Por Don Leandro de Borbón
Naturalmente, en las cosas sagradas, no nos podemos meter los humanos, y claro, en el tema del Cónclave, el que manda es el Espíritu Santo. No acerté y pido perdón por mi “clarividencia”.
¡Cómo está la calle! Contra la Monarquía, contra las personas reales, sus testamentos y herencias, las manifestaciones contra los políticos del PP y, en el Congreso, todos contra el PP.
No puedo opinar de todo, pero escribiré de algunos temas.
En España, todos los testamentos están pasados por la Hacienda y pagado el importe que corresponda. Las herencias también. Lo que no se declaró, naturalmente, no; y se coge en mano.
Existe una curiosidad malévola sobre los bienes y herencias de la Casa Real. Nuestra Casa Real tiene una asignación del Estado, con arreglo a un presupuesto pasado al gobierno, y sobre el importe de cada partida y es quien tiene que saberlo.
Las personas que forman la Familia Real hacen su Declaración de Renta como todos, y la Hacienda sabe lo que se hace con las partidas del presupuesto.
Otra cosa es si se tiene dinero fuera, declarado o no. Declarado, paga a la Hacienda. No declarado, está fuera de la ley.
¿Los Jefes de Estado y Jefes de Gobierno, deben tener algún dinero fuera, por si en los países con democracia ficticia y dudosa seguridad, en un cambio de la tendencia política, se incautaran los bienes de las personas gobernantes?
La experiencia que tenemos aquí es: la Segunda República incautó todos los bienes de Alfonso XIII en 1931, cuando se tuvo que ir de España. Don Juan de Borbón, heredero de la Corona, tuvo dinero solo cuando se levantó la incautación y pudo vender el Palacio de la Magdalena de Santander y el de Miramar de San Sebastián.
Hasta entonces, vivió de un dinero que le pasaba todos los años la Diputación de la Grandeza (que son todos los grandes de España con dinero). En 1944 se repartió la herencia de nuestro Padre, el Rey Alfonso XIII, pero en aquel momento, de metálico, ya quedaba muy poco.
Yo, personalmente, pienso, que si nuestro Rey, Don Juan Carlos I, no asegurara fuera de España una parte de su patrimonio, esto sería una imprudencia.
Estos últimos días, salían a la calle las juventudes socialistas, reclamando la Tercera República, con la bandera republicana.
La experiencia que en España hay de las dos anteriores repúblicas, no es para llenarnos de satisfacción precisamente.
Dejad la Monarquía donde está, que observa todos los partidos políticos para que funcionen democráticamente. Pero si la quitan, los partidos políticos de adversarios, pasarían a ser enemigos y no sabemos lo que podría ocurrir, pero seguro que nada bueno.
La Infanta Cristina va atrasada en lo que tiene que hacer: dejar de representar, como Infanta, en los actos oficiales, renunciar al título de Duquesa de Palma y pedir perdón a los españoles. Pero nos es imprescindible que renuncie al marido y matrimonio.
Yo estoy a favor de la abdicación del Rey, Juan Carlos I, porque quiero ver reinar al Príncipe de Asturias como Felipe VI y a su augusto Padre, como su primer consejero vivo. Si no es así, dudo, que estando como está la calle de revuelta, que se le corone.
Adiós.