Sevilla es su horizonte diario pero en el mar escribe su horizonte eterno. Hablar del nombre de Francisco José Vázquez Perea en Sevilla es hacerlo de la lucha contra el cáncer, esa maldita enfermedad que aprieta y ahoga y de la ciudad en sí en su misma columna vertebral. Este administrador gerente de la Asociación Española de Lucha Contra el Cáncer en Sevilla pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 2003, hermoso binomio, acaba de publicar su último libro ‘Cuaderno de la Jara’, una semblanza al azul y de atardeceres de verano. En el plano literario, ha sido articulista de numerosas publicaciones, entre ellas de El Correo de Andalucía, el periódico decano de Sevilla. En 1987 dio el Pregón Universitario, en 1993 el Pregón de las Glorias y en 2012, el Pregón de los Armaos de la Macarena. Su vocación cofrade le ha hecho pertenecer a distintas Hermandades de Sevilla, como son la de la Amargura, el Cachorro y Santa Marta. Hoy su objetivo diario es ayudar a las familias afectadas por el cáncer con un papel encomiable desde esta asociación. Entre tanto, escribe. Escaparate conversa von Vázquez Perea.
Paco, perdón que te tutee. Fue un descubrimiento tardío. Toda una vida fiel a la costa -especialmente el oestegaditano, a los pocos días de nacer se afincó en la luz de la tacita de plata donde su padre estaba destinado. Luego los veranos en Rota, en el Puerto, en un permanente ir y venir a Chipiona… quedándose Sanlúcar como una asignatura pendiente que tenía que llegar. Y llegó. Tarde pero llegó. Le pilló entonces colaborando en El Correo de Andalucía de Oscar Gómez y en un artículo (Adiós a la Jara) de Septiembre de 2015, se confesó rendido al enclave más extremo de la desembocadura donde descubrió una belleza inédita, una filosofía de disfrute diferente y definitiva. El artículo se fue convirtiendo en poemas y en un pretexto para rescatar del baúl viejas rimas garabateadas toda su vida, muy alejadas de la literatura cofradiera donde ya se le conocía. Y así se formó este poemario, Cuaderno de la Jara, que a finales de Junio se presentó en el sevillano Círculo de Labradores.
Aunque muchos poemas proceden de otras épocas de mi vida, Sanlúcar les ha dado un último barniz a todos, uniformándolos, y puede considerarse que no está presente solo en los que de ella hablan.
Por las páginas del libro desfilan la Cuesta de Belén, la salida nocturna de los pesqueros, la bajamar, las carreras, Carmen Laffon, Bonanza, las puestas de sol, la primera vez que la Reina Isabel vio el mar, la partida de la expedición de Magallanes… Sí, pero no como una exaltación propia de un atril y la escenografía de un Pregón sino engarzados a la intimidad vivencial que se hace presente en el resto de poemas personales, una interpretación metafórica de todos esos temas. Para percibirlos más que con el oído en unas Fiestas del Guadalquivir, con las yemas de los dedos pasando las páginas del libro. La verdad es que son pinceladas.
Se ve que la edición ha sido muy cuidada. Bueno, nada más ver el libro ya me felicitan muchas personas
pero, como yo les respondo, no por el valor de lo escrito sino por el precioso óleo con que Aurora Ruiz, mejor expediente y medalla de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla el pasado año, unida a la Jara toda su vida, ha interpretado la calma terapéutica de nuestro rincón de Sanlúcar. Además oírle tocar el piano junto al mar eso ya no tiene nombre. Ella es la hija de unos entrañables amigos y vecinos y para mí eso también ha sido fundamental, las gentes. Tanto las de temporada como los oriundos, disfruto los paseos por las calles tanto por su historia y su urbanismo como poniendo oído al habla de sus gentes. Respecto al libro ya está casi vendida la primera edición, estoy a la espera de la segunda y especialmente de verlo en el escaparate de ese templo cultural sanluqueño que es la librería Fórum, no habría mayor satisfacción.
Por lo tanto, lleva a Sanlúcar muy dentro.
Pues ya lo expreso. Mi abuelo fue práctico del puerto y vivía en Bonanza. Este nombre sonaba en mi casa desde niño con un eco casi sagrado, tengo fotografías de mi madre en la azotea, con el río y Doñana al fondo y la gorra de marino de su padre que ahora entiendo la carga emocional que tiene.
-Tal vez la mejor forma de transmitir lo que este libro contiene sea reproducir uno de sus versos. Cual mejor que “La Cuesta de Belén”.
Cuesta de Belén, junto al Mercado con el gótico en gris de las Covachas por donde mi memoria sube y baja siguiendo la deriva de tu rastro. Deja atrás el mar, sube a lo alto que aun es río tu flor inmaculada
y jardines de marea perfumada el aire que para ti es un palacio. No se si era en invierno o en verano,
si en soledad o gentes te arrastraban, si camino de la O, o hacia el Picacho. Solo se que en tu pecho iba una espada y por sacarla inocente fue mi mano la escogida por el beso de tu alma.
Texto: Jacobo Martos
Fotos: Gerardo Morillo