La restauradora Esperanza Fernández Cañero ha restaurado a la imponente talla de la hermandad del Jueves Santo
La hermandad de la Quinta Angustia ha repuesto al culto al Cristo del Descendimiento tras cinco intensos meses de intensa restauración. El 18 de agosto la imagen fue retirada de la parroquia de la Magdalena para ser trasladada al taller de Esperanza Fernández Cañero donde permaneció hasta el 26 de febrero.
La intervención ha devuelto los brillos originales del barroco a esta imagen atribuida al taller de Pedro Roldán. Por otro lado, la restauración ha reforzado estructuralmente a la imagen, al igual que ha servido para fijar la policromía que presentaba algunas deficiencias según el informe de la restauradora presentado a principios de 2020. Estos trabajos también han destacado por la importante limpieza superficial sobre la talla que arrastraba suciedad desde la última restauración acometida por los Hermanos Cruz Solís en 1984.
Lo más destacado de la restauración está en la riqueza de matices que ha recuperado esta talla cumbre del barroco sevillano que es titular de una de las cofradías señeras de la ciudad. Limpieza que ha llevado a recuperar el paño de pureza original que, presumiblemente, los talleres de Roldán dieron forma con restos de sangre que pueden verse en cada pliegue de esta imagen que regresa a su mejor pasado de la mano de una intervención de carácter científico.
Imagen
Atribuida con total seguridad al escultor Pedro Roldán, que debió de realizarla hacia 1659, año en que el mismo artista estaba trabajando para la decoración escultórica del paso de la hermandad, es una de las tallas más notables de la Semana Santa de Sevilla.
De 164 centímetros de altura es el centro de uno de los conjuntos barrocos más sobrecogedoresde la imaginería española. Su autoría a Roldán lo lleva a similitudes con los cristos de los retablos del Sagrario y la Caridad. Influencias en la talla que también pudo apreciar el autor con el Cristo del Descendimiento de Pedro de Campaña, pintura sobre tabla de 1548 conservada en la sacristía mayor de la Catedral de Sevilla y pudo apreciar el propio Roldán cuando la hermandad se ubicaba en la antigua parroquia de Santa Cruz.
Su anatomía denota el estudio de los cadáveres por parte del autor, elementos que saldrán aún más a la luz cuando la imagen regrese totalmente restaurada a la iglesia de la Magdalena a finales de 2020.
Del mismo modo, la hermandad culminará un trabajo que se inició con la realización de la nueva cruz de José María Leal en 2019 y la reforma del mecanismo de elevación de la misma que será perfeccionado para esta Semana Santa.
Texto: Gonzalo de la Torre