En Italia, ubicada en Valeggio Sul Mincio, cerca de Verona, Mantua, Brescia, el lago de Garda) y las famosas regiones vinícolas de Valpolicella y Franciacorta, Villa Sigurtà es una de las joyas arquitectónicas de la región del Véneto. Esplendorosa villa del ‘seicento’ que acogió durante siglos a los emperadores más poderosos del planeta y que hoy es uno de los especios más exclusivos para organizar eventos en todo el continente europeo. Un italo-sevillano de nacimiento, el diplomático José Carlos Ruiz-Berdejo y Sigurtá es su gestor.
Pero buscando en sus orígenes, desde el Risorgimento italiano, esta fabulosa Villa Palladiana ha acogido a ilustres personalidades como los emperadores Francisco José I de Austria y Napoleón III de Francia. El espacio cuenta con habitaciones privadas y jardines que albergan ceremonias de prestigio, veladas de gala, conferencias y eventos, tanto privados como corporativos. Es considerada como una de las joyas arquitectónicas del Véneto: una de las veinte regiones que componen la República Italiana.
Las habitaciones de Villa Sigurtà contiene muebles originales del siglo XVII. Cuenta con un gran parque-jardín privado y con un espectacular espacio de piscinas dominadas por cascadas y rodeadas de plantas tropicales que permiten diferentes opciones para celebrar ritos civiles, aperitivos y recepciones al aire libre.
De Maffei a Sigurtà: tres siglos y medio de historia
Villa Maffei, Nuvoloni, Sigurtà, conocida en Italia como «Della Quercia, es una villa veneciana construida entre 1690 y 1693 en estilo neoclásico que se encuentra en Valeggio sul Mincio. En el año 1859 se convirtió en la sede del emperador austríaco Franz Joseph y posteriormente fue también el hogar del emperador francés Napoleón III. Siglos atrás la villa contaba con un gran parque de 60 hectáreas.
Pero, continuando en sus orígenes, los Condes de Maffei, nombrados por el dux de Venecia Señores de Valeggio y Montalbano, se mudan a este feudo desde el palacio de Verona y viven allí en una construcción sólida pero austera. Para seguir la tendencia de la época, decidieron construir la Villa justo al lado, que luego perteneció a los Condes de Nuvoloni y más tarde a los Condes de Sigurtà y cuya construcción continuó desde 1790 hasta 1793. Todo este complejo fue ideado por el arquitecto Vincenzo Pellesina, discípulo de Palladio. Destaca su fachada principal con un porche central de tres tramos con entablamento sostenido por columnas. En el techo aparece un espléndido fresco que representa la caída de Faetón. El esplendor continúa en las grandes salas de recepción, la logia, la escalera y los numerosos frescos de Biagio Falcieri que dan testimonio del poder y la riqueza de una de las familias venecianas más conocidas que extiende sus «autoritas» en un gran territorio en las fronteras entre las provincias de Mantua y Verona.
Pero volviendo a la historia de la casa, después de la caída de la República de Venecia, la Villa asumió una importancia histórica considerable en el Risorgimento, dentro de sus muros el destino de Italia se decidiría al final de la Segunda Guerra de la Independencia.
En 1836, Anna Maffei se casó con el Conde Filippo Nuvoloni y trajo la propiedad de Valeggiana como dote. Pero no duró mucho y, cuando se rompieron las líneas de los Habsburgo, se vio obligada a retirarse; primero en la fortaleza de Peschiera y luego en Verona.
El emperador Napoleón III permaneció en Villa Maffei, hoy Sigurtà, del 1 al 12 de julio de 1859 y estableció su cuartel general en la victoriosa «Campagne d’Italie» junto a Vittorio Emanuele II, concluyendo la Segunda Guerra de la Independencia con la firma del armisticio en la cercana Villafranca el 11 de julio.
La llegada de los Sigurtà
La Villa era propiedad de la familia Maffei hasta 1836, cuando Anna Maffei, al casarse con el Conde Filippo Nuvoloni, trajo la propiedad de Valeggiana como dote. La familia Nuvoloni fue propietaria de la propiedad durante 93 años: de 1836 a 1929. En 1929, todo el complejo fue vendido a Maria Paulon, esposa del médico local Cesare Sangiovanni. Finalmente, en abril de 1941, el industrial farmacéutico de Milán, el Conde Giuseppe Carlo Sigurtà, compró la propiedad y, después de la guerra, la restauró siguiendo los cánones de las villas palladianas y la decoró con la ayuda de su esposa, la Condesa Alessandra, que le dio el esplendor actual.
Los pasillos de la Villa son conocidos por los ilustres huéspedes que se han alojado entre sus parede; desde personajes de la nobleza, del arte y la ciencia; desde Maria Callas, Rosanna Carteri y Giulietta Simionato que se entrelazan con nombres de la realeza como Victoria Eugenia de España, Constantino de Grecia, Simeone de Bulgaria, Carlos de Inglaterra, Felipe de Bélgica y los Príncipes de Liechtenstein y Luxemburgo ; además de los ganadores del Premio Nobel Konrad Lorenz y Alexander Fleming, así como Waksman y Albert Sabin, entre muchos, muchos otros que escriben con su presencia la nueva historia de esta casa.
Ahora, la historia se funde con este espacio exclusivo que vive en Italia y que lleva a gala este ilustre apellido de Sigurtà.
Texto: Javier Comas
Fotos: Archivo Villa Sigurtà