La sociedad actual vive un proceso de transformación en cuanto a los criterios que hasta no hace mucho sustentaban el modelo de crecimiento y desarrollo de cara al futuro. Así, la sostenibilidad -entendida tanto desde un punto de vista medioambiental como social y económico- se ha convertido en un ‘leit motiv’ del día a día de muchos ciudadanos particulares, que tratan de aportar su grano de arena en este necesario cambio de paradigma. Pero ¿hay algo más que se pueda hacer?, ¿cómo colaborar de manera más activa?
Para responder a esta demanda y con el objetivo de contribuir de manera decidida a un futuro basado en parámetros sostenibles nació hace poco más de un año ASGUARD, la primera SICAV ASG de España. Este novedoso producto de inversión, vinculado a Ibercaja, ofrece a pequeños ahorradores la posibilidad de dedicar parte de su capital a mejorar el mundo y no solo sin renunciar a la rentabilidad, sino buscando unos márgenes incluso mayores que con los modelos tradicionales.
¿Qué son los criterios ASG y qué importancia tienen en la actualidad?
Los criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno corporativo, que dan lugar a las siglas ASG, son un conjunto de reglas a seguir a la hora de tomar decisiones empresariales. Por ejemplo, en el aspecto ambiental hace referencia a las acciones que realizan las compañías y que tienen un impacto en el entorno natural, ya sea de forma directa o indirecta. En cuanto a lo social, tiene que ver con aquellas prácticas que afectan a la sociedad y cómo se lleva a cabo el cumplimiento de determinadas cuestiones como los derechos de los trabajadores, las condiciones salariales o las políticas de inclusión, entre otras. Y, por último, el buen gobierno corresponde al modelo de gestión de la transparencia y administración de la empresa, así como a los puntos de referencia que sigue en sus normas y procedimientos.
¿Qué papel tiene la incorporación de estos parámetros ASG en la actividad empresarial?
Los objetivos empresariales se centraban hasta hace no mucho tiempo únicamente en obtener rentabilidad y crecimiento sin mirar mucho más allá el impacto que tenía una determinada actividad en las personas o en el entorno que les rodeaba. Sin embargo, la sociedad está cambiando, y con ella, las empresas, desde una pequeña fábrica hasta una gran multinacional. Así, el panorama actual es una combinación en la que cualquier compañía, con independencia de su tamaño, tiene que buscar el beneficio, pero también debe ejercer una responsabilidad social con el bienestar de los empleados y con el bien común.
¿Cree que este cambio de paradigma está obligando a las empresas a reevaluar su papel en la sociedad?
Así es y, precisamente, un informe elaborado en 2021 por la consultora Grayling con la participación de más de medio millar de líderes empresariales europeos describe el cambio de actitud desde el único enfoque basado en el beneficio de los años 70 y 80 hasta el actual, en el que las compañías reconocen una participación cada vez más amplia en la sociedad. Como reflejo de esta transformación, casi dos tercios (63%) de estos altos directivos coinciden en que sus firmas tienen una responsabilidad colectiva con las sociedades en las que operan. Y de ellos, el 94% considera que, en función de dicha responsabilidad, las empresas juegan un importante papel en la prosperidad del país en el que ejercen su actividad.
Teniendo en cuenta este contexto del que hablamos, ¿cómo y por qué nace ASGUARD?
El equipo fundacional, formado por Ibercaja y por un grupo de personas vinculadas con empresas del sector de las energías renovables, se forjó en noviembre de 2017. En nuestro caso, decidimos dar el impulso a esta iniciativa desde Grupo TSO, un holding netamente andaluz con más de 25 años de experiencia en innovación solar fotovoltaica del que soy cofundadora, junto con Antonio Calo, actual presidente de la compañía.
Partíamos de un caldo de cultivo indiscutible que es el convencimiento rotundo por la sostenibilidad, entendida en su triple vertiente: medioambiental, social y económica. Todos somos conscientes de que es necesario un cambio de ciertos
criterios que rigen el modelo actual de la sociedad en que vivimos y en el día a día intentamos poner nuestro granito de arena.
Pero nos preguntábamos qué más se podía hacer y cómo podíamos unir nuestras fuerzas de una forma responsable en un proyecto de buena gobernanza que explora nuevas formas colaborativas, que otorguen un valor a nuestros activos y que trasciendan nuestras posibilidades como individuos. En definitiva, que nos ayuden como ciudadanos a convertirnos en actores del cambio. Sobre esa base empezamos a volar y finalmente creamos la SICAV a principios de 2021.
¿Qué puede ofrecer esta SICAV a los ahorradores?
ASGUARD es un vehículo de inversión completamente novedoso donde le damos la vuelta al concepto de SICAV. En este sentido, lo que hemos fundado con Ibercaja es una institución de inversión colectiva -abierta, verde, y socialmente responsable- donde conseguimos que pequeños ahorradores inviertan sus saldos para mejorar el planeta y no solo sin renunciar a la rentabilidad, sino buscando unos márgenes incluso mayores que con los modelos tradicionales.
Su singularidad y su valor diferencial radica en ser la primera SICAV ASG de España ¿no es así?
Efectivamente, es la primera de estas características en nuestro país. Las inversiones ASG son una clara tendencia del mercado financiero y una garantía de rentabilidad y, de hecho, desde el equipo de Ibercaja ya habían detectado una creciente demanda por parte de los clientes. Creo que tenemos una oportunidad tremenda para abrir el camino y, sobre todo, para allanarlo a futuras generaciones, que es donde realmente impacta todo este movimiento. Al final todos trabajamos para dejar un mundo mejor a los que vienen detrás. Si tienes dinero, a través de ASGUARD, lo puedes invertir en lo que te importa
y construir cosas que faltan o que crees que son necesarias. Estamos en la era para que eso se dé y por eso hemos llegado aquí.
Como inversores, ¿por qué es interesante elegir fondos catalogados como sostenibles y gestionados bajo criterios ASG?
Aplicar criterios ASG a nuestras inversiones financieras no implica renunciar a la obtención de rentabilidad por un fin justo y laudable, ni es sinónimo de perder dinero, como comentaba antes. Pero es que, además, su repercusión va mucho más allá, ya que permite alinear los valores personales del cliente, relacionados con la sensibilidad social y la búsqueda de la sostenibilidad del planeta, con las decisiones respecto a qué utilidad quiere dar a sus ahorros.
De este modo, los ciudadanos pueden elegir e invertir en compañías que apuestan por construir un mundo mejor en un abanico amplio de sectores clave como salud, demografía, ocio, deporte, inteligencia artificial, robótica, seguridad, nuevas tecnologías en el sector del automóvil, energías renovables, agua, nutrición o descarbonización de la economía, entre otros muchos.
¿Hasta qué punto cree que la sociedad ha tomado conciencia y que los ciudadanos están dispuestos a ser actores de primera línea del cambio del que estamos hablando?
Sin ninguna duda, creo que es una tendencia creciente e imparable en nuestra sociedad. Los resultados de un estudio reciente apuntaban que más de la mitad de los españoles tiene en cuenta las políticas responsables de las marcas a la hora de realizar las compras, pero el dato realmente llamativo es que una consecuencia directa de la creciente concienciación social ha sido el empoderamiento de los consumidores, que se están convirtiendo en agentes del cambio. En este sentido, el 74% de los encuestados cree que los ciudadanos son capaces de forzar a las empresas a actuar más éticamente y de una manera más
sostenible.
Esto nunca ha sido tan obvio como ahora, debido al enorme impacto del Covid-19 en todo el mundo, que ha actuado como un acelerador de esta transformación. La inversión bajo criterios ASG ya era importante antes, pero va a tener un significado aún mayor a medida que la sociedad se reponga de esta pandemia a nivel global y se esfuerce por hallar la forma de afrontar todos los retos que tenemos por delante. En ASGUARD estamos convencidos de que llegará un momento en el que más que alentar una inversión en un fondo basado en estos parámetros sostenibles, quedarán fuera del mercado aquellos que no los
tengan en cuenta.
De hecho, usted como cofundadora de Grupo TSO, especializado en energías renovables, tiene una larga experiencia en materia de sostenibilidad. ¿Es muy diferente la labor de la compañía a la que desarrolla mediante la SICAV?
Obviamente son campos diferentes, aunque hay muchos paralelismos porque en el fondo hay fines compartidos. En Grupo TSO nuestra labor y nuestro principal objetivo es socializar la energía solar y convertirla en una ‘commodity’ accesible a cualquier usuario. Llama la atención que en una casa contamos con diversos electrodomésticos y aparatos, pero, sin embargo, a pocas personas se les ocurre adquirir un elemento que compense todo ese gasto energético y las emisiones de CO2 que generamos en el medio ambiente a causa de nuestro consumo eléctrico desmesurado. Y es ahí donde, desde nuestra empresa, queremos poner el acento para que se produzca realmente un cambio social que permita dar el salto definitivo hacia las renovables.
Texto: Nuria Ramos
