Su fundador fue Benigno Barbadillo Ortigüela en 1821. La empresa, por lo tanto, tiene una tradición bicentenaria. Benigno Barbadillo nació en Covarrubias (Burgos). Siendo muy joven se marchó a hacer las Américas, como tantos otros españoles de finales del siglo XVIII. Tras veinte años en México, regresó a su tierra con capital suficiente como para instalarse en Sanlúcar de Barrameda y adquirir la Bodega El Toro.
Sus bodegas están situadas en la zona histórica de Sanlúcar de Barrameda. Rodean al castillo medieval de Santiago y ocupan una superficie de 75.000 metros cuadrados.
Bodegas Barbadillo ha sabido hacer del equilibrio entre tradición e innovación una de sus más destacables señas de identidad. Desde sus raíces como productora de vino de Jerez y Manzanilla, las Bodegas fundadas por don Benigno han alcanzado una más que notable proyección internacional.
Don Benigno, hombre emprendedor, imprimió un estilo propio en sus vinos con el que logró deleitar a sus clientes y adquirir un rápido prestigio. Fue pionero en la exportación por vía marítima al Reino Unido y América, gracias a la privilegiada situación de Sanlúcar. En 1.827 apareció por primera vez la denominación Manzanilla en un envío a Filadelfia. Barbadillo pronto se lanzó a comercializar su primera marca propia: “Pastora”. En 1.954 se constituye en lo que hoy es Antonio Barbadillo, S.A. bajo control familiar. Hoy, en su sexta generación, sigue siendo una bodega cien por cien familiar.
Manuel Barbadillo Rodríguez fue un escritor incansable y gran vinatero. Tomó las riendas del negocio antes de cumplir la mayoría de edad. Murió a los 95 años. Su periodo a cargo del Consejo de Administración coincide con un ciclo de gran expansión de Barbadillo, que pasó de tener dos edificios de bodegas a diecisiete. En la Dirección y en la Presidencia de la empresa le siguió su hijo Antonio Pedro Barbadillo Romero. Conocido como “El padre del Castillo de San Diego”, en 1.977 lanza al mercado el primer vino blanco joven, un hito que logró colocar a la bodega en la elite entre las grandes del Marco y a su vino como el más vendido de España.
Espíritu y actualidad de la marca
Bodegas Barbadillo siempre ha apostado por la innovación, pero sin perder de vista las raíces. Esa mezcla equilibrada de tradición y modernidad es su principal fortaleza y constituye el espíritu esencial de su marca. Actualmente Bodegas Barbadillo está presente en más de 50 mercados, entre los que se encuentran Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda, Dinamarca y E.E.U.U. Un fuerte proceso de diversificación de la empresa ha llevado a Barbadillo a la internacionalización de las principales marcas, el desarrollo de un tinto andaluz, Gibalbín, así como la apertura a otras D.O. y proyectos directamente relacionados con su actividad empresarial. Tal es el caso de Bodegas y Viñedos Vega Real en la D.O. Ribera del Duero, la empresa Sierra de Sevilla, comercializadora de productos procedentes de cerdos Ibéricos criados en el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla y recientemente la adquisición del 76% del accionariado de Bodega Pirineos en la D.O. Somontano.
La familia controla la empresa bajo Comisión Ejecutiva y Consejo de Administración. Todos sus miembros pertenecen a la familia Barbadillo.
El futuro
Bodegas Barbadillo tiene el firme propósito de ahondar en su doble condición de empresa tradicional y moderna. Con nuevos proyectos de innovación sobre la mesa y espaldarazos tan importantes como los 100 puntos Parker concedidos recientemente por el crítico más prestigioso del mundo a uno de sus vinos, continuará su proceso de expansión en el mercado nacional e internacional. La Bodega entiende que su condición de empresa 100% familiar es uno de sus principios más sólidos e inamovibles.
Anécdotas
Para pasar temporadas de campo-playa el 31 de Mayo de 1.901, compra D. Antonio Barbadillo Ambrossy la finca “La Caridad” en la playa de La Jara. Tanta importancia daba a La Jara para la unión de la familia, que en su testamento, dejó parcelas para todos. Actualmente muchos de sus descendientes pasan temporadas ó viven en dicha finca.
Este cariño hacia dicho lugar y la unión entre la familia ha hecho posible que desde hace al menos 25 años, a finales de agosto celebren en La Jara, la familia y amigos “La Fiesta de la Vendimia”, en cuyo acto es elegida una Reina: se pisa la uva y el nuevo zumo obtenido es lanzado al mar.