Mario Niebla del Toro Carrión.
Director de la Revista Escaparate
Abril es fiesta y es alegría de vivir. Abril es un espejismo de una ciudad idílica caduca en plena explosión donde nuestra mentalidad más disfrutona estalla para que una euforia colectiva nos permita dar el quiebro a nuestra rutina rechoncha y poco ágil desde Antonio Bienvenida a la calle del Infierno. Abril es una mujer morena con flor en el pelo y que camina con gracia por el Paseo Colón triunfante. Abril es el primer paseo a caballo de un niño sin apenas llegar a los estribos. Abril es una copa de manzanilla helada en las primeras horas de la feria viendo sentado en el salón de la caseta el paseo de caballos. Caballistas acicalados con caireles relucientes desde muy temprano engalanan a su paso el apiñamiento adoquinado con zotal del Real que se funden con puestos de algodones, manzanas caramelizadas, chufas y piñones. Abril es una gitana con claveles reventones y es una china haciendo fotos con un sombrero de tienda de souvenir, con una felicidad dibujada en sus ojos sin parangón. Abril es pescado frito, son unos mariachis de repente en la caseta y son abrazos a granel. Abril es moreno de Matalascañas de pasar el día y es buñuelo bañado en chocolate candente al alba. La Feria de Abril vuelve un año más para mirar a la cara amable de la vida y para dotar a Sevilla de esa alegría que la hace universal. Abril es un romance con fecha de caducidad rodeada de magia que se esfuma por la portada, castillo efímero de luces, antes de los fuegos. Abril son azucenas y azahares, caminos de plata del Parque de María Luisa de vuelta a casa, embriagado de vino y de ganas de vivir. Abril es el corazón librado de pena tomando conciencia con el frío de la madrugada en la cara cruzando en vespa el puente. Abril es Sevilla y Sevilla es Maestranza. Abril son los pictolines para la cuadrilla desde el callejón y es el barco de un mejicano ricachón atracado en el Guadalquivir. Abril es luna llena y es sol en todo lo alto de castigo con corbata y pañuelo en el bolsillo. Abril es mi primo Simón y un deja que te mire, no vuelvas la cara. Abril son los Cantores de Híspalis y la copla que nace del Pueblo para la danza. Abril es aire de Sanlúcar con Sal Marina o es la sal de Castilleja de los Hermanos Reyes. Abril es la sevillana que bailaban en los corrales las guapas cigarreras o corraleras de Lebrija y es cántame de María del Monte, riá riá pitá. Abril es Manuel Pareja-Obregón que, entre tantas maravillas, también fue de Sevilla. Abril es Realito con la Niña de los Peines. Es un clavel en un pozo. Son dos caballos que se amaron, mire usted qué maravilla. Es un casamiento con un enano para hartarse de reír, salerito. Abril es tirititrán tran tran, es noche de primavera de Albahaca y es jarana de flamenquito y de flamenco, que no es lo mismo. Abril es caseta de distrito y es la caseta del Aero, Pineda o Pinedita. Abril es el mes de Sevilla. Esta edición de mayo con sabor a abril es un mensaje de positivismo, de la cara A del momento y un guiño con algunos de sus protagonistas a la Expo que hizo más universal si cabe a Sevilla y de la que nos separa ya un cuarto de siglo. Es el deseo de todos los que hacemos este trocito de Sevilla empapelado que es Escaparate que viva una Feria de Abril en mayo con toda su plenitud. Nos vemos a la vuelta de cuatro sevillanas. Mientras tanto, sean felices ahora y en la feria de la vida.