Mario Niebla del Toro Carrión.
Director de la Revista Escaparate
El triunfo de las ideas nos lo han enseñado los años difíciles que hemos dejado atrás y que sí, aun con lo pegajosos que se pusieron, supimos dejarlos muy atrás en el tiempo, sobre todo atrás de nuestra actitud. Lo que no deberíamos hacer es dejarlo atrás en nuestra conciencia, en nuestro saber y en nuestro común sentido. Tenemos que seguir avanzando porque resistir es vencer, aunque nos sintamos a veces como extranjeros solitarios. Debemos seguir en la lucha por nuestras metas maceradas con las aristas poliédricas que van dando los cambios, incluso siendo por ellas unos incomprendidos. No hemos nacido para gustarle a todos y mucho menos para ser entendidos. A la gente, además, no le gusta lo que no entiende. Así que, si me lo admite, luche sin buscar la aprobación. Recuerde que buscamos la felicidad, buscándonos a nosotros mismos, identificando nuestros miedos irracionales para transformarlos en fortalezas. No tenga miedo, sólo respeto, el justo para no ser temerario. Nunca es tarde ni lo será para empezar a trabajar por nuestros sueños. No se muestre cansado. Precisamente me cansa, me agota, me repele, aquellos que de entrada nos esputan lo que trabajan, lo cansados que están o lo desgraciado que creen ser. Mire usted, cambie el discurso por amor de Dios. Disfrute de estas largas tardes de verano para pararse con usted. No derrame este tiempo que la vida le brinda para reubicarse. Disfrute de nuestra tierra idílica que es Andalucía, de sus costas y de sus interiores. No hay un lugar en el mundo que haya dado a tantos poetas en la historia. Sin embargo, no pierda la ocasión para escapar. Es el momento de pulir nuestra actitud para contribuir a hacer de este mundo una verdadera película americana. Disfrute de nuestro arte que no es otra cosa que transmitir verdad sublime. Disfrute del silencio y aprenda de él. Aléjese de todo lo que le estorbe y respire sentado en la orilla con los primeros rayos del sol. Bébase este tiempo de reflexión con un buen libro, una buena copa de vino y de buena gente, positiva, que le sume, le divierta, le enseñe. No consuma días. No viva en proyecto. Escriba su verano desde ya, desde los planes en la oficina, en su puesto de trabajo, desde la cola del pan. Dese ese homenaje sin piedad, sin pudor, porque la vida es hoy, es ya, es ahora. Rodéese de gente viva. Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que incitarla a hacer, sino que sabe lo que quiere hacer y lo hace. Súmese a esa ideología de la vida. Rece, dude, lea, baile, beba, duerma, calle, observe, escuche, hable, viaje, construya, planee, proyecte, aspire, crezca, defínase, encuéntrese, diga no y diga sí, según el momento que su real gana dicte. Me gusta la gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad, como decía mi tocayo Benedetti. Huya como una gacela de la gente tóxica, de lo que no le guste, de lo que no quiera, de lo que no le haga sentirse a gusto en su piel. Huya hacia su triunfo vital. Sea libre, insultantemente libre. No viva de oídas. Viva en persona. No me tome por loco, porque yo sé lo que quiero y por lo que peleo. ¿Y usted? Prohibido, por supuesto, hablar del calor que hace. No dé pereza vestido de negatividad, de derrotismo. No despierte compasión. No se relama sus heridas. No sea vulgar, hombre, mujer o viceversa, por favor. Sus cicatrices son medallas de guerras. No son recuerdos de un pasado amargo. Son diplomas de superación. Hágase la vida extraordinaria con lo que tiene, que es una barbaridad. Deje el móvil un ratito y quede para un tanque helado de rubia cebada, dejando el aparatito diabólico y molesto en el cajón de abajo, del fondo del todo o directamente tírelo para atrás y pida un deseo. Olvide por un momento el vivir para enseñar y mire quien se lo dice. Salga de su rutina y descubra como si fuese la primera vez las estrellas y la luna, el amanecer y la puesta de sol. Dedíquese a usted, a lo suyo y no viva por los demás, ni mucho menos con los demás. Viva usted consigo. No muera en vida. Viva.