Mario Niebla del Toro Carrión.
Director de la Revista Escaparate
“EN ASUNTOS DE AMOR, LOS LOCOS SON LOS QUE TIENEN MÁS EXPERIENCIA”
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@niebladeltoro
Foto: Aníbal González
Las secuelas que nos hereda la pandemia en estos momentos y que siento más sensible en la ciudad es la agresividad. En esta ciudad de la alegría encuentro a todos al borde de la desesperación a la primera de cambio. Saltan a la primera como en un tiroteo. Explotan en un quejido hirviente y los semáforos son los principales observadores enmudecidos o amedrentados de estas tesituras histéricas. En la cola del supermercado o del cajero del banco al grito del “¡Yo iba antes! En la barra del bar o de la consulta. Rodeados de fiscalizadores de las buenas conductas “covitianas” y demás tribus y sectas urbanas recién nacidas, encantadas con el uso de la mascarilla para no tener que sonreír. Mirémonos con simpatía y plantemos cara a este escenario hostil de fatiga “pandémica”. Ahora que Rusia quiere para colmo enfangarnos en una guerra mundial, como si ya no tuviésemos bastante, llevemos la contraria. Ya hemos debido aprender a esta altura de la vida que no hay tiempo para odiar a nadie. En asuntos de amor, los locos son los que tienen más experiencia. Andemos cabeza en alto, cual legionario de Melilla, aunque a trompicones, pero como locos sonriendo a este aquelarre social que nos ha quedado tan antiestético con tantas medidas anti natura que nos tiene desquiciados, como cabras asomadas a un barranco. Dice un amigo mío sacerdote que la gente ha ido a los psiquiatras y psicólogos a medida que fueron dejando de ir a confesarse a la iglesia del barrio. Yo añadiría que nos sobra televisión y nos falta música. Nos sobran vasos de agua y nos faltan botellas de cava helado, manzanilla muy fría o cerveza gélida en copa y mucho agrado. Nos sobran canales de pago y nos faltan charlas a la luz de las velas cada día con nuestros seres queridos. Apaguemos por amor de Dios o por Trajano los móviles, las estadísticas, las incidencias acumuladas, el ruido, las aplicaciones y miremos a los ojos, sonriamos, se lo suplico, y brindemos por la vida aunque en el plato haya un sencillo filete de pollo hipocalórico. Vivamos la ceremonia del vivir vivos, más requetevivos que nunca. Hemos salido airosos de esta cornada. Salgamos ahí fuera y gritémoslo a los cuatro vientos con sones de triunfo vital y alegría. Abracemos hoy, ya. Digámonos que nos queremos, que nos necesitamos. Cenemos hoy lunes, miércoles o domingo con nuestra novia, novio, amigo, amiga, amante, padre, madre, vecino. Si hay para champán y caviar hoy es el día. Sino lo será de pollo asado y botella austera de rico tinto, pero entreguémonos hoy que es un día cualquiera a la flor y a la nata de estar aquí y ahora. Estrujemos la amabilidad de nuestro ser y hagamos de este mundo un lugar confortable donde lidiar con los obstáculos lógicos que ya acarrea la propia vida. Ya todo es de origen tan complejo que nuestra lucha no tiene que enfocarse contra nadie, sino a favor de nuestra buena energía. Ya para eso existe hacienda y la muerte. Ya existe el des-todo: Desamor, desilusión, desazón, desengaño… Elaboremos con nuestra actitud en menjunje que nos condense el sabor dulce, sosegado y sereno que nos humedezca nuestros labios de oloroso dulce que nos recuerde a nuestra risa contagiosa de niños, aunque ya peinemos canas. Mi carta de este mes es una invitación a sentarse en el banco del parque viendo la vida pasar, con el sol en todo lo alto o un encapotado de niebla bucólica que convierte todo en una escena decimonónica deliciosa. Fantasee con otras épocas, pasadas o futuras, tirando de imaginación y recuerdos edificantes. Construya imaginariamente las historias de quienes pasean por su lado cogidos del brazo estrenando un amor o acicalando uno verdadero y de toda la vida y que se mantiene robusto pese a los embistes de la poliédrica vida. Vea la vida despierto y con una sonrisa que le nazca del pecho a la boca. Amor con amor se paga. La vida se le tornará amable, idílica aunque imperfecta. Atraiga esa versión con sus actos y razonamientos. Lo demás son cuentos chinos y rusos que nada más que traen ruina y piojos. Nos vemos el mes que viene. Ya me contará. BRINDO POR USTED. BRINDO POR NOSOTROS.