Rosa Oriol de Tous y Rosa Tous
Directora Creativa y Vicepresidenta Corporativa de Tous Designer House
Vienen a Sevilla a presentar «Tanuca» el último colgante diseñado por Eugenia Martínez de Irujo para Tous. Una joya con una preciosa historia familiar que sirve de homenaje a su madre, Cayetana Alba, tan querida sin más remedio por los sevillanos. Hace algo más de medio siglo nació lo que hoy es Tous en una pequeña joyería de Manresa y hoy en día son ejemplo empresarial y de marketing con una exitosa e inconfundible identidad de marca. Su familia representa el esfuerzo, la ambición bien entendida, el saber sobreponerse ante la adversidad y el espíritu de lucha. Rosa es una persona importante pero sencilla en sus formas. Difícil combinación cuando uno se para a ver el crecimiento del osito que les hizo internacionales. Tous nace del amor y eso es lo que transmiten en las distancias cortas.
¿Cómo era Rosa Oriol en su más tierna infancia?
Normal. Éramos tres hermanas, mis padres y mis abuelos. En verano me iba de vacaciones con mis abuelos porque mis padres trabajaban. Muy feliz, muy bien. No tengo recuerdos de cosas desagradables. Mi familia tenía una zapatería. Tuve una infancia feliz, una infancia normal.
¿Qué es la normalidad?
Es difícil. Es una palabra compleja.
Creo que usted no es normal.
Yo no siento que haya hecho nada especial. Para mí ha sido mi vida. He disfrutado mucho haciéndolo. Entonces no me puedo sentir especial. Si te pones a reflexionar caes en la cuenta de lo que ha pasado y se ha creado en todos estos años pero como lo hemos pasado tan bien todo ha ido fluyendo, nuestras hijas se fueron haciendo mayores, se fueron uniendo a trabajar con nosotros que es lo que siempre quisimos, para hacer un patrimonio grande para que ellas le dieran continuidad y eso es lo que hemos hecho. Todo está muy bien conducido. A mis cuatro hijas les dieron el premio a las emprendedoras del año y a Salvador y a mí nos lo dieron hace diecisiete años. Ver cómo nos quieren y respetan, como ayer aquí en Sevilla… Esto compensa todo lo que pueda haber malo.
Si no hubiese sido joyera, ¿qué hubiese sido?
Ni idea. Si no me hubiese casado con Salvador no lo sé. La joyería era de mi marido, que era hijo único, y me puse a trabajar con él en la joyería. Era una chica muy inquieta, mala estudiante, pero siempre fui muy despierta, espabilada. En aquellos años nos vimos con una joyería que era algo reservado para muy poca gente, en una ciudad pequeña, en la que lo bonito era muy caro, lo barato era muy feo… Durante unos diez años fuimos aprendiendo de nuestras clientas, iba a ferias y comprábamos cosas para vender que nos gustaban… Todo fue poco a poco encauzándose hasta lo que hoy es Tous. Son cincuenta y un años… Cuando comprábamos ya sabíamos lo que era para la señora María y lo que era para la señora Paquita… Llegábamos, las llamábamos, les gustaba, compraban… y eso nos fue dando una tranquilidad y una seguridad. Todo fue así hasta que decidimos montar nuestra primera tienda en Barcelona. Aquella ciudad me daba tanto respeto que antes la pusimos en Lérida. Allí teníamos muchos clientes por una amiga de mi hermana. Lérida es una ciudad complicada y nos serviría como orientación. Sevilla también es una ciudad complicada…
Los españoles somos gente complicada
Exacto. Mucho. Lérida funcionó muy bien y montamos Barcelona que tiene veintiséis años. Tardamos muchos años hasta llegar a hacer lo que estamos haciendo. Ha sido pasito a pasito. Barcelona fue un exitazo increíble y que si no es por Barcelona no nos hubiésemos movido de Manresa. No estaríamos hoy aquí porque en esa ciudad pequeña todo el mundo tenía ya el oso… (risas). Barcelona ha hecho que el oso sea más grande que supone el cuarenta o cincuenta por ciento de las ventas.
¿Sigue siendo Barcelona la vanguardia que siempre ha representado dentro de España?
En estos últimos años no ha habido favores para muchas ciudades. Es un momento complicado, difícil. Yo te diría que nos hemos dejado perder la fuerza que tenía Barcelona. Sigue siendo preciosa, vendiendo mucho turismo, pero yo creo que nos hemos dejado escapar muchas cosas. Barcelona se ha acomodado. Políticamente se ha complicado muchísimo. Nuestra política está basada en el trabajo y en el esfuerzo desde casa.
¿Cuál es el secreto de Tous?
El trabajo. Confiar en lo que hacíamos. Trabajar cada día. Cuando pienso que ya son cincuenta y un años trabajando y los que nos quedan me parece imposible. Quizás la ambición, pero no de dinero, sino la ambición por crecer. Cuando comprábamos cosas especiales y las clientas las compraban porque les encantaba nos motivaba a seguir. Eso nos llenaba y nos daba una fuerza y una motivación asombrosa para seguir haciendo cosas.
¿Se puede decir que Tous nace del amor?
Rosa Oriol.- Podría ser, seguro.
Rosa Tous.- Vendemos ilusión.
R.O.- Exacto, vendemos piezas para momentos especiales, celebraciones. ¿A quién no le gusta una joya? Es el regalo a un ser querido. Las joyas nunca se tiran.
R.T.- Representamos lo que puede hacer recordar a un ser querido.
¿Recuerda su primera joya?
Sí, unos pendientes que me regaló mi marido, cuando me casé, con una perla y diamantes. Primero creo que fue la sortija de pedida. Bueno, lo primero fue un colgante de oro de unos palos de esquí porque íbamos siempre juntos a esquiar. Nos conocimos por el esquí y porque éramos vecinos.
Decía El Padrino que la familia es lo primero…
En casa es así. El problema es que no sé dónde empieza la familia y donde empieza el trabajo. Para mí es todo una composición complicada. Estamos todos muy puestos en el trabajo. Influye también en el trabajo. Hemos conseguido en las comidas y con niños no hablar de trabajo porque ya los domingos eran sesiones de trabajo. Cuando haces una cosa y va creciendo y creciendo al final es como una gran familia. Ayer me encontré en Sevilla con algunas de las primeras dependientas que tuvimos y los sentimientos se mezclaron.
¿Qué legado quiere dejar a sus cuatro hijas tras tantos años de trabajo?
Me gustaría que cogiesen el timón y que la empresa siguiera creciendo. Me gustaría dejarles un gran recuerdo, que se sientan orgullosos de sus padres, como yo lo estoy de ellas. Quiero que sean felices. Tenemos diez nietos y espero que alguno que otro quiera seguir haciendo crecer la empresa. Quiero que hagan suyo Tous.
Acaba de presentar su libro biográfico Rosa Oriol, ¿por qué ahora?
Cuando teníamos la joyería pequeña de Manresa y tenía que firmar una garantía firmaba como Rosa Tous. Tuve mi primera hija y le pusimos Rosa. Rosa Tous era ella y era el momento de definirme de una forma más personal.
Es su reafirmación como individual.
Claro, he vivido muchos años como Rosa Tous y me siento muy satisfecha. Era un momento idóneo porque hacíamos cincuenta años de casados y cincuenta años de carrera juntos. Era una forma diferente de celebrarlo para no perder nuestra esencia y que quedara recogida en un libro. En él viene mi manera de pensar. No soy nada pretenciosa pero tenía unas ganas de contar y mis hijas de que quedara contado. Es un trabajo duro porque con él he revivido muchas cosas. Lo hice en un momento que me sentía de baja forma. Me ha hecho muy feliz hacerlo.
Usted no ha estudiado marketing, ¿cómo ha conseguido ser un ejemplo en marketing en identidad de marca?
Porque tengo un buen equipo. Fue el oso que llegó a nuestras vidas hace treinta y siete años.
¿Por qué el oso?
¿Quién no ha tenido un osito de peluche? Todos hemos sido niños. Antes también había día de San Valentín que luego se rescató y se veían muchos hombres ridículos regalando corazones. El oso transmite cariño, ternura. El oso nos dio el impulso. Salíamos en aquel momento de un mal negocio, que nos fue duro, y eso nos dio fuerza para reinventarnos y salir adelante. No podíamos rendirnos. Teníamos que ser positivos y el oso significaba todo eso. Teníamos ganas de hacer algo importante para la gente. Nosotros creamos una fundación en Manresa, que es una ciudad pequeña, para ayudar a la gente. Aquellos años difíciles nos hicieron crecer. Nos reforzó.
¿A quién admira?
A mi marido, pero hay mucha gente a la que admiro. Ahora estoy en una época en la que caes en la cuenta de la importancia de tu compañero de vida. Voy a restaurantes y veo a parejas mayores, que están comiendo, y no han abierto la boca en toda la comida. A mí me cuesta creer que no tengan nada que decirse. Hoy estoy pensando que voy a volver a Barcelona y no voy a ver a mi marido porque se ha ido a Basilea. Entrar en la casa sin él me sabe raro. Creo que hace veinte años que no nos separábamos un sólo día. Admiro la sinceridad, la amistad, el respeto que es muy importante. Admiro la gente que ha sabido tirar para adelante en los momentos difíciles y que consiguieron lo que parecía que no conseguirían. Admiro a la gente luchadora.
¿Cómo se plantea la nueva hornada de Tous?
R.T.- Construyendo sueños de verdad que es lo que han hecho mis padres. Estamos en la compañía desde hace muchísimos años. Tenemos cada una de las hermanas un rol bastante bien determinado y tenemos a la siguiente generación empujando fuertes y vamos dibujando el futuro. Mañana ya está siendo hoy. Nos llevamos pocos años con nuestra madre y hemos crecido prácticamente juntos. El Tous actual no es el que nos encontramos. Ahora es un Tous global, comprometido, que sigue creciendo, marcando muy bien unas pautas, manejando las herramientas para que sigan entendiendo la marca que es y que ha sido para las nuevas generaciones.
¿Lo que lleva colgado es el colgante «Tanuca»?
R.T.- Exacto.
R.O.- Es una historia preciosa. Un día vino Eugenia a casa…
R.T.- Como sabes, Eugenia Martínez de Irujo lleva veinte años trabajando con nosotros, en los últimos diez haciendo colecciones para Tous. Durante el planteamiento de su siguiente colección, que fue en el mes de enero, nos decía que hasta ahora sus colecciones hablaban de su persona, su Ibiza, su momento de más libertad, su punto hippie, muy de ella. Entonces pensó en que era el momento, tras dos años de la muerte de su madre, de hablar de lo que representa. Pensó en hacer un homenaje a su madre, Cayetana, para honrar su memoria.
R.O.- Vino con varias ideas y entre ellas con un colgante. Tenía su importancia porque era un regalo de la Reina Victoria Eugenia cuando nació su madre. Eugenia nunca lo tuvo. Lo llevaba su madre. Cuando me lo enseñó le dijimos que era esmalte. Nos dimos cuenta que se abría y era un guardapelos. Tenía un mechoncito con un lacito y una inscripción que ponía 1886 y que ponía Osborne. Era el nombre de la casa de verano de la Reina en Francia. De ahí nació «Tanuca» como joya de Tous.
¿Qué es la libertad?
R.T.- Todo. La capacidad de decidir y la capacidad de pensar y actuar.
¿Cuál es su receta para ser feliz?
R.O.- Proponértelo (sonríe). Así de claro. No lo he dudado nunca. Recuerdo una frase que me dijo un día en nuestra oficina el director de cine Bigas Luna: «Yo lo que quiero es que la gente que esté conmigo me haga feliz». Me quedo esa frase. Es curioso pero si te lo propones lo eres. Si quieres ser feliz tienes que apartar las cosas que no nos hace feliz. A veces pienso por qué soy feliz y es porque esa frase me ayudó muchísimo. Siempre hay una manera de encontrar la felicidad, pese a que hagamos cosas que no nos apetece o aunque las cosas se tuerzan a veces de forma importante. Siempre buscando la parte positiva llegaremos a la felicidad. La actitud es importante. Pueden más las ganas de ser feliz que quizás los motivos para serlo.