– ¿Cómo se reconoce el lujo en un establecimiento hotelero?
Lo primero son las sensaciones, los cinco sentidos: el olor, la calidez, temperatura, la ausencia de ruidos molestos, la suave música, falta de humedad o sequedad extrema… Y que lo que veas te sorprenda por su belleza y por su elegancia.
Luego viene el confort, mobiliario confortable, tejidos maravillosos, alfombras buenas, colchones, duchas, baños impecables. Y que no te falte de nada para sentir confort y bienestar.
Y todo ello complementado con un servicio excelente. Ser atendidos por un equipo con vocación de servir y formado en la excelencia. Un equipo de gente que te haga sentir que no hay nadie más importante que tu en todo el hotel.
Si cumples con todo esto eres un hotel de lujo. Si algo de esto te falla, no lo eres.
– ¿Cómo es el equipo humano de sus negocios?
Lo he comentado antes, Lo primero, muy vocacional. Hay que tener vocación de servir. Esto no es solo un trabajo, es una identidad, una forma de vida. Si no te gusta tu trabajo nunca llegarás a ser bueno en él.
Formados y educados en la excelencia. No nos satisface la mediocridad. El detalle más mínimo es importante. Siempre buscando la excelencia.
Nuestro objetivo es superar expectativas, no solo cumplirlas.
– ¿Cuáles son los proyectos empresariales que tiene por delante?
Ya hemos abierto Casa Palacio María Luisa en Jerez. Así que ya podemos seguir trabajando en ponerlo en lo más alto.
En El Rocío, terminar la ampliación de la Malvasia y llevar los dos edificios a la categoría de Hotel de cuatro estrellas. (Cuando compré el primer edificio de La Malvasia era un hostal de dos estrellas).
Hemos hecho obras en el primer edificio que volvemos a abrir el tres de junio. La ampliación tiene prevista su apertura para finales de julio.
Este proyecto me tiene totalmente enamorada.
Y en Sevilla, seguimos las obras de Don Ramón “progresando adecuadamente”, como los niños. Tenemos prevista su terminación para finales de año. Estamos todo el equipo de este proyecto muy ilusionados. Este hotel va a ser una pasada, muy exclusivo y con una personalidad sevillana que creo lo va a hacer único.
Aparte ya estamos trabajando en otros proyectos, más a medio plazo. Aunque hay veces que las cosas que ves más lejanas en un principio se aceleran.
– Sevilla, Jerez, El Rocío… ¿Qué hace de este triángulo andaluz único en el mundo?
Tenemos un amigo común, Ricardo Gallardo, que siempre dice que este es “el mejor rinconcito del mundo para vivir”. Efectivamente, si puedes elegir, este es un rincón del mundo donde el día a día es maravilloso. La agenda la tienes en la calle, la vida te entra por la puerta de casa. Semana Santa, ferias, playas, campo… lo tienes todo a mano. Además, está estupendamente comunicado así que puedes escaparte de vez en cuando de viaje o a Madrid a pisar asfalto, sin dificultad cuando te apetezca.
Andalucía Occidental lo tiene todo. Playa, campo, sierra, historia, patrimonio, cultura, vino, caballos, flamenco… Cada una de estas tres provincias tiene una personalidad diferente. Una diversidad que sorprende y hace la vida o la visita de cualquiera muy divertida y emocionante.
– ¿Cómo cree que será el fin de la pandemia a nivel social y económico?
Desgraciadamente creo que se va a notar en ambos sentidos. Creo que se podría haber gestionado mejor, pero ya no hay remedio, así que habrá que volver a andar el camino hacia lo de antes. Lo importante es que empecemos a andarlo cuanto antes.
– ¿Qué papel juega la estética en su vida?
Tanto la ética como la estética son extremadamente importantes en la vida. A no ser que seas un ermitaño, vivimos en sociedad. La estética hace la vida más agradable, más divertida, más bella. La belleza es el alimento del alma. Debe estar en todo. En el arte, en las formas, en las tradiciones, en las relaciones sociales, en uno mismo y en todo lo que nos rodea. La estética es orden y da paz.
– En sus negocios el olor, los tejidos, las flores, el servicio crean un ambiente que demuestran un cuido absoluto de los detalles. ¿Qué importancia reside en esto en sus hoteles?
Los detalles en Kaizen Hoteles tienen máxima importancia. Es lo que nos diferencia. Lo básico, lo hace todo el mundo, por sentido comercial incluso, por normativa. Pero la excelencia, el ir más allá, el cuidar todos los detalles, el adelantarse a los deseos de nuestros huéspedes, incluso, el sorprenderles y superar sus expectativa. Es nuestro sello. Nuestro principal objetivo. Hay que cuidar el objetivo de la rentabilidad, porque, si un negocio no es rentable, muere. Pero a partir de ahí tienes que definir cuál es tu negocio, tus objetivos, tus valores, tu cliente. Es importante que lo tengas claro, bien definido. Nosotros nos decidimos por el gran lujo, por lo que los detalles, más allá incluso de estos, son fundamentales.
– En su vida personal, no solo como empresaria, nos consta que es muy perfeccionista. ¿Le proporciona más sofocones o satisfacciones el serlo?
El perfeccionismo, efectivamente, es un defecto y una virtud. Es difícil alcanzar la satisfacción, pero cuando la alcanzas es magnífico, porque has hecho un muy buen trabajo. Te mueves en la banda exigente de la vida, pero eso no veo que sea malo. Requiere mucho más trabajo, pero el trabajo es muy satisfactorio. Necesitas gente muy buena a tu alrededor. Los mediocres lo pasan fatal contigo y tú con ellos. Pero eso hace que formes unos equipos sólidos y envidiables. En fin, como casi todo en la vida el perfeccionismo tiene sus cosas negativas y positivas, pero, en mi opinión, mucho de positivo. De cualquier modo, prefiero estar más en el lado del perfeccionismo que en el del conformismo.
– ¿Qué quiere que quede el día de mañana de su obra personal y empresarial?
Me gustaría que quedara mucho. Mi experiencia en los jóvenes que tengo alrededor y mis obras que ojalá perduren en el tiempo. Me gustaría pensar que he pasado por esta vida aportando algo, creando algo, produciendo algo. Incluso las herencias hay que aprovecharlas y multiplicarlas. No solo gastarlas. No me gustaría pasar por la vida sin haber hecho nada especial, simplemente vegetando. Por eso me gusta trabajar y sentir que genero riqueza.
De hecho, me parece mucho más emocionante y divertida la vida cuando te preocupas y te ocupas de “aportar”, que cuando solo “gastas”. No sé si me explico.