Nació en Lisboa pero a los tres meses de edad arribó a La Puebla del Río. Allí nos recibe entre sus 120 caballos y allí nació el espíritu indomable que posee. Es el número 1 en la actualidad del toreo a caballo, como a él le gusta llamarlo y es hijo de los grandes rejoneadores de la historia. Su deseo es renovar este arte que con su figura ha alcanzado cotas inimaginables hace décadas. Hoy Escaparate cabalga entre el verde que es puerta de Doñana y cuna del mejor arte.
– ¿En qué momento profesional y personal se encuentra Diego Ventura?
– Me encuentro en el mejor momento profesional de mi carrera. Creo que estoy en ese momento de plenitud, madurez y con una cuadra importante, tanto en caballos más veteranos como más jóvenes. Luego está la experiencia y la madurez que te da el tiempo.
– ¿Cómo nació su pasión por el rejoneo?
– Comienza desde pequeño. Mi padre lo fue y vivíamos en casa de los hermanos Peralta desde los 3 meses hasta los 12 años porque mi padre trabajaba para ellos. Era todo el día caballos y toros. Tenía delante a referentes: los hermanos Peralta junto con mi padre. El entrenar a diario, torear cada día…
– Para los neófitos en la materia, ¿cómo diferenciaría el rejoneo del toreo a pie?
– Tiene cosas similares y, a la vez, diferentes. El rejoneo que se hace hoy en día no es el de hace muchos años. La doma de los caballos es diferente, el toro es diferente y se ha perfeccionado todo mucho. Me atrevo a decir que no me siento rejoneador, me siento torero a caballo. Como siento e interpreto es como un torero de a pie. El engancharlos y soltarlos donde quiero, el reducir la envestida de cada toro… En definitiva: torear.
– ¿Qué le diría a esa corriente de taurinos que minusvaloran el rejoneo?
– Esa corriente que antes desprestigiaba al rejoneo cada vez menos gracias a figuras importantes que han venido a demostrar que el toreo a caballo es algo muy serio. Gracias a esas figuras más mayores que yo y, luego mi aparición, ha hecho que gane más categoría y similitud al toreo a pie. Hay gente que son más mayores y todavía no lo ven así. El que realmente es aficionado ve que hoy se torea a caballo como nunca se ha hecho.
– Estamos en un lugar paradisíaco, en las puertas de Doñana…
– Vivo en la Puebla del Río donde me vine con tres meses, porque yo nací en Lisboa. Me considero de la Puebla, todos mis amigos son de aquí y mi mundo está aquí. Aquí se vive de una manera especial y por eso salen de aquí tantos grandes artistas.
-¿Es cierto que tiene más de cien caballos?
– En estos momentos tengo 120 caballos, yeguas y potros. De torear tengo 20, pero jóvenes para próximas temporadas son muchos más. El caballo del rejoneo debe tener unas características especiales y una genética particular, por eso los crío yo mismo y hago los cruces. Fabrico mi propio vehículo para competir.
– ¿Qué hay de portugués en Diego Ventura?
– Me siente mucho más español que portugués, básicamente por la edad en la que llegué a España. Adoro Portugal, voy mucho y tengo grandes amigos allí. Tengo su sangre. Pero, al criarme aquí, me siento de aquí, español.
– ¿Cómo le ha venido el tiempo de parón por la pandemia?
– Para mí, en cierta medida, me ha venido muy bien. Han sido muchos años y no podría disfrutar de la familia y del invierno con tranquilidad. En definitiva, disfrutar de tu familia. Me he dado cuenta que en la vida no todo es el toreo ni es como yo lo veía antes. Hay muchas más cosas. Cargué pilas.
– ¿Y cómo está siendo el regreso?
– Está siendo increíble. El año pasado, cuando ya pudimos torear bastante, lo cogí con muchas ganas e ilusión. Lo cogí sabiendo que tenía que hacer un doble esfuerzo para que la gente se ilusionase en volver a las plazas. En cada presentación que tuve, hubo unos grandes entradores. Esta temporada se presenta también increíble. Estaré en todas las grandes plazas.
– ¿Qué características debe tener un caballo para rejoneo?
– Lo primordial es la genética: que tanto sus padres como abuelos hayan toreado. Dentro de ello, hay líneas que para mi concepto se adaptan mejor y otras que no. Luego, el caballo tiene que tener musculatura y físico de atleta. A parte de todo eso, lo que me haga sentir y me aporte.
– ¿Cómo se prepara un caballo para ello?
– Para empezar, son dos años de doma, como cualquier otra disciplina. La primera cosa similar a un toro que ven es un carretón. Después, tras aprender lo básico, pasan a las becerras y luego, al toro. Un bonito paso a paso que no es nada fácil. Hay que saber darle el sitio a cada caballo.
– Todos dicen que es el número 1, pero todo genio se fija en otras figuras y tienen su referente particular…
– Que digan que soy el número 1 me enorgullece mucho, pero no creo en números, creo en momentos. Ahora estoy en mejor forma y más mentalizado, conmejor cuadra. Todo gracias al sacrificio. Te puedo nombrar a rejoneadores geniales que han aportado mucho al toreo. Están los Peralta, Manuel Vidrié, Álvaro Domecq,.. Ahora, más jóvenes, Pablo Hermoso, Fermín Bohórquez, Luis y Antonio Domecq, Javier Buendía, Ginés Cartagena, João Moura… De los que más me han marcado fueron João Moura y Pablo Hermoso. Joãoporque fue un gran maestro y la base del rejoneo actual, pero después Pablo, al tener esa rivalidad conmigo y yo con él, aprendo muchísimo de su figura.
– Por terminar, ¿hay algo que le falte por hacer en la vida?
-Muchas cosas. Es verdad que con la poca edad que tengo he podido hacer historia. Cortar un rabo en Madrid no lo ha consigue nadie. He conseguido 17 puertas grandes de las Ventas, nadie del toreo a pie ni a caballo lo ha hecho. También, 10 Puertas del Príncipe, algo que tampoco nadie ha logrado. Eso queda en segundo plano para mí y ahora mis sueños y retos son otros como hacer subir al rejoneo mucho más lejos. Cambiar muchas cosas del rejoneo que a día de hoy están mal hechas. Cuando me retire quiero dejarlo en un sitio mejor que lo dejé. Fuera a parte, quiero seguir aportando a la fiesta lo que ella me ha dado tanto. A Diego Ventura le falta mucho por hacer y mucho por conseguir.
Texto: Javier Comas
Fotos: Gerardo Morillo