Es la primera mujer presidenta de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría desde que la fundara Murillo en el siglo XVI. Su mandato ha significado el aperturismo de la institución y ha permitido el acceso como académicos a personalidades como la duquesa de Alba o el maestro Curro Romero. En su familia se dan ejemplos de figuras comprometidas con la libertad y el arte, como la condesa de Lebrija, una activista cultural, que apoyó a principios del XX a intelectuales contemporáneos y hasta vendió dos cortijos para hacerse con una importantísima partida de ruinas romanas que a día de hoy son visitables en el Palacio de Lebrija. Su tío Rafael de León, poeta de la generación del 27, fue autor de coplas míticas de las grandes, como ¡Ay pena, penita, pena!, “María de la O”, ”Ojos verde” o “Tatuaje”. Símbolo intelectual para la época por su brillantez literaria y su valor como humano. Nuestra entrevistada reconoce con tristeza que no fuera respetada su condición, ni su vocación poética, impropio entonces para la familia del marqués del Valle de la Reina.
¿Quién es Isabel de León?
(Risas) ¡Tú me conoces muy bien! Una señora muy normal. Lo que me gusta es la naturalidad y hacer el bien que se pueda.
¿Cómo era la pequeña Isabel en su más tierna infancia?
Yo creo que igual que ahora. Lo que más me gustaba era sonreír, reírme. Era una niña muy positiva. Eso es en lo que no he cambiado.
Fue la primera mujer presidenta, desde que la fundara Murillo, de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, ¿qué significó ese hito?
Eso se lo deberías preguntar al público (sonríe). Yo he hecho todo lo que he podido para llevar a cabo un cambio radical en la institución, sin dejar de lado la tradición. Mi llegada al cargo ha significado una innovación con tradición. Ponerla en el siglo XXI. No solamente la sede da muestra de ello. Lo que se merece la ciudad de Sevilla. Es notable la reforma que ha sufrido la Casa de los Pinelo. También a nivel cultural, que se hace semana tras semana.
¿Cuál ha sido el principal obstáculo que se ha encontrado en este tiempo?
Prácticamente ninguno, porque tengo que reconocer que todo el mundo conmigo ha sido increíblemente bueno y ha tratado siempre de ayudarme en todos los sectores. Desde los políticos de todos los colores hasta todos los sectores a los que he implicado de la sociedad.
¿Qué queda en su tintero?
¡Ya poco! (risas). Llevo catorce años al frente de la Academia, que es una pasada increíble y creo que cuando ya pase esta pandemia que tenemos y volvamos a la normalidad será el momento de haber cumplido mi mandato y será el momento de terminar mi ciclo. Siempre quedándome como académica numeraria. Estoy ya un poco cansada, la verdad, y tengo otras aspiraciones en las que dedicar mi tiempo y que resolver.
Bajo su mandato ha sido el ingreso como académico del maestro Curro Romero, ¿qué tiene de arte el toreo?
Pues tiene mucho. Los grandes pintores, como Picasso o Goya; los escultores, poetas, como Alberti, Lorca y tantos intelectuales se fijaron en el toreo, el torero y el toro. El arte del toreo ha inspirado durante siglos a los artistas. Me pareció normal que el mundo del toro entrara en la Academia y que era la hora, en la persona de Curro, desde el siglo XVI que la creara Murillo que esto se resolviese. El cine, como el toreo, y el flamenco, que también han sido incorporado en mi etapa. Este último en la persona de Cristina Heeren, mecenas indiscutible del flamenco en todas sus disciplinas.
¿Qué tiene el flamenco de arte?
Todo, las posturas, los trajes… En el flamenco reside una parte importante cultural nuestra, española pero, sobre todo, andaluza. El flamenco es una manifestación artística internacional. Vas a Londres, Nueva York o París y el flamenco se conoce. Eso es maravilloso. Tarde nos hemos dado cuenta de ello…
¿Qué papel ha jugado la duquesa de Alba en la cultura?
La duquesa de Alba ha hecho muchísimo por la cultura. Me parece muy pobre el concepto que a veces parece que brilla de ella. Más desde un plano meramente social y de fotos. En la Academia hizo todo lo que pudo. Ella siempre apoyó a los artistas. Cayetana era una mujer movida por el arte. Ella en sí era artista. Siempre estuvo al lado de ellos y les apoyó de todas las maneras posibles de hacerlo.
¿Cuál fue la principal aportación de Cayetana Alba como académica?
Su gran aportación estaba en el día a día. Ella acudía a todas las sesiones. Acudió cada vez que se le pedía que acudiese. Estuvo presente en todo lo importante y no importante. En los plenos ordinarios también estaba presente. Ella quería estar enterada de todo y conocer en el día a día todo lo que se decidía. Ella tenía todo el cariño de la Academia, no sólo por la amistad que nos unía a las dos, sino por su entrega ejemplar con ella. Un día me llamó y me dijo que quería que un cuadro de su padre estuviera en la Academia y allí está. Un cuadro del duque Jacobo, magnífico. Su hijo Carlos, cuando falleció Cayetana, nos manifestó su deseo de mantenerlo allí. El actual duque de Alba también es académico, siguiendo los pasos de su madre.
¿Es un digno hijo de Cayetana?
Carlos Alba es una persona muy digna, muy buena. Lo que no tiene es el carácter de su madre. Yo tengo el carácter de mi padre y no tengo el carácter de mi madre tampoco (sonríe). Al margen de la cuestión de caracteres, Carlos es una persona que ha seguido honradamente el legado y ha hecho divinamente con abrir al público el Palacio de Las Dueñas. A lo mejor no es tan cercano con Sevilla. Lo de su madre era fuera de lo común.
¿Se imagina algún sitio para haber nacido que no fuera Sevilla?
Me hubiera dado mucha pena haber nacido en otro lado (risas). Una pena horrorosa, porque yo todo lo que hago lo hago, Mario, por la ciudad de Sevilla. Yo soy una enamorada de Sevilla y una enamorada del río. Yo creo que el río juega un papel muy importantísimo en la ciudad. La ciudad es maravillosa, pero yo creo que sin el río Sevilla hubiera sido la mitad. Esa puerta de América significó mucho. Trabajo para engrandecer en la medida de mis posibilidades a Sevilla, mi musa.
¿Es la marquesa de Méritos feminista?
No. Yo soy femenina. No es lo mismo (sonríe). Yo creo que hay que guardar todos los derechos, tanto del hombre, como de la mujer. La mujer tiene los mismos derechos que el hombre. Lo que yo no me veo es con un uniforme de militar. ¿Tú no me ves más vestida de seda con las perlas? Me favorece más (risas).
En su familia se han dado casos de grandes mujeres, como es su caso, ilustradas, comprometidas con su tiempo, con las libertades, como es el caso de su tía bisabuela, la condesa de Lebrija, ¿quién fue doña Regla Manjón Mergelina?
Lógicamente no tuve la suerte de conocerla personalmente. La he conocido por los archivos que nos legó. Fue la mujer más importante de la familia. Primero, porque fue una mujer adelantada a su época. Cuando el papel de la mujer era mayormente doméstico, ella ya dirigía unas excavaciones arqueológicas y viajaba a Roma, para hacer el seguimiento de salvar la destrucción de las antiguas ruinas. Lo que se conserva en el palacio de la calle Cuna está logrado a base de compra. La condesa de Lebrija vendió dos cortijos para poder rescatar y salvar esas ruinas romanas. Ella dejó un legado cultural imponente. Ahora le he hecho una exposición que ha quedado maravillosa en el palacio familiar que la preside un cuadro de Sorolla, que era amigo suyo. La pintó magistralmente para poder admirar su figura con el paso de los tiempos. Hay una vitrina de cartas de todos los pintores de la época escribiéndole a ella. En esa misma vitrina está reflejada toda la labor social que hacía con los niños desahuciados, tuberculosos, huérfanos… Era una persona con muchísima caridad, bien entendida. No una falsa caridad, muy dada en nuestra sociedad. Era una persona que apoyó muchísimo a los artistas: escultores, pintores, músicos. En esa vitrina hemos encontrado el reflejo de una mujer líder y carismática. Ella sí fue feminista, comprometida, siendo femenina. Acabamos de abrir todo esto al público, que ha tenido, pese a la pandemia, una repercusión enorme. La queremos llevar por todo el mundo.
Sin salir del repertorio familiar de comprometidos con la cultura, no puedo pasar la oportunidad de referirme al gran compositor Rafael de León, ¿quién fue el marqués del Valle de la Reina?
Tío Rafael fue un gran poeta, aunque lo encasillaron en la copla. Si tú coges cada copla es una poesía. Fue por encima de todo un poeta. A parte veo que fue tratado injustamente, incluso por la familia. Yo le conocí al final de su vida. Yo estaba deseando conocerlo, porque nunca parecía que tuviera oportunidad. Cuando por fin le conocí me causó tal impresión, por cómo hablaba, por su brillantez, que me dejó marcada. Rafael de León era impresionante. Ahí está. Ha dejado un legado impresionante. Tenemos una deuda con su figura. El día que conozcan quién fue realmente Rafael de León habremos cumplido con un personaje excepcional de nuestra casa. Fue muy injustamente tratado.
¿Tuvo algo que ver quizás su condición sexual?
Pues posiblemente. A mí como las condiciones de cualquier tipo me dieron siempre igual, porque nunca las he mirado. Nunca he comprendido que su condición sexual fuera el motivo por el que tuvo un trato injusto, dentro y fuera de nuestra familia. Eran otros tiempos y ya está. Aquella época la conocí poco. Yo estaba en otro mundo.
Su familia históricamente ha sido manifiestamente monárquica, ¿cómo valora la situación actual que está viviendo la Corona?
Yo te voy a decir una cosa. No me importa sincerarme en esto tampoco. La situación está fatal. Siempre sostuve que el Rey Don Juan Carlos no se tenía que haber ido nunca. Hizo alguna tontería, de acuerdo, pero yo creo que para juzgar a una persona hay que acudir al equilibrio. No juzgo sobre la marcha, aunque me persuadan. Siempre busco el equilibrio a la hora de llegar a juzgar algo o alguien. Creo que Don Juan Carlos ha metido la pata con lo de esta señora que ha salido, pero a mí, mientras fuera un buen Rey ,me da exactamente igual lo que hiciera en su intimidad y vida privada. Don Juan Carlos ha sido un Rey que ha traído para España mucho beneficio. Ha dado mucho y ahora parece que no nos acordamos. Hay muchos que lo pueden atestiguar. El propio Felipe González, el propio Aznar y lo hubiera podido hacer el desaparecido Adolfo Suárez. Todos los que vivimos la Transición hemos sido testigos. Parece que todo nos hemos borrado del mapa y no queremos acordarnos. Yo siempre sostuve que al Rey Don Felipe hay que apoyarlo. A este Señor se le está poniendo todo en contra, porque se están dejando pasar cosas que yo creo que son intolerables. ¿Quién iba a decirnos que no se puede hablar en español? Que el español no es la lengua vehicular…
¿Qué hemos hecho mal como sociedad?
Pues yo creo que lo que hemos hecho mal es que no nos hemos enterado antes de votar de lo que se votaba. Hay cantidad de gente de izquierda que a mí, que saben perfectamente que soy de una familia tradicionalmente monárquica, me han transmitido estar escandalizados con la Ley Celáa. En mi casa nunca hemos tenido prejuicios. Hemos recibido a la Familia Real en casa y al sindicalista. Mis padres han recibido a la madre del Rey y a Felipe González. Yo creo que una persona que tenga algo de cabeza y algo de amor a España no puede comprender que salga la Ley Celáa adelante. Todo por querer estar. La propia izquierda está escandalizada.
¿Quién fue la Condesa de Barcelona?
La madre del Rey. Muy sevillana. Venía a casa de mis padres a almorzar a veces. Era una persona muy llana, muy simpática y muy española. Cuando hablaba parecía que hablara andaluz. A mí me hacía mucha gracia. Ella estudió en el colegio en Castilleja de la Cuesta y hablaba como la gente de Castilleja. Muy llana, como su hijo, nuestro Rey. Un amigo americano me decía el otro día por teléfono que al único embajador que han conocido de España es el Rey Don Juan Carlos.
¿Qué papel ha jugado la libertad en su vida?
En mí se dan dos circunstancias. Siempre me he sentido libre, pero siempre he tenido muy presente el sentido del deber, que es lo que te hace ser algo menos liberal. En mi corazón soy liberal. Luego soy una persona religiosa y tengo claro lo que tengo que ser por donde he nacido. Eso condiciona la libertad de cualquier persona. Donde dios me ha puesto para bien y para mal intento equilibrar esa dualidad.
¿Qué papel juega la nobleza en nuestros días?
El cometido de la nobleza es dar ejemplo. Lo que más me interesa que se diga de la marquesa de Méritos no es nada que tenga que ver con los trajes que viste, sino que se sepa que está donde tiene que estar, ayudando a los demás y aportando en la medida de lo posible lo que está al alcance para mejorar la sociedad.
La marquesa de Mérito está reconociendo el mérito…
(Sonríe) Bueno eso ya lo tiene que decir el pueblo.La persona tiene que engrandecer al título, no al revés.
¿Cuál es el mayor mérito de un artista?
Después de lo que he visto a lo largo de mi vida, comprobando que han pasado muchísimas dificultades algunos, sin renunciar al ansia de lograr, crear y poner en su sitio una obra hasta su conclusión; el mayor mérito es aguantar y no perder esa ilusión y tesón.
¿Se imagina la vida sin la belleza?
No. A mí lo que más me gusta del mundo es pasear por el campo y contemplar su naturaleza en pleno esplendor. Pienso que es el mejor cuadro jamás pintado, porque está pintado por la mano de dios.
¿Algún secreto inconfesable?
No tengo secretos (risas). Tú sabes que yo soy muy clara. No le guardo secreto a nadie. A lo mejor me paso a veces por ser demasiado clara. Cuando me templo soy menos dura. En sociedad no siempre es fácil el exceso de sinceridad pero también me ha dado igual. Más vale ser como eres. Yo soy la que soy, sin tapar nada. Quien me quiere me quiere como soy. Procuro no hacer ningún mal a nadie.
Tiene un punto rebelde.
Cuando pienso una cosa no trago con la contraria (sonríe).