Está claro que es un artista. Distinto. No se parece a nadie. Canalla sin pretenderlo, diseña con la mirada y su provocación reside en las emociones. Quiso ser actor y lo fue pero en la Moda encontró su sitio. Sus trabajos son autobiográficos y en ellos está impregnada una visión cinematográfica que delata una de sus pasiones, el cine. Culto, divertido, sentimental. También sádico. David Domínguez en Moda se escribe David Delfín. Un malagueño de Ronda que llegó para quedarse a la primera fila de la Moda de España con proyección internacional. Bimba Bosé es su alma gemela. Si no hubiese sido diseñador hubiera optado por ser saltador de trampolín. Lo normal…
¿Qué frentes tienes abierto como diseñador en este momento?
Estoy preparando la próxima colección otoño/invierno 2015 para febrero con la que cierro una trilogía. «No One» fue Otoño/Invierno 2014. Acabo de hacer «El tiempo de los monstruos» para Primavera/Verano 2015. «No One» era como el principio, «El tiempo de los monstruos» el nudo y con la próxima colección que se va a llamar «Inferno» será el desenlace y final.
¿Qué denominador común tienen?
Al fin y al cabo es una experiencia. Todo lo que me ocurre en la vida acaba de alguna forma desvelándose en mi trabajo. Son autobiográficas todas mis colecciones. Además de mi colección, estoy haciendo el vestuario para la Compañía Nacional de Danza para una montaje que dirige el coreógrafo internacional Johan Inger. Estamos haciendo «Carmen» para el año que viene que luego la van a llevar por China y Japón. Está muy guay. También estoy trabajando con otro coreógrafo, Marcos Morau de La Veronal para el que ya hice algo en febrero. Está trabajando para la Compañía de Danza Contemporánea Noruega que es una de las mejores del mundo y estamos montando » Edvard». Estoy por ello viajando mucho a Noruega, que se estrena en enero 2015. Además de la colección de las compañías de danza, nacional y extranjera, estoy con la colección de gafas que hacemos para Opticalia que van a salir ahora nuevas y con la línea de David Delfín Living. Son fundas nórdicas para la casa que salieron a principios de diciembre. Una cosa que estoy haciendo ahora también que es chulísima y que es para mí un reto es el diseño de lavabos y sanitarios para una firma española con bastante presencia internacional que se llama Bathco. Estamos haciendo lavabos, jaboneras, vasitos, incluso mobiliario para los cuartos de baño.
¿Esa versatilidad que compartís algunos de los grandes del Diseño a qué se debe?
En nuestro caso, desde el principio el proyecto David Delfín, siempre, fue un proyecto multidisciplinar. Incluso los socios son Gorka Postigo que es fotógrafo y arquitecto, Diego Postigo es realizador de cine y de vídeos, Bimba Bosé… Siempre lo vimos como un proyecto multidisciplinar y hemos trabajado en variados campos. Siempre digo que la creatividad se agarra a cualquier superficie y a mí me gusta trabajar en diferentes soportes. Hemos hecho dirección de arte para discos como por ejemplo para Miguel Bosé, para Bimba y su grupo The Cabriolets… De repente hemos hecho toda la imagen gráfica para el Festival de Cine de Málaga o más cercano a la Moda, como ropa de cama… Me encanta llevar la creatividad a otros soportes.
Has nombrado Málaga, ¿eres profeta en tu tierra?
Bueno, nací en Ronda. Me crié en Marbella hasta que con dieciocho años, en el año ochenta y nueve, me vine a Madrid y la verdad es que sí que me siento querido allí. He trabajado con el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. Me abrieron sus puertas para hacer una exposición allí con artistas increíbles a los que admiro, amo te podría decir. La verdad es que sí me siento querido, respetado, en Málaga, donde nacen proyectos muy interesantes.
¿Cuándo diseñas?
Todo el tiempo. Yo es que diseño hasta con la mirada. De repente estoy con mis amigos tomando unas cañas y pienso en algo o veo algo que me sugiere algo y cojo una servilleta de estas de «Gracias por su visita» con lápiz o un bolígrafo y me pongo a dibujar. A veces me he despertado de noche con alguna idea y me he puesto a dibujar. Lo que ocurre normalmente cuando lo veo ya por la mañana es que me doy cuenta que son tonterías, cosas que no tienen tanta importancia. Yo creo que la creatividad es una pulsión del inconsciente que trabaja hasta cuando estamos dormidos. La creatividad se pega las veinticuatro horas del día dando caña.
¿Qué tiene la Moda de libertad?
Pues no lo sé… Cuando yo llegué al mundo de la Moda que fue además por accidente me di cuenta que había encontrado mi lugar. Incluso pensé que cómo no me había dando cuenta antes. Dije: Aquí está mi sitio, aquí me quedo, aquí me planto. Si la Moda fuese sólo hacer ropa bonita con un buen diseño, un buen patronaje, un buen acabado… Si sólo fuese eso yo no sería diseñador. A mí me encantan las emociones y el motor que hay detrás de mi trabajo. Precisamente lo que tiene de maravillosa la Moda es que se deja contaminar por todas las disciplinas. Está ligada a la Fotografía, al Cine, a la Escenografía, al Interiorismo, a la Pintura… Eso es lo que realmente me interesa. Tiene también obviamente sus limitaciones.
¿Qué quieres comunicar con tus creaciones?
No me parece tan importante eso, aunque sí tiene una visión muy cinematográfica de presentarlas. Siempre hay de hecho un guión escrito, una historia, unos personajes, por supuesto, la Moda, la estética que es como el pilar más importante sobre el que gira todo lo demás… La monocomunicación es la multirecepción. Me encanta crear imágenes abiertas a interpretaciones y me parecen mucho más interesantes las lecturas que les pueden acabar dando por encima de la intención inicial con la que las hice. Es cierto que son todas un poco autobiográficas, con una historia detrás, pero a lo mejor sólo busco emocionar. A lo mejor soy muy pretencioso por esto, pero sí lo intento. Hago el esfuerzo por hacer un trabajo de emoción.
¿Cómo se puede revolucionar la Moda?
No sé, quizás con un pensamiento íntimo y personal, con una mirada personal sobre las cosas. Yo creo que lo revolucionario siempre está ligado al pensamiento.
¿Qué es para ti la provocación?
Hay quienes piensan que soy transgresor, provocador… Nunca me sentí muy identificado con todo eso. Sí es cierto que, hablando como hablaba de emociones, me interesa provocar emociones. En ese sentido si se quiere decir que soy un provocador sí, acepto. Vale, acepto pulpo como animal de compañía (risas). Mi provocación tiene que ver con eso, con provocar emociones. La verdad es que la provocación fácil no me interesa nada.
Has provocado sin querer…
Sin querer la he liado parda alguna vez que otra… pero no había interés por mi parte. Las sogas al cuello, las capuchas… Todas ellas tenían una referencia artística. Estaban «Los Amantes» de Magritte, creo que está en el Moma de Nueva York; hay varias referencias al cine, como «Baile en la oscuridad»… El traje de la horca lo hice justo saliendo del cine en una servilleta después de ver esta película que me impactó muchísimo. Me pegué tres días llorando acordándome de la película. En mi trabajo hay un montón de referencias cinematográficas, pictóricas, haciendo referencias sobre todo al surrealismo, a Buñuel, a Dalí… Todas las hormigas que salían en aquella colección que saqué se las tatuó Bimba… Incluso un corazón anatómico que saqué en La Corte de los Milagros Bimba se lo acabó tatuando en el pecho. Tenemos un montón de tatuajes de colecciones. Este apareció en la colección inspirada en la Bow House, la carabela que apareció en la colección de Los Mortales; la frase » Each Man Kills The Thing He Loves» de Óscar Wilde apareció en una colección de jerseys que se llamó Dual; este paracaídas con las iniciales de mi padre ADN… Entre Bimba y yo tenemos muchas referencias del cine o del arte tatuadas en el cuerpo.
¿Es tu musa Bimba Bosé?
Yo creo que se queda corto ese término, a parte que no creo tampoco mucho en las musas sino en el trabajo. Bimba es una de las mujeres más importantes de mi vida. Ella siempre está ahí. Cuando lloro, cuando río, cuando diseño, cuando trabajo, cuando estoy boca arriba y cuando estoy boca abajo. Es mucho más que una musa. Es como mi alma gemela.
¿Cómo estás ahora?
Estupendamente, ¿cómo me ves?
Pues eso, estupendamente (risas).
Me encanta una canción de Lola Flores que decía «Estoy como nunca» y acaba diciendo «¿o no?». ¿O no?
Totalmente, pletórico.
(Risas).
¿Si no hubieses sido diseñador?
No lo sé. A veces digo saltador de trampolín. Es una cosa que me gusta tanto… Me flipa tanto cuando lo veo que igual me hubiese puesto las pilas y yo que soy tan perseverante y currante lo hubiese conseguido. Saltador de trampolín hubiese sido sin duda una gran opción pero había un montón de cosas que me gustaban. Quise ser actor. Me vine a Madrid en el año ochenta y nueve para serlo y estuve en una compañía diez años trabajando con Dani Pannullo que hoy en día es algo así como un agitador cultural. Está mucho más centrado en la Danza Contemporánea y hace unos trabajos maravillosos. Quise ser actor pero luego cambié de opinión. Hice algunas cosillas. Trabajé con Berlanga en «Todos a la cárcel». Tuve un papel de travesti en la película. Participé en «Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí» que es una película dirigida por Dunia Ayaso. Todo en definitiva eran pequeñas apariciones para conseguir lo que creía que deseaba pero cuando llegué al mundo de la Moda comprendí que era mi sitio.
En la Moda como en la vida hay muchos momentos que interpretar…
Claro, es eso. Con treinta años me encontré. Encontré una especie de alter ego.
¿Cuál es tu visión del momento actual de la Moda?
Creo que es un buen momento. Pasan muchas cosas. Hay veces que parece que la creatividad se puede agotar y nos preguntamos ¿y ahora qué? Pero la creatividad acaba algo así como un pozo sin fondos. Siempre hay una relectura, reinterpretación… Una de mis colecciones se llamó Tautología. Es un término que me encantó. Es como lo mismo pero desde otro punto de vista. Decir una cosa de cuatro formas diferente. Mi trabajo tiene mucho que ver con eso. Al final aunque son todas las colecciones muy diferentes y aparentemente no hay mucha conexión entre ellas todas están íntimamente ligadas con mis pasiones, con mis miedos… Eso en el cine de Woody Allen por ejemplo se ve perfectamente. Muchas veces es como la misma película pero desde otros puntos de vista. Sus obsesiones están muy presentes. Ves «Delitos y faltas» y «Match Point» y hay mucha conexión entre las dos bastante importante. Eso es Tautología.
¿Qué planeas para la colección 2015?
Esto te lo adelantaba como especie de primicia. Se llama Inferno. Con ella me interesa tocar fondo, no tanto el plano dramático.
¿Estás tocando fondo?
Yo creo que ya lo he tocado. Me gusta mucho esa idea y a parte en el mundo del arte está muy presente. Como dice en el pañuelo bordado de Loise Bourgois: «He ido al infierno y he vuelto. Y déjame decirte: fue maravilloso». Yo creo que creativamente se le puede sacar mucho partido a eso, a tocar fondo si queremos verle la parte positiva. Inferno sigue la trilogía que empezó con Nova en febrero de este año y mi idea es cerrarla. No es una decisión mía, ni consciente. El propio proceso creativo me irá dirigiendo.
¿Qué momento vive la Moda en España?
Creo que hemos tocado también fondo y tenemos que tener cierto optimismo y estar dispuestos al cambio. Es una actitud que estoy notando en los ciudadanos, sino caemos en la queja que no me mola nada. La gente que se queja pierde incluso atractivo. Es muy peligroso. Crea rechazo. Estamos más que preocupados, ocupándonos de la situación. Vivimos un momento excitante con ganas de seguir adelante.
¿Qué tienes de canalla aparte del aspecto?
¿Tengo aspecto de canalla? Yo creo que sí, que lo soy en el fondo. Creo que como todo el mundo. Puedo ser un poco sádico a veces, a veces masoquista. Yo creo que no es saludable estar siempre en la misma posición. En la vida está bien ir cambiando en algunos momentos. A veces soy masoquista, sádico, canalla… Pero quizás tendrían que preguntarle a la gente que me rodea. Intento en general ser amable, educado, cariñoso, simpático… Cuando me veo un poco revenido intento retirarme y encerrarme, estar solo. No me gusta eso.
Has dicho «revenío» que es muy andaluz…
También digo mucho «guarnío» (risas).
¿Qué tienes de andaluz?
Yo creo que hay ahí una base que viene de mi madre, mis hermanos, mis sobrinos, mis sobrinos nietos que también tengo… Todos están en Marbella. Intento ir a verlos en la medida de lo posible. Ahora hace tiempo que no voy. Mi madre está un poquito «mosqueá». Hay ahí una base que de alguna forma cala en mí, en el plano de las emociones que es lo que me importa.
¿Has vestido a la Reina Doña Letizia?
No. Le hicimos un look para ella en un concurso en el que participábamos varios diseñadores que ella vio, lo que pasa es que luego los donó al Museo del Traje. Entiendo que como había cosas que le gustaban y otras que no y como ella es tan correcta, evitando posibles molestias a unos sobre otros, pensó esa decisión. No la he vestido nunca pero me encantaría.
¿Qué le harías?
No lo sé. Depende de la ocasión para la que fuese a ponérselo. Me encantaría hacerle un smoking con una visión de estas mías de lo que es un smoking. Me gustaría ver a nuestra Reina con un smoking.
Por último y como siempre pregunto, ¿cuál es tu receta para ser feliz?
Pienso que ser feliz es una cosa más sencilla de lo que nos creemos y que tiene que ver con los pequeños detalles y con las cosas sencillas. En mi caso no tiene nada que ver con grandes cosas. Yo creo que tiene que ver con la gente que quiero y con las que me siento querido y estar a gusto con situaciones cotidianas: cocinando, tomando una caña, viendo una película un domingo, yendo al cine, viajando. Es bastante sencillo. Estamos quizás tan obsesionados con buscar y encontrar la felicidad que no nos damos cuenta que la tenemos al lado. No tiene nada que ver con los grandes hechos.