Jaime Peñafiel
Periodista español licenciado en Derecho
Jaime Peñafiel no sospechaba cuando trabajaba, de joven, en una mina que iba a acabar siendo uno de los periodistas más influyentes del país. Tenía claustrofobia y descendía diariamente 700 metros de profundidad al tiempo que se matriculaba en derecho en la Universidad de Granada. Pero, sin dudas, los pasadizos más profundos y complejos que ha tenido que atravesar no son de carbón ni manchan la ropa. Peñafiel puede presumir de haber recorrido las estancias de decenas de palacios de monarcas y príncipes de todo el mundo para participar de sus bodas, sus funerales, sus coronaciones… y, por qué no, para ser el dolor de cabeza de alguno de ellos. Especialmente crítico con la Reina Doña Sofía y con su sucesora, este veterano periodista se confiesa partidario de una república para un país que – dice – no tiene tradición monárquica.
A estas alturas de la vida, ¿hay alguna noticia que le siga sorprendiendo?
Llevo trabajando desde hace más de cincuenta años. He visto y contado de todo: terremotos, bodas reales, guerras, tragedias. Realmente no hay nada que ya me sorprenda.
Es decir, que usted ya ha perdido la capacidad de asombro.
Bueno… tampoco es que pase de nada. Soy una persona muy sensible. Quizá me asombre lo que está por venir, que es como para llorar porque todavía nos quedan por vivir cosas terribles.
¿Qué época de la historia le hubiera gustado contar?
La he contado. Pasar de una dictadura terrible a una democracia a través de una transición ejemplar. Una transición sin revanchismo, sin que rodaran cabezas… Fue un milagro. Un ejemplo para todos los países que se lo debemos al Rey Don Juan Carlos. Sólo por eso su nombre debe figurar en el frontispicio de la historia de España con letras de oro.
¿Cuál ha sido su momento profesional más dulce?
Contar cuando una joven madrileña, Fabiola de Mora y Aragón, se acaba convirtiendo en Reina de los belgas, Fabiola de Bélgica. Fue una sorpresa de la noche a la mañana. Desde mi paisana de Granada Eugenia de Montijo, que se convirtió en Emperatriz de los franceses, no se había repetido la historia.
Y, quizás, el otro momento fue la boda del Rey Don Juan Carlos en Grecia cuando, todavía, en España no había Monarquía. Se desplazaron más de 5.000 españoles a Atenas. Nunca hubo tantos coches con matrícula española en un país extranjero como en aquella boda.
Aquella boda debió ser…
Un misterio. Todo un misterio. Todo dependía de cuándo Franco se fuera o decidiera nombrar a su heredero. Y todo eso en una España que no sabía nada de monarquía. El propio Don Juan Carlos decía que lo suyo era una república coronada.
¿Y la peor experiencia profesional?
La abdicación del Rey Juan Carlos. Me entristeció. No se merecía acabar así su reinado. Él dijo, además, que no abdicaría jamás y yo había publicado hace poco un libro titulado “El Rey no abdica”, que es una frase de la Reina Sofía. Ese es un misterio que algún día me gustaría descifrar.
Otro misterio…
La historia reciente de España tiene dos grandes misterios. Una es la abdicación del Rey Juan Carlos y otra el 23 F. Lo que pasó, realmente, el 23 F sólo lo pueden saber tres personas: Los generales Armada y Sabino, que ya han fallecido y el Rey Don Juan Carlos, que nunca hablará. Y ningún periodista explica la verdad. O porque no la sabe o porque no quiere.
De reportero de guerra a periodista del corazón, ¿vaya cambio, no?
Trabajaba en Europa Press e hice algunos reportajes de bodas reales que después compraba Hola. Estos se dieron cuenta que les salía más barato si me contrataban directamente y así empecé, haciendo ceremonias de la realeza: bodas, funerales, coronaciones…
Vaya experiencias habrá vivido. Dígame una que no olvide.
Estuve en la coronación de Bokassa, emperador de Centro África. Se descubrió después que uno de los platos que sirvieron en el banquete era carne humana, de unos escolares que habían asesinado.
¿Y qué pasó?
Lo derrocaron. Quisieron matarlo y acabó huyendo del país.
¿Se ha vulgarizado el prensa del corazón?
Se ha vulgarizado el país. España se ha vuelto un país vulgar, sin dignidad. No estoy orgulloso de mi país. La prensa española es muy cortesana. Con el Rey, con la Reina y hasta con Letizia. A espaldas la ponen a parir. La prensa española no es honesta
¿Cuándo usted empezó a trabajar, existía esa corte de personajes tipo Belén Esteban que hoy se ganan la vida en los medios?
No porque no existía ese tipo de prensa. Hola, que era donde yo trabajaba, era considerada como “la espuma de la semana”
¿Pero le gustan los programas del corazón que hoy se hacen?
A mí me gusta la libertad de expresión y hay revistas y programas del corazón que, gusten o no, están muy bien hechos. Es una prensa de evasión, que ayuda a la gente a olvidarse de sus problemas para entretenerse con los de otros, incluso, a escandalizarse.
¿Si usted no es monárquico, es Republicano?
Yo ahora no sé ni lo que soy. La República es el sistema de gobierno más perfecto que se renueva cada cuatro años. Sin embargo, la monarquía no deja de ser un sistema medieval que ha llegado al siglo XXI y que en la Transición a España le valió. Pero a un rey no le puedes votar ni con b ni con v, con lo cual tienes que exigirles que sean ejemplares, que es la razón de ser de la Monarquía y se está viendo que no lo son.
Entonces se decanta por la República.
No me importaría una República para España. Lo que no quiero es un Frente Popular, que es a lo que vamos abocados por algunos partidos políticos.
Ha dicho usted que la cuenta atrás de la Monarquía ya ha empezado, ¿cuánto le echa?
Es muy difícil saberlo. Pero partamos de que España nunca ha sido un país monárquico como Inglaterra. En la boda de Grace Kelly y Rainiero de Mónaco, el Rey Faruk de Egipto, dijo una frase muy sabia: “Dentro de unos años en el Mundo, quedarán cinco Reyes. Los cuatro de la baraja y la Reina de Inglaterra”.
Inglaterra es diferente…
En Inglaterra los ingleses respaldan la institución por encima de la Reina. En España no se respalda a la institución, entre otras cosas, porque la institución se empezó a hacer en el año 1975 después de la proclamación de Don Juan Carlos. La gente no podía convertirse de la noche a la mañana en monárquico. Eso sí, Don Juan Carlos lo hizo muy bien y la gente admiró a la persona. Pero, si la persona falla, ¿qué te queda?
¿Qué nota le pondría a la política actual que se está haciendo en España?
Un tres. Ni aprobado. Y al Rey un aprobado casi rozando el suspenso.
Bueno, el Rey acaba de empezar… ¿hay algo que no le haya gustado de sus decisiones?
No ha hecho nada malo. El Rey no gobierna, reina. Y en este caso, ha tenido mala suerte con los tiempos. Y su matrimonio no ha sido acertado.
Viene a Sevilla a hablar de toros, ¿cómo ve la Fiesta?
Rotundamente mal. Si hablas de “Fiesta Nacional” te acusan de facha. Quizás sea una exageración pero pienso que los toros van a quedarse reducidos a Sevilla. Porque a los sevillanos los árboles no le permiten ver el bosque de la crisis tan grande que se está produciendo en el resto del país.
La política tampoco ayuda.
Me sorprende que las principales críticas vengan desde los partidos de izquierda cuando los toreros, de toda la vida, proceden de clases humildes. Por otro lado, ahora, a los “modernos” no les gustan los toros. Y, en la prensa te encuentras a un buen número de columnistas que hablan en contra. Y a todo esto, en la Familia Real, salvo Don Juan Carlos y la Infanta Doña Elena, al resto no les gusta. Si España se radicaliza políticamente, se va a resentir la fiesta de los toros
Su torero.
Curro Romero, Espartaco, Antonio Ordóñez. No me gusta el toreo tremendista. Morante me encanta…
¿Qué acabará antes la Monarquía o los toros?
Es una pregunta muy difícil (sonríe). No sabría qué decirte.
Pero ve a los dos tocados.
Muy tocados. Yo le pediría al Don Rey Felipe que vaya más a los toros porque la gente se mimetiza y eso anima ir a los toros. A la Don Reina Victoria Eugenia, que era inglesa, no le gustaban los toros pero iba con unas gafas ahumadas porque entendía que tenía que apoyar la afición del Rey. Y, por ejemplo, gracias a ella a los caballos le pusieron petos.
¿Viene mucho a Sevilla?
No todo lo que quisiera. Yo soy de Granada pero me gusta más Sevilla. Es una ciudad para pasear por ella
¿Qué imagen se tiene de Sevilla fuera de ella?
Una ciudad que a pesar de todos los pesares y a pesar de la Junta de Andalucía… se le tiene respeto. Yo entiendo la gente que ama Sevilla y que prefiere vivir en Sevilla antes que en Madrid.
Un rincón de la ciudad.
El Barrio Santa Cruz, pasearlo por la noche, oyéndote los pasos…
¿Qué personaje representa o ha representado mejor el nombre de Sevilla?
La Condesa de Barcelona, Doña María de las Mercedes, era una amante de Sevilla, sin haber nacido en ella. Y la Duquesa de Alba lo sacrificó todo por estar en Sevilla. El orgullo que ella tenía de ser sevillana, sin haber nacido en Sevilla, no lo tienen sus hijos.