Su nombre está ligado al despegue de la televisión privada en los años 90, donde debutó en el mítico programa El Precio Justo. Monologuista, actriz, presentadora y, ahora, escritora de su propia novela. Beatriz Rico presenta para Escaparate su libro “De Miss a más sin pasar por Albacete”. Un viaje al centro de su vida y sus recuerdos con un toque de humor.
-¿Por qué “De Miss a más sin pasar por Albacete”?
-Tiene mucho que ver con lo que pasa en el libro. Miss Albacete acaba siendo miss España. Ella, tal y como cuenta en el libro, no se quiere quedar en una miss más, sino que quiere crecer, tiene otras inquietudes. En todas las novelas repite: “Tengo un sueño pero no lo voy a contar”. Ella es de Albacete pero dice que allí no vuelve. En Madrid tiene ya su vida hecha.
-¿Y por qué de Albacete?
-Siempre he pensado que las misses de España que han salido son solo de sitios muy bonitos y turísticos, pero nunca sale una miss Cuenca o Soria. Pues voy a romper una lanza por esas chicas del interior que nunca han sido miss España. En el libro sale un personaje real que se llama Víctor Ladrón de Guevara y me introdujo a mí en el mundo de los monólogos, es de Albacete y le quise hacer un homenaje.
-¿Qué tiene este libro de Beatriz?
-Hay bastante. Siempre dicen que la primera novela es muy autobiográfica, es lógico. Tienes muchos recuerdos dentro y es lo primero que te sale: volcarlos. Rita es un poco caótica, muchos pensamientos son míos. Hay cosas que me han contado, otras que he visto, otras que me he inventado y que me he reído como una loca escribiéndolas. No voy a decir cuales para que el lector juegue a adivinarlas, para eso hay que leer el libro. Hay mucho de imaginación, estoy acostumbrada a mis monólogos.
-¿Por qué se mete en este proyecto ahora?
-Fue algo que me vino a buscar a mí. Soy un poco vaga. De entrada, si escribes monólogos no es tan raro que te lances a escribir. Mi marido lleva dos años diciéndome que me pusiera a escribir. Veía todos los días una libreta y un boli cuando bajaba al salón a desayunar. Yo escribo a boli y tengo mucha velocidad escribiendo. Muchas veces no se ni lo que he escrito. En Instagram siempre escribo unos textos largos y con un toque de humor. Un día que no lo escribía me empezaban a llegar mensajes de lectores que decían que por qué no lo hacía. Un día triste de confinamiento miré esa libreta. Me senté a escribir y fue mi mejor terapia. A las dos horas, puse el punto final al primer capítulo.
-¿Cómo es su relación con las redes sociales?
-De amor. Facebook es más cerrado y amable, Instagram ya sabemos que es postureo pero también me sirve para postear textos para reflexionar. Twitter es el muro de las lamentaciones y tiene una cara A y una B. Soy muy de gimnasio y hacer deporte y veo que hay gente que en las clases entran con el móvil. Aquí las dos horas son sagradas. Es como todo: hay que saberlas usar. Si no la dominas, te dominan.
-¿Cómo es la verdadera Beatriz Rico?
-Por suerte, como medito mucho y hago yoga, porque soy una persona muy nerviosa. Notaba que no sabía gestionar mis emociones. Como buena piscis, soy muy de extremos. Ahora lo intento controlar porque me he dado cuenta que las cosas ni son tan terribles ni buenas. Soy un poco montaña rusa. Enfatizo mucho con el dolor de los demás, sobre todo con las cosas malas. Esas barreras las intento también romper. Eso me llevó a trabajar a un hospital de voluntaria, necesitaba ayudar. Pero sobre todo, soy una persona muy leal. Pedir perdón es una felicidad. Lloro prácticamente todos los días por lo que estamos viviendo, pero a mí me desahoga mucho. Soy actriz vocacional. Y antes que nada, mamá.
-Elija una opción: ¿Cine, teatro o televisión?
-Soy un poco chaquetera. Estoy haciendo ahora teatro con “Palabras Encadenadas” con la que estoy de gira. Cuando estoy con el monólogo y están riéndose, es la felicidad para mí. Cuando hago rock y veo a la gente saltando de adrenalina, es una sensación maravillosa y cuando escribo, estoy en Nirvana. Pero lo más arraigado en mi corazón es la interpretación en general.
-¿También toca en una banda de rock?
-Era una espina que yo tenía dentro. Cuando era chica todas mis amigas cantaban parchís y yo cantaba rock delante del espejo. Me la iba quitando. La vida sabe cuándo te tiene que dar las cosas. Cuando las cosas te buscan, la vida te está intentando decir algo. En cuatro años, hemos hecho más de cuatrocientos conciertos.
-Un trabajo que le marcó fue…
-En esta profesión todo se vive con mucha intensidad. Creo que el que más fue la primera película en la que me dirigió Fernando Fernán Gómez: “Pesadilla para un rico”. Se me abrieron muchas puertas. Tuve la suerte de que entre nosotros nació una amistad súper bonita. Yo me iba a su casa y pasaba las tardes con él. Me dio una seguridad que yo no tenía. En sus memorias habla de mí y me echó muchos piropos.
-¿Hace falta ahora un Fernando Fernán Gómez en la interpretación de España?
-Todos somos necesarios y ninguno imprescindible. Fernando nos hace falta a los que le queríamos y ya no le tenemos cerca. Sobre todo, ha dejado un gran legado en modo de películas y de libros. Ahora hay muchísimo talento en todas las facetas. En España tenemos el problema de siempre: nos falta pasta pero nos sobra talento
-Muchos le recordarán por El Precio Justo…
Fue Buenísimo. Me vine desde Gijón a Madrid porque quise ser actriz. Imagínate lo que es para una cría de 18 y 19 que la metan en el programa más visto de entonces. Por un lado, conseguí independencia económica, me dio mucha fuerza y después fue el trampolín a Telecinco. En último lugar y lo más importante, pude conocer a Joaquín Prat como profesional y como persona. Me enseñó la humildad, la disciplina en el trabajo y siempre estaba con una sonrisa.
-Un día dijo en una entrevista “El ser humano ha fracasado como especie”. Explíquelo.
-Desde el momento en el que medio mundo se está muriendo de hambre, para mí ya hemos fracasado. Lo pienso muchas veces cuando veo que sacan en un informativo a tanta gente irresponsable. Por suerte, hay muchas personas que lo hacen bien, pero hay otra gran mayoría que van a lo suyo. Mientras nos siga dando igual que el vecino se muera de hambre, vamos por muy mal camino.
-¿A qué le tiene miedo Beatriz Rico?
-Soy madre, a que le pase algo a mi hijo. También a la enfermedad y a la muerte de las personas que me rodean. Es algo que me obsesiona. A veces, hasta me da insomnio. Quiero a ver a mi gente con salud. El resto, de todo se sale. Como dice Fito, todo llega y todo pasa.
-La vida para Beatriz Rico es…
-Cambio. Somos cambio permanente. Nuestros circuitos neuronales se renuevan cada pocos segundos. La vida es cambio.
-¿Qué le pide al futuro?
-Virgencita que me quede como estoy. Salud, lo primero para mí y los míos. Le pido poder seguir viviendo de mi trabajo, trabajar en lo que me gusta y, por favor, que esta pandemia termine lo antes posible. Es mucho tiempo ya… Hay mucha gente sufriendo. Que lleguen pronto esas vacunas a todos y que podamos darnos abrazos y besos.
Texto: Javier Comas