El largometraje documental ‘Marisol, llámame Pepa’, llevado a cabo por la productora sevillana Sarao Films, ha marcado un hito en el panorama cinematográfico español. En concreto, esta obra, que explora la vida de la icónica Marisol, también conocida como Pepa Flores, se ha consolidado como una de las propuestas más celebradas del año. Su reciente éxito en los Premios Forqué, donde se alzó con el galardón a Mejor Largometraje Documental, y su nominación a los Premios Goya 2025 confirman su impacto tanto en la crítica como en el público. Además, se ha publicado recientemente que se encuentra entre las nominaciones de esta edición de Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos a Mejor Largometraje Documental.
Estrenada en el Festival de Málaga en marzo del pasado 2024, la película dirigida por Blanca Torres ha emprendido un recorrido que la llevó por algunos de los festivales más prestigiosos, desde In-Edit Barcelona hasta el Iberoamericano de Huelva. A lo largo de su trayectoria, ha acumulado una serie de premios en citas como Saraqusta, Mon-doc e Islantilla, consolidándose como una de las producciones más destacadas de la temporada.
La película no solo ha brillado en festivales, sino también en su distribución comercial. Su paso por salas de cine y plataformas de streaming como, por ejemplo, RTVE Play, Movistar Plus+ y Canal Sur, así como su emisión en el programa Imprescindibles, ha registrado datos de audiencia sobresalientes. Este éxito demuestra que el interés por la figura de Marisol trasciende generaciones, apelando tanto a quienes crecieron con ella como a nuevas audiencias deseosas de descubrir la historia detrás del mito.
El Premio Forqué, conocido como la “antesala de los Goya”, ha sido un reconocimiento crucial. Los productores Chema de la Peña, José Carlos de Isla y Paco Ortiz, junto a la directora Blanca Torres, celebraron este logro como un aval al trabajo y al esfuerzo invertido en un proyecto que busca redescubrir a Pepa Flores más allá de su imagen pública. En la actualidad, con una nominación a los Premios Goya en la categoría de Mejor Largometraje Documental, la película se perfila como una fuerte contendiente en la gala que se celebrará el próximo 8 de febrero en Granada.
Además, la narrativa de ‘Marisol, llámame Pepa’ es tanto una mirada íntima como una reflexión cultural. A través de imágenes de archivo y testimonios inéditos, el documental ilumina los rincones menos conocidos de la vida de Pepa Flores, separando a la mujer real del ídolo mediático que fue Marisol. Desde su meteórico ascenso como niña prodigio del franquismo hasta su militancia política y su retirada del ojo público, la película traza un recorrido que encapsula no solo la vida de una figura singular, sino también los profundos cambios sociales de España en la segunda mitad del siglo XX.
Pepa Flores, que en su vida adulta luchó por recuperar su privacidad y construir una identidad al margen de las cámaras, se erige como un símbolo de resistencia frente a los mecanismos de la fama. Como recoge la sinopsis del documental, su historia es la de una mujer que tuvo que “desaparecer para recuperar su voz, o mejor dicho, su derecho al silencio”.
De este modo, en un reciente 2025 marcado por un nivel excepcionalmente alto en las producciones documentales, la nominación de ‘Marisol, llámame Pepa’ a los Goya es un logro significativo. La película no solo compite con otros grandes títulos, sino que lo hace reafirmando la relevancia de contar historias que combinan memoria histórica, reflexión cultural y una sensibilidad narrativa única.
La crítica ha destacado la habilidad de Blanca Torres para equilibrar el rigor documental con una emotividad que conecta directamente con el espectador. En palabras de la directora, el objetivo siempre fue “rescatar la humanidad de Pepa Flores más allá del mito de Marisol”, y los premios obtenidos hasta ahora son una prueba de que ese objetivo se ha cumplido con creces.
‘Marisol, llámame Pepa’ no solo rescata la figura de Pepa Flores, sino que también invita a reflexionar sobre los costos de la fama y las luchas internas de quienes son elevados al estatus de iconos. En un contexto donde la industria audiovisual sigue explorando formas de reinterpretar sus mitos, esta película emerge como un tributo necesario y un testimonio poderoso de la capacidad del cine para recuperar y dignificar historias humanas.
En conclusión, intuimos que la espera hasta la gala de los Goya será corta, pero el impacto de ‘Marisol, llámame Pepa’ promete perdurar más allá de la temporada de premios.
Texto: Carlota Acuña
Fotos: cedidas por la productora