Las murallas de la ciudad de Carmona nos reciben en una mañana en la que los rayos del sol ya son de primavera. El arco de la puerta de Sevilla, que ha sido testigo de tantas civilizaciones, hoy es testigo de nuestro encuentro. Manuel Jiménez nos recibe en esa imponente puerta que da paso al casco antiguo, donde se ha criado. Comenzamos a perdernos por callejones de ensueño, cuidadosamente encalados, y llegamos al estudio de este joven artista que se define como “hijo de su tiempo”. Es un pintor humilde que viene desde abajo y que, como la mayoría en este mundo, se ha ganado lo poco o mucho que lleva, según se mire, trabajándolo mucho.
A Manuel le apasiona la pintura, tanto clásica como contemporánea. Le gusta la tradición y, a la vez, la vanguardia. Se encuentra en constante formación para avanzar todo lo que pueda en conocimientos, porque su objetivo es hacer arte actual bebiendo tanto de lo clásico como de lo moderno, para así abrir una nueva puerta. La excusa para conocer al carmonense es la reciente presentación de su cartel de las Glorias de Sevilla de 2024, obra que no ha dejado indiferente a nadie.
¿Cómo definiría su estilo?
Soy hijo de mi tiempo, por lo tanto, me defino como un artista actual. Mi estilo, como en cualquier profesión creativa, es el tiempo el que va desarrollándolo y, aunque tenga ciertas características personales que me definan, mi estilo todavía necesita su tiempo para decantarse. Si tuviera que situarme en alguna corriente, sería en el arte figurativo. Para crear mis composiciones, me fijo en lo que me rodea. Siempre parto de algo que veo e intento no quedarme solo en la pintura, también me acerco al diseño y al dibujo. A su vez, intento impregnar mis obras de iconografía, ya que pienso que es un peso importante que todo tenga un significado.
¿Qué ha significado anunciar las Glorias de Sevilla?
Me he sumergido de lleno en las Glorias y anunciarlas a Sevilla ha sido una bonita y hermosa oportunidad. Significa reafirmar todo el esfuerzo de estos años y madurar mi trayectoria. He podido llegar a un público más amplio y espero que sea un impulso de cara al futuro.
Háblenos de la técnica empleada en el cartel.
Técnicamente, el cartel es bastante contemporáneo. Desde la parte material, sería el soporte, que fue una tabla, la que adquiere un papel encolado. Sobre ese papel, primero hago unos trazos de dibujo a grafito. Después, fijo todo ese estrato y empiezo a pintar la pintura al óleo. También he introducido algunos papeles pintados a modo collage, por lo que sería una técnica mixta.
¿Qué no puede faltar en un cartel?
Creo que formalmente, nunca puede faltar el texto, ya que es algo fundamental y hay que darle la importancia que realmente tiene, porque no es algo secundario. Personalmente, me gusta asesorarme de personas que tengan que ver con el diseño gráfico, puesto que el pintor puede pintar una obra, pero no tiene por qué saber de diseño. Por otra parte, no puede faltar una transmisión y conectar con el destinatario, es fundamental. Hoy en día, hay ciertos carteles que no están conectando con el destinatario. Creo que son muy buenos y con mucha calidad, y aunque no le llegue al público, no puede dar lugar a polémicas que no son necesarias.
¿Qué espera de Sevilla con el cartel?
Espero que el cartel sea un escaparate, nunca mejor dicho, para la acogida por parte de los sevillanos de mi forma de ver, de pensar y de practicar la pintura. Y con la obra en sí, espero respeto y aceptación, que creo que de momento la ha tenido. Espero que se haya transmitido el mensaje que quería anunciar de las Glorias.
¿Qué momento vive el arte en Sevilla?
Un momento espléndido del que debemos estar orgullosos, con muchísima variedad y en la cartelería se ve reflejado. A lo largo prácticamente de toda la historia, Sevilla ha sido un referente a nivel mundial y lo sigue siendo. Actualmente, no podemos decir que haya una escuela sevillana definida, pero hay artistas de primer nivel que prácticamente son conocidos en todo el mundo.
¿Qué sueños le quedan por cumplir?
Prácticamente todos porque mi carrera acaba de empezar, por lo que me queda casi todo por hacer. No sé hasta dónde llegaré, pero el gran sueño sería llegar muy lejos, tener un arte reconocible en todo el mundo, que sea lo más solicitada y lo más repartida posible. Si hablamos de cartelería, al no tener un objetivo marcado, todo lo que llegue despertará una ilusión y se hará un nuevo sueño realidad.
Texto: Fernando Copete
Fotos: archivo de Manuel Jiménez