En este lugar de moda en Sevilla Este, Cadaval comenta mientras ayuda a preparar este plato que «ha sido un año duro después de la alternativa. Si no pegas un zambombazo en cualquier sitio, los toreros que están recientes a la alternativa se paran. Por ello está siendo complicado pero, a su vez me está sirviendo mucho para madurar y ser mucho más hombre como persona, pero también como torero».
Señala que el toreo y la cocina son profesiones «muy distintas» pero que «un buen cocinero o buen chef, como un buen torero, le intentan poner sentimiento, cariño e ilusión a lo que van a hacer; le aplicas tus mejores formas para que el plato salga lo mejor posible. Un torero, cuando está delante de un toro, intenta expresar lo mejor de él para que a la gente le llegue. El cocinero busca que el que le pegue la primera cucharada esté encantado».
Entre confesiones, Cadaval asegura con rotundidad: «Mi carrera se está aún cocinando. Incluso todas las carreras, incluso la de las grandes figuras, están siempre cocinándose porque siempre vas aprendiendo». Y es que sabe que «la cocina tiene eso: todos los días descubres algo nuevo. Yo aún estoy muy nuevo y me queda mucho por aprender. Aún no hemos empezado ni a poner la comida a emplatar, estamos preparando los condimentos para que un día todos se unan y formen un buen plato».
Por ello, él sabe que con trabajo se consiguen las cosas: «Hay algunos toreros que nacen y aprovechan sus aptitudes y otros que no nacen con ellas, pero a base de disciplina y constancia consiguen metas muy altas». Señala a Roca Rey el nuevo “Messi del toreo”, y «otros no hemos nacido con esas características pero si nos empeñamos y tenemos disciplinas, se podrá conseguir llegar a lo más alto». Ante esto, nuestro protagonista lanza un mensaje a su futuro en los fogones de “La Caldera”: «El destino decidirá por donde se encaminará mi carrera profesional. Lo aceptaré igualmente, sea como tenga que ser».