Mario Niebla del Toro Carrión.
Director de la Revista Escaparate
Agosto ha pisado tierra para invitarnos al descanso, pero no se equivoquen. Nada más lejos. Tenemos una eternidad para descansar cuando acabemos en “el campo de los callaítos”. Aquí vamos a dejar de pensar en parar y deshacer para hacerlo en arrancar motores y pilotar con toda la fuerza que nos emana el mar, la arena, el sol, la brisa y el silencio donde nos escuchamos y hasta nos habla Dios. Aprovechen el mes del descanso oficial para encontrar la precisión de lo impreciso. Para identificar entre tanto ruido lo que quieren hacer e iniciar cuando llegue septiembre jugando a ser una segunda primavera. Expriman agosto para ver lo que no tienen tiempo de ver el resto del año porque llegan yéndose de todos los sitios. Eso sí, no se vengan arriba que vivimos en sociedad y renuncien aunque sea con mesura a la sinceridad si es en beneficio de la belleza. No hagan un día feo, ni un mal momento por decir lo que piensan sueltos y sin vacunar. ¡O no! También hay que soltar el encorsetamiento. Descálcense y griten si les da la gana, pero no olviden que tragar tenemos que seguir tragando todos, de arriba a abajo y de abajo a arriba. Todo el mundo traga, cada uno a su nivel. Grandes personas, grandes problemas. Pequeñas personas, pequeños problemas. No se auto flagelen que no son los únicos que tienen tragaderas para no hacer de esto una selva marinera por la paz. Es el momento de aceptarse porque hasta los relojes parados dan la hora correcta dos veces al día. Suéltense, que sí, queridos míos, que no pasa nada y si temen me alegro porque el miedo indica el camino. Es la señal de que hacemos lo necesario para movernos en la dirección correcta. Hasta el punto de que nos espante la falta de temor. Busquemos sentir la alarma que nos mantenga vivos, capaces, buscando nuestro sitio en el mundo. No podemos llevarnos toda la vida pidiendo perdón por existir. Así que háganse el favor de levantarse de donde están cómodos porque ese no es vuestro sitio. Peleen por amor de Dios por llegar a septiembre motivados hasta las mismas trancas. Prestos a luchar y defender vuestro camino hacia ahí donde crea que puedan ser feliz. Teman porque arriesguen pero no teman porque después de despojarse de lo que no les sirva en esa dirección quede nada o menos que nada. Cuando no hay nada sólo nos queda precisamente construir. Sólo nos queda el color, la sonrisa y la luz para iniciar una nueva etapa, una nueva vida, para iniciar, de hecho, la vida, pasada a limpio, sin borradores. Borren las notas de aviso para pasado por la mañana y actúen. Agosto viene con la hoja de ruta por trazar para arrojarlo al mar que les espabile. Un agosto más y van doce nuestra revista vive en vaqueros sin corbatas las carreras de caballos de Sanlúcar de Barrameda, hija natural de Sevilla con cordón umbilical eterno. Estaremos presentes en el mayor espectáculo de las playas del Sur de España a lomos de los purasangres y de la marea baja cuajada de coquinas y almejas. Hasta ahí llegarán amigos de toda la geografía española para vivir unos días con Stendhal sentado en el velador de al lado. No podría perder ocasión para agradecer a la Real Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda por navegar en nuestro barco y por dejarnos hacerlo en el suyo, que es el mismo barco. Nuestro hermanamiento, revista y Sociedad de Carreras, han dado muchos frutos muy positivos y muy bonitos. Eso nos lo llevamos puesto, ya venga lo que pueda venir. Nuestra revista que empieza a saborear sus doce años de existencia contándoles la cara amable del momento estará en los grandes acontecimientos sociales, deportivos y solidarios del verano andaluz. No puedo negarle que mi equipo ya trabaja a pleno rendimiento para la organización de nuestra Gala Aniversario de los XII Premios Escaparate y créame que la ilusión nos tiene empapadas las ganas como si el marcador estuviese a cero con lo que hemos recorrido y correteado en estos años como medio de comunicación, líder, con perdón, del sector en nuestra tierra. Todo ello, por supuesto y ahí quiero llegar, gracias a su confianza estas doce primaveras, veranos, otoños e inviernos. Así que aprovecho esta parada técnica de agosto, que no mental, ¡ojo!, para decirle que estamos muy contentos con lo que hacemos y con lo que vamos logrando. Aquí pongo el punto final, no sin antes desearles de corazón que disfruten como si no hubiera un mañana y aprendan a ser feliz o a vivir que es lo mismo.