Sevilla reafirma su papel como capital mundial del arte sacro con la reapertura del Castillo de San Jorge, a orillas del río Guadalquivir, que se convierte en el gran espacio expositivo de esta industria artesanal única. La primera muestra, “Del Esbozo a la Gloria. El Viaje del Arte Sacro”, ya marca un hito en la puesta en valor de una tradición que, lejos de ser estática, sigue evolucionando y dialogando con el presente.
El pasado Miércoles de Ceniza, el Castillo de San Jorge volvió a abrir sus puertas con una misión renovada: convertirse en la sede permanente del arte sacro en Sevilla. Este histórico enclave, que alberga el centro de interpretación de la Inquisición, acoge ahora exposiciones que muestran el talento de muchos orfebres, bordadores, imagineros y otros artesanos que dan vida a la Semana Santa de nuestra ciudad y a un legado artístico de valor incalculable.
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, destacó en la inauguración la relevancia de este espacio para el gremio artesanal: “Sevilla le debía al arte sacro un espacio de altura en el que poder mostrar su enorme potencial. Hoy cumplimos con esa deuda al abrir las puertas del Castillo de San Jorge para acoger esta exposición”.
Cabe señalar que, la primera muestra de este nuevo espacio, comisariada por Ramón Vergara, ofrece un recorrido que permite conocer el proceso de creación del arte sacro desde sus bocetos hasta su ejecución final. “Del Esbozo a la Gloria” no es solo una exposición de piezas maestras, sino una ventana al alma de los talleres sevillanos, donde el pasado se encuentra con la innovación.
“Los talleres de Sevilla no son solo espacios de producción, sino verdaderos centros de innovación cultural, donde el pasado dialoga con el presente y se proyecta hacia el futuro”, afirma Ramón Vergara. “Aquí los artesanos trabajan con sus manos, pero también con su alma, preservando técnicas centenarias como la orfebrería, el bordado o la talla en madera, al tiempo que exploran nuevas formas de expresión”.
Entre las obras expuestas destacan algunas de las más emblemáticas del arte sacro sevillano. Por ejemplo, la antigua bambalina de La Macarena, salida del taller de Caro; los respiraderos del palio de la Virgen de los Desamparados de San Esteban; un candelabro del paso de la Reina de Todos los Santos o la diadema de la Virgen de la Estrella, son solo algunas de las joyas que componen esta muestra. En concreto, más de 30 hermandades y más de 60 artesanos han contribuido con piezas para esta exhibición sin precedentes.
Francisco Carrera Iglesias, conocido como Paquili y presidente de la Asociación Gremial de Arte Sacro, subraya la importancia de este museo, mostrándose agradecido de que el sector cumpla un sueño: “Reconocido y agradecido como sevillano de que no nos avergoncemos de lo que somos únicos, que es precisamente para engrandecer a los demás”, explicaba en la presentación.
El nuevo espacio expositivo del Castillo de San Jorge no solo se limita a exhibiciones temporales, sino que busca ser un punto de encuentro para el arte sacro y sus creadores. El mobiliario expositivo, diseñado por el arquitecto Pablo Millán, ha sido adquirido por el Ayuntamiento de Sevilla con el objetivo de consolidar este lugar como un referente museístico.
Ramón Vergara lo expresa con claridad: “Esta exposición invita a mirar el arte sacro con nuevos ojos, a valorar no solo las obras, sino también a quienes las hacen posibles. Cada pieza aquí expuesta es el resultado de siglos de maestría y devoción, y Sevilla tiene la responsabilidad de proteger y proyectar este legado”.
El alcalde, José Luis Sanz, ha reiterado el compromiso del Ayuntamiento con el sector, destacando que “seguiremos trabajando en iniciativas que impulsen esta industria 100% sevillana, que no solo genera empleo y riqueza, sino que es parte esencial de nuestra identidad cultural”.
Por su parte, Paquili insiste en que este museo es más que un escaparate; pues se trata de una herramienta para la difusión del arte sacro y su supervivencia: “El arte sacro es flujo de turistas que vienen a ver la ciudad y que necesitan empaparse de su historia”
El Castillo de San Jorge, con su nueva vocación, enriquece la oferta cultural de Sevilla, pero también reivindica el arte sacro como una disciplina viva, en constante evolución. De este modo, este museo no es un punto final, sino un punto de partida para nuevas iniciativas que sigan poniendo en valor el talento artesanal de la ciudad.
Tal y como concluye Ramón Vergara: “El arte sacro no pertenece solo a los museos y templos, sino al corazón mismo de Sevilla. Cada obra que aquí nace es un legado que habla de nuestra ciudad al mundo”.
“Esta exposición invita a mirar el arte sacro con nuevos ojos, a valorar no solo las obras, sino también a quienes las hacen posibles”
Texto: Carlota Acuña
Fotos: Raúl Vaquero