Hablar de Ronda es hacerlo de su gran espectáculo cultural: la corrida goyesca. Un evento taurino único en el mundo compuesto por matadores de toros, banderilleros y picadores vestidos con trajes goyescos, una vestimenta surgida en el Madrid del siglo XVIII y utilizada hasta el siglo XIX por su burguesía para, posteriormente, extenderse su uso al resto de España.
Este 4 de septiembre, la Real Maestranza de Ronda volverá a acoger esta corrida sin igual dos años después tras la suspensión de la edición anterior por la pandemia.
Mirando a la historia, la primera corrida goyesca de Ronda se celebró para celebrar el II Centenario del nacimiento del torero Pedro Romero en el año 1954, impulsor de un nuevo toreo en el siglo XVIII, y por influjo de Cayetano Ordóñez en la plaza de toros de Ronda, propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Ronda.
Hasta tres años después no tuvo lugar la segunda edición de esta corrida. En ella participó el mito de Antonio Ordoñez, convirtiéndose en el auténtico impulsor de las goyescas y en su empresario. Gracias a su empeño, la goyesca es hoy lo que es, un evento marcado en rojo en el calendario taurino nacional donde cada año acuden algunas de las grandes figuras del momento.
Años después, tras cambios de fechas, en 2019 la corrida se enmarca el último día del mes de agosto por separado de las Ferias y Fiestas de Pedro Romero de Ronda que se celebran en septiembre. Esta decisión corrió a cargo del empresario de la plaza de toros de Ronda Francisco Rivera Ordóñez. En paralelo, es tradicional el Concurso Exhibición de Enganches de Ronda que da color a una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad.
Texto: Bosco Núñez
Fotos: Diario Ronda