MANUAL DEL BUEN VERANEANTE
Estoy segura de que la mayoría, o está de vacaciones, o está planeando el tan deseado momento estival. Y yo, como quien no quiere la cosa, os voy a dar una serie de consejos que no podéis dejar de seguir si queréis ser el perfecto veraneante entre vuestros amigos. Claro que, si destacas siguiendo estas normas entre tus amigos, no dejes de pasarle estas humildes opiniones. Ellos también tienen un problema.
Hipótesis verdaderas y reales como la vida misma:
• Será maravilloso viajar hasta Mallorca o lo que es lo mismo, vacaciones en el mar.
Nunca, bajo ningún concepto, seas de Castellón o de Jerez de la Frontera, y eres hombre, te pongas una bandolera, sea de Prada, que ya sabemos que o Prada o nada, o sea de Quechua. «Never please».
Intenta combinar las bermudas, con camisas o polos, ¿vale? ¿Sí? Por supuesto, camisetas, pero nada de camisetas de propaganda, no te hace ningún bien. Es mejor que te compres una lisa de Fruit of the Loop, malilla, a una de “Los hermanos Martínez” del taller de tu pueblo. No.
Admitimos pareos como animal de compañía para ellos. Eso sí, y mientras que estés en la orilla de la playa, puedes ir sin camiseta, camisa o polo, pero una vez que llegues al chiringuito, por favor, debes ponerte la parte de arriba de tu vestuario. Nada de pechos con pelos al viento. No mola y si encima le cae un pelo en el plato al que tienes al lado acabas de verdad de fastidiarle el día y no hay necesidad.
Lo mismo vale para ellas. En el chiringuito te pones un kaftan, un vestidito, o si vas con pareo con parte de arriba, las razones son obvias. No importa que hayas ido a ver qué ligas ese día. Es mejor no enseñar tanto y dejar un poco de misterio para cuando llegue el momento.
Las menorquinas es un calzado ideal para ambos sexos. Estiloso, pegan con todo y encima tienen historia. Nada de chancletas de bandas, que parece que en vez de calzarte están asfixiando a tu pie, y además y muy importante, cuida tus uñas. Eso dice mucho de ti, y si además, vas de ligoteo y estás con la chica que te gusta, ese amor de verano que, claro, como es verano, ya sabías que podía ocurrir. Llega ese momento en el que piensas que la tienes en el bote y a ella le da por mirarte los pies y descubre que tus uñas son garras que se clavan en la arena. Debes saber que la has perdido para siempre. Y otra vez, vuelta a empezar, y las vacaciones tienen los días contados. No estamos para perder el tiempo, ni hacérselo perder a nadie.
Se prohíbe terminantemente los vaqueros bermudas, esto nunca, y si encima son elásticos, apaga y vámonos, porque si los llevas puestos, por más que quieras ser una cosa, esa prenda delata tu más profundo yo interior, y no es nada bueno. Hazme caso.
Y aunque estés para comerte, no y no a las camisetas de tirantas. A no ser que vayas a nadar los cien metros libres, nunca, y ojo, nunca, los turbitos apretados son una opción.
• Pedro, Heidi y Clara, o lo que es lo mismo, veranear en los Alpes Suizos o en Aracena.
Por mucho que te guste el chico con el que vas, o si vas con amigas y piensas que los tacones te estilizan, es cierto, pero te aseguro que si los llevas en el campo, para pasear por los alrededores de esa casita rural tan mona en la que estáis, y te doblas un tobillo, ya sí que no tenemos nada que hacer con tus andares. El calzado adecuado dice mucho de ti, no lo olvides.
Si te invita tu conquista más cercana al Parque de Ordesa y os ponéis a subir la montaña, es posible a mitad de camino tener sed. Le pides agua y si no te la da, no dudes en irte. Sal corriendo. Aprovecha que él está concentrado subiendo y negándote el agua, para dar la vuelta, y pillar el próximo bus para irte a tu casa. Si racionaliza el agua, imagínate qué vida te espera. Y por supuesto, de paso has aprendido que debes llevar siempre tu propia cantimplora. El saber no ocupa lugar.
• Sex in the City, o lo que es lo mismo, te ha tocado quedarte en la ciudad.
Pues bien, no te preocupes, eres el dueño o dueña y señor de ella. Son pocos los que hay y vas a triunfar como la Coca-Cola. Aparcarás donde quieras. Cenarás donde quieras y pensarás que la ciudad es tuya. Luego llega septiembre y te dará el bajón, pero que te quiten lo bailao.
En cualquier caso y para todos los destinos, estamos de vacaciones. Eso es de vacaciones. Así que intenta dejar el móvil un poquito, levantar la cabeza y disfrutar de los que tienes al lado, porque el invierno llega aunque no quieras. Esos días de verano no vuelven.
Y oye, haz lo que te apetezca, como hago yo, que cada uno es como es y baja y sube dunas como quiere.
A SER FELICES.
Por Ana Nievas @ananievas_
Mamá de Mario y obsesa del buen gusto y la buena educación.
Diseño y creo cosas en mi cabeza desde que me levanto y escribir ocupa el rato en el que soy más yo, de todos mis ratos.
Founder & designer de Mordisco de mujer y Save the Crown.
Antes escribía en Yo Dona («Sur by Sur» 2013/2018), ahora en la revista Escaparate de Sevilla con «Save the Pepper».
Me casé tres veces, me separé otras tres, esperando encontrar ese amor que te hace cosquillitas en la barriga todo el rato.
Ahora, el romance es conmigo misma.
A mí, los hombres, en su justa medida, me inspiran, y por eso y como romántica empedernida que soy, pienso que encontraré a la persona que merezca mi respeto, mi admiración, mi pasión y mis ganas. Mientras, vivo.
@mordiscodemujer
@savethecrown