Tras la considerable reforma del cortijo que data de los siglos XV y XVI. Asentado en pleno corazón de la Sierra Norte sevillana y rodeado de olivos. Este lugar mágico se alza como un balneario con carácter británico inmerso en pleno campo andaluz. Paredes blancas encaladas, suelos de barro cocido, antiguos portones de madera, paz, serenidad, limonada….
Desde que su propietaria Charlotte Scott y su familia adquirieron la finca hace unos veinticinco años no han parado de hacer reformas en el caserío e incluso ampliaciones de éste, ya que desde el año noventa y dos comenzaron a explotarlo como hotel. Un trabajo arduo pero muy satisfactorio para personas como Charlotte, una enamorada de Andalucía y del Arte, con un interés excepcional en conservar el patrimonio y las costumbres de nuestra tierra, algo muy a tener en cuenta de una señora de nacionalidad inglesa.
Entre las joyas de Trasierra, sus olivos, naranjos y limoneros. Destacaría el precioso conjunto de tinajas que abunda entre sus jardines y los aledaños de la piscina, también los espléndidos retratos realizados por el gran pintor Paco Carvajal a Charlotte y a sus hijos. Siempre me encanta volver a Trasierra, dar paseos a caballo, disfrutar de la compañía de esta familia tan inglesa como española… y tan respetuosa con las costumbres de aquí. Sigo creyendo que quedarse sin cobertura en el móvil, como ocurre aquí, es uno de los mayores lujos de hoy en día… ¿o no?….
Texto: Ramón Vergara
Fotos: Raúl Vaquero