Hablar del protagonista de esta entrevista es navegar en la historia de España. En su Castillo-Palacio de Las Seguras, en plena comarca de los Llanos de Cáceres, José Miguel Carrillo de Albornoz abre las puertas a Escaparate de uno de las estancias medievales de carácter rural mejor conservadas de España. Con orígenes en el siglo XIII, la actual edificación se encuadra a mediados del siglo XV. Aquí reside, como bien describen los árboles genealógicos que cuelgan de sus paredes, la decimoquinta generación de Cristóbal Colón, la vigesimosegunda del Rey San Fernando y del rey San Luis de Francia y la decimoctava del Emperador Azteca Moctezuma. De sus manos han salido más de 20 libros y en su sangre corre la herencia del Descubrimiento de América. Amante del arte, es actualmente director de la casa de Subastas Fernando Durán. Entramos en el 1400, entramos en la historia de este país. Bienvenidos al Castillo de Las Seguras.
¿Dónde nos encontramos?
Es un heredamiento de los Ovando, siendo de mi familia desde hace unos setecientos años. Un lugar concedido por Alfonso XI de Castilla cuando conquista Cáceres y se lo da a su nieto Alfón Mogollón que venía con él en la conquista. Edifica esta casa al casarse con una Ovando. El original castillo de Las Seguras lo derriba el Almirante portugués, Núñez Álvarez Pereira cuando intenta conquistar Cáceres en 1370. La edificación actual trata de mediados del siglo XV. De ahí ha ido perteneciendo a la rama de Hernando de Ovando, Cosme de Ovando y luego, por herencia, a los Condes de Canilleros y a mí, que soy su nieto.
Llama la atención la suma de palacio más castillo.
Su función de Castillo se pierde con el tiempo y se transforma en una residencia bastante palaciega. Hoy es un lugar donde tengo mi casa y hago eventos en el jardín: bodas y fiestas. Es una propiedad de Ovando. Como casa habitada, está entre las más antiguas que sigue en vigor. La casa principal de la familia está en la plaza de Santa María de Cáceres, que sigue siendo propiedad de mi tía, la Condesa de Canilleros.
En el plano personal, ¿quién es José Miguel?
Una persona muy consciente de la historia pero con los pies en la realidad y con visión de mañana. Soy de dónde vengo pero también a dónde voy. Siempre he tenido muy claro lo que quiero en la vida y lo que me gusta
¿Qué importancia tiene hoy en día tener un título nobiliario?
De cara a la sociedad se supone que los nobles del reino son el culmen de la pirámide social. Hay dos mil personas en España que tienen título. Es una herencia histórica y uno tiene unos deberes hacia su casa y a su nombre. Implica dignidad, trabajo, esfuerzo, seguir una línea y llevar el nombre con el mayor honor que uno pueda.
Y, ¿qué supone llevar la herencia de setecientos años a sus espaldas?
Un honor. Lo bonito es que permanezca en la familia este señorío territorial tan antiguo
¿Cómo el título de Vizconde de Torre Hidalgo?
Lo concede el Rey Carlos V “carlista” a don Tomás Muñoz de San Pedro Montenegro y Velasco que apoya con mucho dinero y señoríos la primera Guerra Carlista. Este señor, que era muy legitimista, viene a Extremadura y se casa con una extremeña, Doña Carmen Flores de Lizaur y Cabrera-Meneses. Entonces se instala aquí, en la Villa de Brozas. Muere en Cáceres y su hijo se casa con la hija mayor del Conde de Mayoralgo, que era uno de los linajes más viejos de Extremadura. Tres de Los cuatro apellidos de sus nietos son extremeños.
Su linaje no se entendería sin la conquista de América…
El primer gobernador de Indias es Fray Nicolás de Ovando. El palacio de Ovando de Cáceres es el de su hermano. El dueño de esta casa es Hernando de Ovando. Su sobrino, Nicolás de Ovando fue a La Española cuando lo hicieron gobernador de Indias. Cuando vuelve construye la capilla que está arriba de esta casa, pintada por Juan de Ribera.
Se nota su amor por el arte, ¿cómo le llega?
Me crié con mi abuelo Miguel Muñoz de San Pedro. Era correspondiente de la Real Academia de la Lengua y de la Historia por Extremadura, era muy culto. Fundó la tertulia con José María Pemán, José María Cossio, Camilo José Cela, etc. Cuando era chico, a mi casa venían a comer los académicos. Me eduqué con él y empecé a leer manuscritos antiguos y a entender que la historia sin el arte era muy difícil de explicar.
Y su carrera continuó…
Hice la carrera de Derecho, después me fui a la Universidad de París a estudiar francés, hice Lengua y Literatura allí. Posteriormente, oposité a diplomático, un máster en Comercio Internacional y entre cómo director comercial en una compañía alemana de seguros de arte, pero trabajaba para París. Abrimos en Madrid y fui durante doce años el director comercial y jefe de suscripción de la compañía UAP Nostern y luego AXA Nostern Art. He sido comisario de exposiciones, también he representado a algunos artistas en algún tiempo y también trabajé con una galería norteamericana comenzando en ARCO de 2005. Luego estuve un breve tiempo en otra galería internacional cuando de repente me dio el punto de dejar esta casa en la que estamos. Dejé de trabajar para otros y me dediqué a la literatura; escribí 20 libros y tuve mucho éxito con la novela “Las Memorias de Isabel de Moctezuma”, donde vendí más de doscientos mil ejemplares en Méjico. Eso me lanzó en la escritura.
Un paréntesis: ¿Por qué en las subastas?
Es otra parte del mercado del arte desconocida. Hoy en día, es donde mejor salida se le dan a cosas de testamentarías, herencias o de varios familiares.
Y, ¿en qué situación está ahora el mercado del arte?
En un momento muy bueno. Llevamos creciendo constantemente durante tres años con un nivel de ventas que ronda el 80% en decorativas y el 65% en pinturas. Pienso que, tras la crisis económica, hubo un enorme parón, ahora estamos en una tesitura favorable. Estoy intentando que los jóvenes vuelvan a este mercado y no se queden solo con cosas de almacenes suecos que al final son de usar y tirar. Da personalidad y estatus a las casas.
Regresando a la literatura, ¿y su vocación por escribir?
Yo he escrito toda la vida. Les escribía los poemas y las cartas de amor a mis amigos porque eran incapaces de expresarse. Mi abuelo era escritor pero yo no tenía vocación. Me surgió por casualidad.
Y ahí llegó Isabel de Moctezuma…
Durante un paseo por el barrio viejo de Cáceres, le enseño al consejero de Cultura el palacio de Moctezuma. Le cuento la historia de Isabel y me dijo: “¿Por qué no la escribes y yo te la publico?” y le dije: “La escribiré y tú no me la publicarás”. En efecto, pasó. El consejero pasó a ser diputado y desapareció. Lo llevé a varias editoriales en España y a nadie le interesó en absoluto. El libro durmió siete años. En el 97, un amigo fue a Méjico, lo registró allí, se lo entregó a varias editoriales y me dijo que todo el mundo quería editarlo. Acabó siendo número uno de ventas allí. Me vi lanzado en una guerra de escritor que nunca pensé
¿Qué significó para usted ese libro?
Le tengo especial cariño; yo dibujé las ilustraciones, ella es antepasada mía directa, es el primer personaje histórico del que mi abuelo me habló. La última emperatriz de Méjico, hija de Moctezuma, casada con los dos últimos emperadores y con tres españoles; todo un personaje. Me supuso un cambio radical en muchas cosas. De ese libro surge la trilogía mejicana. Después empecé con la novela histórica en España.
¿Qué opina de todo el movimiento que intenta fomentar la “Leyenda Negra”?
Es una política que va con Norteamérica: erradicar la influencia española y la mejor manera de hacerlo es demonizar la colonización española. Como se cargaron a todos los indios, ya no tienen. Me parece lamentable. Respondí al presidente López Obrador en una entrevista que me hicieron. Me parece lamentable este movimiento. América le debe a España su identidad completa. Cuando los españoles llegan a Méjico, en Tenochtitlan estaba un imperio fabuloso pero también sangriento y de terror. Allí había sacrificios humanos en todos los festivales cada mes y no fueron los españoles los que precisamente acabaron con Moctezuma. El revisionismo histórico, cinco siglos después, es francamente estúpido.
Volviendo a la novela, ¿cuáles son sus próximos proyectos?
Tengo dos novelas contemporáneas acabadas. Escribí una que se llama “El sueño de Álex”. Me gusta hablar del tiempo que vivo. Trata de una persona que está descontenta con su vida, le cae un rayo encima, cae en coma y cuando se despierta, quiere cambiarla. Otra es la historia de amor de dos personas mayores que se encuentran que se llama “Memorias de cristal” y la última la escribí de una amiga que quiso suicidarse y se llama “Proyecto de muerte”. Son las últimas veinticuatro horas de esa persona.
¿Está su vida reflejada entre esas líneas?
Siempre, todo escritor refleja su modo de ver la vida en un libro. Muchos me han dicho que yo soy ese Álex.
¿Qué es la vida para José Miguel?
Aprender y vivir. He leído mucho y me ha gustado formarme, pero también hubo un momento en el que decidí que no era suficiente y que hay que vivir.
¿Y la familia?
La tradición. Soy la memoria histórica de ella; es la sangre y su peso.
¿Y la alegría?
¿Qué es la alegría? La alegría es difícil de definir. Es sentirte a gusto consigo mismo cuando te levantas.
¿A qué le tiene miedo?
A dejar de tener ilusión. Si no la tienes, no tienes vida. No quiero morirme en vida, no me gusta la gente que no vive.
¿Cómo ve España en estos momentos?
Complicada. Vivimos un tiempo enloquecido en el que se le da demasiado pie a los extremismos. Hay una falta de patriotismo tremenda, nuestro sistema electoral le ha dado peso excesivo al nacionalismo y nos está costando muy caro.
¿Ha tenido contactos con la Familia Real?
Tuve la tristeza y el honor de hacer la abdicación del Rey en televisiones. Soy muy “juancarlista”. Fue un gran Rey en un momento muy especial para España. Gracias a él tenemos una democracia maravillosa y un bienestar fantástico. Don Felipe es una persona interesante, un Rey de un corte muy diferente; mucho más formal y que le toca un tiempo mucho más difícil.
José Miguel, pregunta-respuesta: Un personaje en la historia.
Alejandro Magno. Fue un visionario de su tiempo, un general fabuloso; tenía la idea de un imperio universal. Rompió moldes en todos los terrenos.
Un artista
Miguel Ángel. Por su tortura, su calidad y su maravillosa capacidad de traducir la belleza.
Una obra
Arquitectónicamente, San Pedro del Vaticano. En escultura, la Piedad de Miguel Ángel, es culminante. Y en pintura, el Descendimiento de Van der Weyden.
Un rey
Carlomagno, el gran emperador que sueña por primera vez con el Imperio Europeo.
Un color
El amarillo, me encanta.
¿No es supersticioso?
Para nada.
¿A qué huele su vida?
A flores, porque mi jardín es lo que más me importa en la vida.
Una ciudad
París, es la ciudad de mi vida. En antiguo, Teotihuecan.
Un lugar en el mundo.
Esta casa. Si yo no hubiese tenido esta casa, mi vida hubiese sido otra y probablemente, ni estaría en España.
Texto: Javier Comas
Fotos: Raíl Caro