“EL TOREO EXPLICA LA VIDA MEJOR QUE NINGÚN OTRO ESPECTÁCULO”
Dos juanes y un mismo escenario por una tarde. La Fundación Cajasol acogió un interesante mano a mano entre dos figuras en sus facetas profesionales. Dos personas que abrieron su corazón a la Revista Escaparate con el mundo del toro como foco de sus conversaciones. Sevillano y torero frente un madrileño y periodista. Ambos están en la cúspide de sus carreras. Ortega triunfa ya en los grandes carteles en plazas de primera y Del Val se ha convertido en los últimos años en una imagen conocida de los grandes programas de televisión a nivel nacional. A ambos le une una pasión por encima de todas las cosas: el toro.
-¿Cómo debe presentarse un torero ante una persona?
-Depende la persona a la que tenga delante, si es una mujer o un hombre. Intentar ser lo más natural posible. Si es una mujer, con dulzura, si es un hombre, con autoridad de dar tu opinión de las cosas.
-¿Y Juan del Val?
-A lo mejor le empiezo a hablar de la profesión, a lo que me dedico, que también dice muchas cosas de uno. Soy Juan del Val: escritor, guionista, trabajo en televisión… En este contexto, aficionado a los toros por encima de cualquier cosa. El toreo es el arte más grande que existe, todos los demás somos aspirantes. Intento ser honesto y, a pesar de la edad, siempre aprender.
-A del Val, que se mueve en muchos frentes, ¿qué tiene la vida de torear?
– El toreo explica la vida mejor que ningún otro espectáculo. Hay dolor, triunfo, muerte, éxito, alegría, todo tipo de sensaciones… Nada podría explicar mejor la vida que el torero.
-Ortega.
-En una tarde de toros se resume todo lo que te puede acontecer en la vida. Al final, porque ante el toro estás lo más desnudo que se puede estar en la vida. El toro no te conoce, ni tu situación y esa soledad que sientes delante de él…
-¿Se ha sentido solo sin torear estos meses?
-No, porque el toreo no es solo estar toreando en la plaza. Es mi vida, la vivo día a día. También es la gente con la que trato, mis amigos, mi familia… Aunque no estés toreando, siempre tengo la sensación de que soy torero.
-A del Val: ¿de dónde le viene la afición por los toros?
-Mi padre y mi abuelo eran aficionados medios. A mí siempre me fascinó el mundo. Creo que se nace torero y aficionado, aunque suene pretencioso. Un noruego eso lo tiene más difícil… Recuerdo que me fascinaban las fotos de los toreros. Luego tuve la suerte de entrar en el periodismo taurino y aprendí más. Somos tres hermanos, yo soy el pequeño. Nos llevó a los tres. Ellos no quisieron volver y yo siempre quise repetir.
-Al maestro: ¿Se asusta cuando ve su nombre en carteles importantes como primera figura?
-Primera figura son palabras mayores. La verdad es que no es una cosa ni que me asuste o preocupe. Al final, cuando el toreo es tu día a día, tampoco te vas a creer nada. Vas entrando en mejores carteles, pero lo entiendo como un proceso lento y las cosas van llegando poco a poco.
-¿En qué espejo se mira Ortega?
-En los que siento que han hecho el toreo bien, los que han interpretado el toreo como su medio de expresión artística y personal, además de encontrar en el toreo su refugio.
-Los gustos taurinos de del Val rondan…
-Soy muy de Juan Ortega desde que le vi, lo digo completamente en serio. Soy capaz de disfrutar con todo tipo de toreo. He sido amigo personal de algunos. Ahora me llena como aficionado el toreo de arte pero he aprendido mucho hablando con toreros de otro corte. Pero si quieres nombres: Rafael de Paula, Morante y Juan Ortega.
-Juan del Val es una cosa que está a diario en el candelero del entretenimiento nacional. ¿Qué le diría a una persona que rechaza el mundo del toro?
-Esto es un debate largo, pero no me codeo con tanta gente que lo rechaza, me codeo con gente que no le gusta. Estamos presos de lo que pasa en las redes sociales y de los que hacen ruido, pero creo que esa no es tanta. Cuando hablo de toros, los intento vivir con naturalidad. No podemos estar permanentemente reivindicándonos. Tenemos la oportunidad de presenciar un arte único y no me justifico. Ya cuando pongo cara de mala leche…
-¿Y Juan Ortega?
-Por la experiencia que he tenido, una persona que se me declara antitaurino me he acostumbrado a no mostrarle mucho tiempo. Hablo con la gente que tiene interés por conocer, a esas sí le dedico mi tiempo y esfuerzo para explicarle cosas que entiendo que son difíciles de comprender cuando no estas metido en el mundo del toro.
-Esta pregunta es difícil para un torero, pero ¿a qué le tiene miedo Juan Ortega?
-A levantarme una mañana y haber perdido el sentido del toreo y la ilusión, a lo que ha sido mi vida hasta hoy.
-¿Y Juan del Val?
-A parte de a las cosas a la que todos les tenemos miedo, en eso sí hay un cierto paralelismo: a un día levantarme y cuando me ponga delante del ordenador a escribir no tener nada que contar. Eso sí me preocupa. El día que no tenga nada que contar, no estaré bien o estaré muerto. El observar las cosas para contarlas me mantiene vivo. Aunque estuviera respirando, no estaría vivo.
-Defina a Ortega
-Es la máxima expresión de un artista
-Defina a del Val
-Valoro su naturalidad, que es lo que valoro por encima de todo en el toreo.
Texto: Javier Comas
Fotos: Aníbal González