La tarde del 31 de agosto de 1845 se celebraban las primeras Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda. 175 años después este espectáculo se repite cada mes de agosto congregando en la desembocadura del Guadalquivir a miles de visitantes para contemplar lo que se conoce como “El mayor espectáculo de las Playas del Sur”. Esta temporada, si la pandemia del Covid lo permite, se celebrarán los días 18, 20 y 21 de agosto. Pocos eventos del calendario veraniego gozan de la tradición y fama de las Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda que cada agosto, desde hace 163 años, convierten a este municipio gaditano de tradición marinera en una de las ciudades españolas más animadas social y deportivamente. El interés que despiertan las carreras en la playa no es algo fortuito, como explica el presidente de la Sociedad de Carreras de Caballos, Rafael Hidalgo García de Velasco, “a su larga tradición hay que sumarle el entorno en el que se celebran, la desembocadura del Guadalquivir con el coto de Doñana al fondo y esas puestas de sol tan maravillosas, además de ese maridaje que se da entre lo deportivo y lo social”.
El origen de estas carreras se sitúa, tradicionalmente, en las improvisadas competiciones que se celebraban entre los propietarios de los caballos que transportaban el pescado desde el antiguo puerto de Bajo de Guía hasta los mercados sanluqueños y de poblaciones cercanas.
Desde que nacieran sólo se han interrumpido, por causas de fuerza mayor, en la guerra de Cuba (1898), la de África (1921) y durante la II República y la Guerra Civil (de 1931 a 1939). La peste equina impidió en 1989 que se celebrara el segundo ciclo, el primero sí tuvo lugar. Este año la Covid ha hecho sus estragos también en esta tradicional cita. A pesar de que el primer ciclo estaba programado para los días 13, 14 y 16 de agosto y el segundo durante el 28, 29 y 39 de agosto, la Sociedad está trabajando para reducirlas a tres días y que se puedan celebrar el 18, 20 y 21. Aunque su esencia no se verá alterada, esta edición 2020 -de celebrarse- lo haría entre grandes cambios y adaptaciones para asegurar las medidas sanitarias pertinentes.
El secreto de su permanencia en el tiempo se encuentra, según Rafael Hidalgo, en “el encanto y cariño especial con el que el pueblo de Sanlúcar recibe a todo el que se acerca por aquí, que hace que cada año vuelvan”. Mucho han evolucionado hasta lo que son en la actualidad, pero manteniendo la esencia, para Hidalgo incluso han ganado con el tiempo, “gracias a la mejora de la organización por parte del equipo de profesionales que trabajan todo el año para las carreras”.
La marea manda
Las tablas de mareas son las encargadas de establecer el calendario de la competición para que coincida con la bajamar y saque a la luz una franja de arena húmeda, idónea para correr, que se convierte cada año en un espectacular hipódromo natural, sobre una extensión de aproximadamente 2 kilómetros, desde Bajo de Guía a la Playa de las Piletas.
Para Rafael Hidalgo las carreras son la combinación perfecta entre lo lúdico, lo social y lo deportivo. Y es que en estas carreras están presentes las cuadras más importantes del turf nacional y en ellas participan cerca de un centenar de purasangres en la treintena de carreras de cada uno de los dos ciclos.
La postal cambia según el punto del recorrido en el que se encuentre, los bañistas abarrotan la playa esperando que pase el todoterreno de la Guardia Civil tras el último caballo, para introducirse en el agua y desde allí divisar la llegada a meta. Las casetas de apuestas infantiles salpican la playa donde los más pequeños hacen sus pinitos en los negocios en las taquillas fabricadas por ellos mismos. En la playa de las Piletas el ambiente cambia, allí se instala un hipódromo donde visitantes de todos los rincones de España y el mundo quieren ver en primera línea la foto finish.
Como indica el presidente de la sociedad “el primer ciclo es más comercial con los stands de empresa y el segundo más social con los palcos”, esta fiesta se ha convertido en todo un referente social, por la noche la animación se encuentra en las estas pequeñas casetas que familias y empresas instalan apara que sus amigos disfruten de los manjares gastronómicos de la zona. En la carpa principal se encuentra el escenario donde la música no para hasta altas horas.
Para que todo esto se haga realidad la Sociedad de Carreras trabaja intensamente el resto del año, como explica su presidente, “esto no sólo se organiza en el mes de agosto, se ha convertido en un trabajo del año entero ya que, aunque todas las temporadas salen muy bien, siempre hay algo que hacer para mejorarlo”.
Texto: Alfonso Pérez-Ventana
Fotos: Maratania