «muy mal», desde su hijo Cayetano, a sus incondicionales Carmen Tello y sus amigos más cercanos con los que hablé desde por la mañana, y más contundentes ya por la tarde. Muy apesadumbrados me vaticinaban que el traslado sería inmediato entre hoy y mañana, siendo finalmente hoy martes por la noche el mismo en torno a las 22 horas. Sevilla como toda España está pendiente de los momentos que se viven en Las Dueñas donde ejerció como la mejor embajadora de Sevilla en el mundo, donde tantas veces salió al Real de la Feria en su coche de mulas y donde ha recibido a personalidades de todo el planeta, desde Reyes y Jefes de Estado o gobernantes, hasta a los grandes del Cante, del Toreo, del Cine o de las Bellas Artes. Cayetana Alba se apaga con la tranquilidad de haber cumplido con creces y de manera ejemplar con sus derechos de sangre. Muy difícilmente volverá a nacer alguien que se le pueda comparar. Curiosa por todas las artes, mecenas sin igual, sensible y comprometida con los que sufren, amando a España hasta sus últimos suspiros y respetando la Institución Monárquica como la más Grande de España que es.
A falta de sus nietos e hijos Alfonso que llega mañana miércoles y Jacobo, en permanente contacto con sus hermanos, la de Alba está rodeada en estos momentos de todos sus seres queridos que quieren arroparla en este difícil trance. Sevilla será una ciudad homenaje en cuanto suceda lo que parece inevitable.
Cayetana vive su fin de fiesta que vivió a su manera, legando a la Sociedad un mensaje de libertad, de amor a la vida y de respeto a su fe católica y sus principios que la hacen única en la especie humana. Cayetana da sus últimos suspiros en la Sevilla de sus amores hasta la hora que su Señor de la Salud, Rey de los Gitanos, quiera.