Mario Niebla del Toro Carrión.
Director de la Revista Escaparate
Era un 17 de octubre. Año 2006. Llovía sin piedad. Eran muchas las dudas que me asaltaban, no pocos los temores, pero sobre todo esos síntomas tan humanos, tenía muchas ganas de hacer algo, de crear algo, de buscarme la vida como decimos aquí, y su nombre sería Escaparate. Una vitrina donde mostrar a nuestra sociedad desde sus entrañas. Un medio comprometido con la ciudad, que viviría a su compás, y que sería ejemplo de prensa de vida social seria y hecha por periodistas. Dos grandes maestros han sido en todo este tiempo mis referentes indiscutibles. Luis y Rosario, mis padres. Luchadores incansables en esta fiesta llena de hostilidades que es la vida. Mis padres en todo lo que se han enfrascado le han puesto mucho amor e integridad y es lo que he intentado imitar con más o menos suerte en esta década de fiesta juntos.
El tiempo me ha hecho ver lo osado que fui en aquel septiembre de 2006 cuando empecé a trabajar en un proyecto con más opiniones contrarias que apoyos, con más ilusión que medios. Hoy todos me hacen saber que siempre confiaron en mí, pero volviendo la vista atrás a esos días de mis inicios me cuesta creerlo. Les doy mi palabra. Me alegro de haber sido tan inconsciente, pues si llego a ser consciente de donde me metía me hubiese quedado en tablas. Por eso invito a echarle valor a la vida, a luchar por nuestros sueños, por ser felices. Esa tarea corresponde a nosotros mismos, a nadie más.
Hoy quiero dar principalmente las GRACIAS a todos los anunciantes y patrocinadores que confiaron en mi palabra, desde los primeros hasta los que acabáis de llegar, y en la capacidad de nuestro joven equipo y que sin ellos nada hubiese sido posible.
Quiero agradecer a la compleja sociedad sevillana su respaldo y el haber hecho suyo este proyecto de un niño desconocido del barrio de la Macarena que empezó a abrirse hueco en esta ciudad tan suya. Quiero proclamar a los cuatro vientos mi agradecimiento a mi equipo, al actual y a todos los que alguna vez formaron parte de él, por ser cómplice de esta ilusión de papel y grapas que es Escaparate. Hoy especialmente quiero darle las gracias al actual que ha puesto todas sus energías, ilusión, entrega, compromiso y mimo para que este bonito día se dé. Gracias Keka, José Antonio, Rocío, Paco, Aníbal, Juanjo, Manuel y gracias Mariángeles, por ser mi más fiel compañera de baile en esta década de pelea codo con codo. Has peleado como un gato panza arriba por esto como algo tuyo, vamos, como lo que es. Gracias por estar a mi lado, sobre todo en las vacas flacas, por tu implicación tan noble y tan ejemplar, por desvivirte porque esta revista siempre fuese para arriba. Gracias por tu generosidad y por tus desvelos. Por aguantar mis días pletóricos, pero sobre todo esos en los que es mejor no tratarme. Los premios y los aplausos hoy realmente tendrían que ser principalmente para ti.
Quiero dar públicamente las gracias a La Cartuja de Sevilla por patrocinar y hacer con tanto cariño estos premios con nuestra loza más universal con las manos de mis queridos amigos, hermanos y excelentísimos señores José Víctor Rodríguez Caro y José Luis Medina del Corral, vulgo Victorio & Lucchino, por materializar los galardones de este décimo aniversario. Gracias a todos los patrocinadores, Fundación Cajasol, Fundación La Caixa, Fundación Caja Rural del Sur, Puerto de Indias, Emilio Moeckel, Elaluza, en su treinta aniversario; Hacienda de Orán, con mis amigos Miguel y Rosa Gallego, incondicionales de esta cita; Kia, Tecnoláser, Hacienda La Moharra, Correo TV, con Antonio Morera a la cabeza, por llevar a todos los sevillanos a través de su televisión esta gala; Inmobiliaria Podium y Recréate, Coca Cola, por su apoyo siempre y especialmente en nuestro aniversario en Sanlúcar de Barrameda este verano; Fernández y Roche, Bodegas Marqués de Cáceres, Clínica Rocío Vázquez, con mi amiga Rocío inminente cónsul honoraria de Bulgaria en Sevilla; y Clínica del Doctor Serkan y del doctor Nicolás Pérez. Mi deuda con vosotros me acompañará por siempre. GRACIAS.
Quiero darle las gracias al Ayuntamiento de Sevilla, al actual equipo de Gobierno y al anterior, por apoyarme incondicionalmente desde mis comienzos. En este punto hago un ruego con cara de súplica, para que luchen por facilitar la iniciativa a los jóvenes empresarios, a los emprendedores. Luchen por no cansar a quien intente hacer algo distinto por esta maravillosa pero a veces ingrata ciudad. Luchen por cortar el grifo de escape de tantos jóvenes sevillanos que optan por el exilio en busca de una oportunidad. Quiero decir, no obstante, que estoy tremendamente agradecido al equipo que capitanea nuestro actual alcalde, por la implicación en este tiempo para cerrar de una forma tan redonda esta celebración de diez años de lucha por y para Sevilla.
Miren señores, no puedo ni siquiera esbozar lo mucho que me ha dado Escaparate en la vida. Os miro y veo muchas caras contagiadas de mi emoción y que a día de hoy son parte fundamental en mi vida. Dicen que Sevilla posiblemente sea una de las ciudades más bonitas del mundo, pero si lo es no es por su rico patrimonio cultural, por su historia, por sus sevillanos ilustres que llevaron el nombre de Sevilla a lo más dorado de nuestras letras, nuestras bellas artes o por ser protagonista de nuestros episodios más heroicos. Lo que hace a Sevilla una de las ciudades más bonitas del mundo es el papel que juega lo efímero en esta tierra de María Santísima. La belleza de lo efímero es lo que hace a Sevilla única en el mundo. Disfruten de esta noche que el cielo de Sevilla nos regala, exprímanla, bébansela hasta el final, mastíquenla, empápense de ella porque mañana todo esto será sólo un recuerdo con el que alimentarán su amor por esta tierra a la que he amado, amo y amaré hasta el último suspiro de mi vida. ¡Viva Sevilla! y en esta plaza ¡Viva España!