El toreo y la confitería, unidos La Campana y Eduardo Dávila Miura, en las entrañas de la confitería más señera de la ciudad
Dávila Miura es al toreo sevillano lo que La Campana a la repostería de la ciudad. La Revista Escaparate ha unido a ambos de la mano de su alma mater, Borja Hernández. El diestro sevillano ha puesto su arte para ayudar en la elaboración de uno de los postres estrella de este lugar fundamental de la vida de la ciudad: “Las natillas del Conde”.
Mientras se preparan los ingredientes, Dávila recalca el carácter de los sevillanos respecto a los lugares como el protagonista de este número: “Los sevillanos somos de por sí muy fieles a las tradiciones, hay costumbres con las que nos hemos criado y una de ellas es la confitería de la Campana”. En la preparación comenta “no ser muy buen cocinero”, aunque “sí me gustaría ser mejor de lo que soy, porque pienso que es divertido. Pero, en este caso, asesorado por mi amigo Borja Hernández, todo es más fácil”.
Cuenta que “el toreo tiene muchísimas similitudes con todas las artes. Por supuesto, la cocina y la confitería son otro de ellos. El estado anímico del repostero, al igual que el del toreo, influye a la hora de rematar la faena. No todos los días un torero puede hacer la misma faena y un repostero no puede hacer, de igual forma, el mismo postre”
“Las natillas del Conde”
Borja Hernández narra la historia del postre protagonista: “El conde apócrifo de las natillas era un trabajador de la Campana. Entro aquí con catorce años y nació en 1893. Llegó a ser maestro obrador. Era el secretario de una peña humorística muy popular de los años 40, ‘la del 77’, donde le decían ‘El Conde de las Natillas’”. Se hacen por encargo y son un clásico de la confitería La Campana”. El arte al servicio del sabor. La Sevilla auténtica, mano a mano.