Se define como un alma libre y un niño en el cuerpo de un adulto. Ha vivido en ochos países y su formación en el mundo de los negocios es ejemplar y compleja de igualar que empezó en una rica niñez, junto a su abuelo materno, maestro y referencia en su vida. De mentalidad abierta, leal a su valores, a su edad lleva adelante negocios por todo el mundo de distintos campos. Actualmente este próspero presidente del Club Internacional de Leones es consejero del Córdoba C.F. y socio del despacho Sanguino dirigiendo el departamento Corporate Finance. Su labor altruista y desconocida le hacen importante, créanme. Sus reflexiones en estos días de reinventarnos y reciclarnos suponen un estímulo para nuestros lectores.
¿Qué significa ser león?
Ser león, como su lema indica, significa servir y ayudar a los demás.
Es una filosofía de vida que gira en torno al servicio, pero sin estar reñido con las relaciones personales y sociales. Como me dijo mi padrino cuando entré, el club de leones no es más que un club de amigos pero con un objetivo predominante en común, ayudar y servir a nuestra sociedad.
Desde el primer día que llegué al club hace ahora diez años, me encontré con un grupo de amigos que de forma desinteresada e incondicional me abrieron sus brazos y su vida.
Ser león es reír, colaborar, participar, pertenecer, sentir y disfrutar. Cosas ninguna de ellas reñidas con la ayuda y el servicio.
¿Qué perfil común tienen los componentes de este club internacional?
Las ganas de ayudar, el desinterés individual y la curiosidad innata por conocer. Cada club, como cada ciudad y cada país es diferente, pero en todos predomina la firme voluntad de aportar lo que se pueda a la comunidad.
Habitualmente los clubes de leones están conformados por grupos de amigos que se dedican a organizar actividades de toda índole para apoyar las causas más desfavorecidas de su comunidad.
Sobre todo eso, existe además un permanente espíritu común de convivencia e intercambio socio-cultural.
Los leones se caracterizan por ser gente extrovertida con ganas de conocer, aprender de otros e intercambiar experiencias.
Cada león es un pequeño explorador que quiere aportar su granito de arena al mundo así como abrirse a él, empaparse de él y disfrutarlo en toda su dimensión.
¿En qué proyectos profesionales se encuentra enfrascado?
Soy empresario de nacimiento. Además soy socio de la firma de abogados y consultores Sanguino donde dirijo el departamento Corporate Finance. Adoro la consultoría estratégica y mi bagaje profesional me ha dado una amplia agenda de contactos en el mundo empresarial y financiero. Además, a través de nuestro family office tengo intereses y presencia en numerosos sectores.
Como me dice mi familia, menos pastor, he sido ya de todo. A lo largo de mi trayectoria profesional he tenido intereses en numerosos sectores como el agroalimentario; origen éste del negocio familiar, centrado en los aceites, los productos del cerdo ibérico y las explotaciones ganaderas y agrícolas. He pasado por el mundo logístico, la hostelería, el sector textil, deporte, publicidad, inmobiliario, las energías renovables y unos pocos más que ahora me cuesta hasta recordar.
Actualmente, estoy presente sobre todo en el sector hotelero, inmobiliario, financiero, del futbol y como decía al principio, en el apasionante mundo de la consultoría estratégica y los fondos de inversión.
Es directivo del Córdoba y accionista bético desde niño, en cambio no es futbolero, ¿me lo explica?
(Risas). A ver… Estoy muy vinculado al mundo del fútbol donde soy consejero actualmente del Córdoba, C.F., así como lo he sido del Real Betis Balompié, del que soy además accionista y, por supuesto, fiel adepto y “loco de la cabeza”. Sin embargo, debo confesar que mi gran pasión como hobby son los toros. No es que no me guste el fútbol, todo lo contrario, es gran parte de mi vida, pero si tengo que poner en la balanza si prefiero pasar mi tiempo libre viendo un partido de fútbol o una corrida de toros, no me lo pienso dos veces.
Mi familia viene de la Sierra Norte de Sevilla y toda mi infancia está ligada al campo y al ganado y, claro, el lazo entre la dehesa y el toro de lidia es inseparable. No se puede amar una cosa sin la otra. Para mí nuestra maltratada fiesta del toro es algo mucho más allá de lo tradicional, es nuestra esencia. El encuentro entre matador y toro es un momento único y mágico.
¿Qué tiene la vida del fútbol?
El fútbol, como las sustancias opiáceas, es algo totalmente adictivo. Se empieza practicando, se va conociendo, vas interactuando con sus participantes y te va enganchando. Ahora, si de repente, tienes la oportunidad de conocerlo por dentro, es un mundo del que nunca se vuelve. Mezclar deporte, valores, afición y pasión supone una experiencia magnífica para vivir. Pero si para colmo le sumas viajes, intercambio cultural, medios de comunicación y negocio, ahí es donde se vuelve adictivo. Si tienes la oportunidad de profundizar en él y de ser parte de él, te aseguro que nunca querrás salirte.
Una de sus pasiones son los viajes y ha vivido durante años en distintos puntos del mundo, ¿cuál es su aprendizaje y de qué le ha servido hasta llegar a una vida familiar en Sevilla?
He tenido la fortuna de vivir en ocho países diferentes y tan dispares como varios del caribe, Norte de África o Norte de Europa. Cuando alguien me pregunta por esta experiencia, afirmo sin dudarlo que mi mayor activo personal en cuanto a curriculum o experiencia es ése, el haber vivido y convivido con un buen número de culturas, tradiciones, idiomas y geografías, que para mí vale a veces mucho más que los grados y los MBAs. Eso te da una mente amplia que te permite admitir y tolerar casi todo. Agradezco mucho a mi madre que siempre me apoyó y empujó a ser libre, a viajar y a no dudar en embarcarme en experiencias internacionales tanto académicas como profesionales que me han llevado a ser lo que soy hoy. Lo curioso de todo esto es que al final, después de haber dado tantas vueltas, aprender idiomas y desarraigarme de mi tierra, mi alma quiso volver a nuestra Sevilla. Y aquí estoy.
Después conocí a Lourdes, nos casamos, nacieron mis hijos y mi vida tomó un maravilloso pero totalmente diferente sentido al que había tenido hasta ahora, la familia.
¿Qué papel juega la fe y la familia en su vida?
Siendo una persona que no había conocido la estabilidad hasta que me casé, hoy por hoy no sabría definir la vida sin mi familia. Creo que nunca me llegaré a explicar cómo se puede querer tanto a unas personitas que llegan de repente a tu vida y se apoderan de ella. En cuanto a la fe, con todas mis idas y venidas, viajes y países, perderme y encontrarme, mi fe en Dios ha sido una guía. Hoy parece que no eres “guay” si hablas así de Dios. Parece que ya no eres moderno, aunque yo, cuanto más viajo y más aprendo, más claro me sale decir que necesito a Dios en mi vida.
Pertenece a la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando, ¿qué le aporta su colaboración con la clausura?
Es una orden discreta y modesta que pasa desapercibida pero que realiza una preciosa labor, cuidando a las monjas de clausura de nuestra ciudad e intentado así mismo ayudar a preservar el inmenso patrimonio cultural que albergan los conventos y monasterios. Egoístamente hablando, pertenecer a la orden y colaborar en su labor con la clausura me permite estar un poquito más cerca de Dios y además poder disfrutar de esos grandísimos monumentos, muchas veces ocultos, que tenemos en Sevilla. La gente no sabe lo que hay ahí dentro pero quedarían sorprendidos si lo conociesen. Para mí, todo un privilegio.
¿Quién fue su abuelo?
Mi abuelo, Manuel Romero Álvarez, bético de pro y empresario, fue mucho más que un abuelo, fue un padre y sobre todo un maestro. No era fácil de carácter, como suele ser toda persona carismática, pero siempre estaba ahí cuando de verdad hacía falta. Como empresario que soy, yo diría que le debo al menos el setenta y cinco por ciento de lo que sé y en mi día a día sigo recordándole con sus frases, consejos o numerosas riñas que me daba a diario o a veces incluso varias veces al día (risas). Era como se diría, un tipo duro de roer. En resumen, soy parte de él y él es parte de mí.
¿Cuáles son sus máximas para tener éxito en el mundo financiero y de los negocios?
Seriedad, trabajo, rigor, reflexión, humildad y comprensión. Si no eres serio, te cazarán pronto. Si no trabajas mucho y duro, te superarán rápido. Si no hay rigor en lo que haces, serás mediocre y fácilmente mejorable. Si no reflexionas, actuarás impulsivamente y te equivocarás permanentemente. Si no hay humildad, te creerás que lo sabes todo, por lo que errarás y acabarás solo. Y si no hay comprensión no sabrás entender lo que pasa a tu alrededor y nunca te podrás adaptar ni sabrás negociar con pericia.
¿Cómo ve a España?
Francamente no pinta bien. Veo un país cada día más desestructurado, desorientado y sin rumbo. No entro en ideologías.
¿Qué consejo daría a nuestros lectores en el plano económico?
No asimilar demasiada información porque anula la mente. No tener miedo a los cambios, porque a veces hay que salir de la zona de confort.
Aprovechar la crisis que vivimos para replantearse las cosas y depurar o cambiar lo que no va. Nos encontramos en un momento de crisis tal, que prácticamente cualquier cambio de rumbo que se emprenda empresarial o profesional, la gente lo entenderá. Hay que ser optimistas y ver esta situación como una oportunidad para mejorar.
Por último, ¿quién es Adrián Romero?
Un alma libre. Un niño gamberro e inquieto en el cuerpo de un adulto.
Un amante de los suyos, de la risa, del amor y de la felicidad.
Textos y Fotos: Javier Comas