Presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, en su apellido va ligada la estirpe de su padre; amante del campo, ganadero y persona imprescindible en la ciudad. Ese rol que José Luis García-Palacios ha heredado para crear una unión indivisible entre una de las entidades más importantes en la sociedad sevillana y el propio ciudadano. Así es el Rey Gaspar 2020.
– ¿Qué ha significado para usted ser la persona que encarne el próximo Rey Gaspar?
– Fue un ofrecimiento que conllevó, casi en la misma formulación de la pregunta, la respuesta. Poder vivir lo que ya estamos viviendo es una ilusión jamás soñada. Creo que toda persona mantenemos intacto el niño a través de la ilusión de esa noche mágica. Para los que somos cristianos, tiene un significado especialísimo y si eres padre, pues muchísimo más. Es una oportunidad única e irrepetible en la vida. Ser rey mago en Sevilla es algo muy especial, por la organización y por cómo se vuelca la ciudad. Es un estado permanente en el momento en el que lo aceptas hasta que terminas al día siguiente. Se contagia una ilusión, algo tendrá el agua cuando la dan de beber.
– ¿Cómo espera vivir ese día?
– Pienso que todo va a suceder tremendamente rápido y me quiero formar emocionalmente para ello. En el momento de la visita al hospital el corazón se va a contraer con mucha fuerza. Las cosas que se viven tan apasionadas, el tiempo se pasa en un segundo.
– Para que la gente conozca mejor al nuevo rey: ¿Cómo es José Luis García-Palacios como persona?
– Hablar de mí es una de las cosas que más trabajo me cueste en la vida. Aun así, me considero una persona muy normal, cristiana, creyente y fervorosa de la familia, pilar fundamental para mí. Después intento siempre valorar mucho más el lado humano de las personas que cualquier otro aspecto. En cuestiones de gustos, soy muy normal. Me gusta mucho el mar pero el campo es lo que quiero, como aquel fandango del Cabrero. Aficionado a la caza y a los toros. Intento tener cerca personas que te aporten, que sean muchos mejores que tú. Tengo esa inmensa suerte que Dios me ha dado.
– En el plano profesional, ¿cómo va todo? ¿En qué momento se encuentra la Caja Rural y su fundación?
– Hace algo más de dos años y medio que asumí la presidencia de la entidad y tengo que decir que, a pesar de la situación económica que hemos vivido, la Caja ha resistido perfectamente con una política de contención. Una política de relanzamiento que ha sido posible gracias al director general y al consejo regidor. Asumimos esta posible desaceleración con suficientes garantías para seguir, manteniendo e incluso liderando las provincias en las que estamos. Por otro lado, nos hemos esforzado, en este caso desde mi padre, para que la caja sea un centro de atracción de la vida del sevillano, no solo en los aspectos económicos sino en el cultural; en el más amplio aspecto de la palabra: desde los toros, hasta lo más rural posible pasando por todas las tradiciones, algo en lo que Sevilla es referente en España.
– Un deseo para la ciudad el próximo cinco de enero.
– Si tuviera un deseo con un poder omnipresente, pediría intentar solucionar todos los problemas de las personas, aunque solo fuera por esa noche. Ese sueño que supone para millones de niños la noche de los Reyes Magos.
Texto y fotos: Javier Comas