Clara Zamora
Escritora y autora del libro “Las mujeres Ybarra: nido y nudo”
Es una de las familias fundamentales para entender la historia de Sevilla y Andalucía en los últimos dos siglos. Ostentan el Condado de Ybarra creado por el rey Alfonso XII el 6 de junio de 1877 a favor de José María de Ybarra y Gutiérrez de Caviedes (1816-1878) que, procedente de Bilbao, se estableció en Sevilla donde emprendió inicialmente su vida empresarial con la producción y venta del aceite de oliva. Fue Alcalde de Sevilla en 1875 y 1876. Desde ese momento, el carácter emprendedor, sus valores tradicionales, su tenacidad y su constancia, los han hecho hacedores propios de la cultura actual de nuestra sociedad. Entroncadas con los varones, las mujeres han jugado un papel primordial en el desarrollo de las cinco generaciones que han visto crecer a los Ybarra en Sevilla. Originarios del País Vasco, fundadores de la Feria de Abril o de algunas de las empresas punteras en la actualidad en nuestra región. Han sido artistas, alcaldes, bodegueros, aristócratas, amigos de la familia real, condes, viajeros, pioneros a su tiempo y aventureros. La historia de los Ybarra contada en voz femenina. La periodista Clara Zamora ha resumido todo ello en un libro bajo el título “Nido y nudo”. Las mujeres Ybarra, en un libro imprescindible para entender a la mujer sevillana desde principios del siglo XX.
¿Cuál es el origen de los Ybarra?
Pues vienen del norte, en el País Vasco. El I Conde de Ybarra, que se instala aquí, es fundamental para toda la historia posterior de España. Es el que cambia parte de la fisonomía de la ciudad fundando la Feria de Abril, fue alcalde, etc. Toma un papel relevante y protagonista. Cambia la idiosincrasia incluso la manera de pensar de los sevillanos. Ahí arranca el libro.
¿Y el título de conde?
Se le concede aquí al final de su vida por su trabajo. Tenían una relación estrecha con los reyes, quizás eso también ayudara.
¿Y cómo nace esta publicación?
El motivo de hacerlo es un encargo que me hace la familia Ybarra en el segundo centenario del nacimiento de este señor (1816). Es la familia pionera en España en contar su historia a través de las mujeres y aquí se le ha dado un bonito protagonismo. Han sido las que estaban en casa velando para que los valores se transmitieran. Es una familia de empresarios y su papel ha sido fundamental en la economía española y andaluza.
De ahí viene el título del libro, ¿no?
Sí. El Nido y nudo. El nido es donde las siguientes generaciones han nacido y los nudos son una metáfora de la transmisión de valores. De cómo esas madres se dedicaron a cultivar en casa los valores tradicionales para después crecer.
¿Cómo aparecen reflejadas en este libro?
Esa es otra cosa bonita del libro. He intentado envolverlas en un contexto sociocultural de la época y se ve como desde la primera a la última existe un cambio evolutivo muy importante en sintonía con la sociedad. Son 19 biografías que tratan 5 generaciones. La primera generación del siglo XX la utilizo para hacer el cambio evolutivo.
Impresiona el trabajo biográfico del libro…
La verdad que ha sido intenso. Ha tenido mucho trabajo porque es una familia muy numerosa y cada uno tiene su forma de pensar. El fruto final ha sido satisfactorio para todos y ha quedado recogida la memoria de todas aquellas abuelas y bisabuelas. Además, las nuevas generaciones Ybarra verán porque ellos son así y porque han heredado lo que tienen.
Hable de algún protagonista…
La primera protagonista es la que hubiera sido condesa pero murió muy joven. Pasa desapercibida, pero es la primera semilla de los Ybarra. Hay algunos capítulos, los históricos sobre todo, que son más duros por la genealogía. Por eso cuento como llega a Sevilla, como conoce al Conde, dónde viven y qué tipo de vida llevaban. Falleció con cinco hijos. El Conde siguió con su vida apoyándose mucho en su hermana y educa a sus hijos con unos valores muy sólidos sin volverse a casar. Todas las primeras del capítulo son condesas, las que inician esos capítulos. La última murió en el año 2007, la madre del actual Conde: Los Ybarra Sainz de la Maza
¿Cómo una familia vasca acaba arraigando tanto en la cultura andaluza?
Mira. El libro solo recoge a las mujeres con descendencia porque si no se alargaba mucho. Un detalle: el primero casa con una vasca, el segundo con una andaluza Osborne pero de tradición anglosajona y el tercero casa con una andaluza genuina de Huelva. Eso marca completamente las siguientes generaciones ya que la madre es la que marcaba la educación. Me atrevería a decir que esta generación es clave, cada uno deriva en algo completamente distinto al original.
De ahí, ¿cuál destacaría?
La segunda mujer, la Osborne. Esta señora es interesantísima porque por una parte viene de los Böhl de Faber, de la escritora Fernán Caballero y por otro lado de los Osborne originales que se asientan en el Puerto de Santa María. La tercera condesa también es muy interesante: Es abuela del arquitecto Miquel Ybarra Oriol. En las últimas páginas cuento la relación de ella con el Cardenal Segura, que prohibió el baile. Entonces, en Los Quintos que era su finca, hacía muchos bailes y fiestas sociales, por eso se quejaba personalmente al Cardenal. El cuarto conde, por ejemplo, tenía una colección de pintura impresionante.
Viendo el libro, se podría decir que está toda Andalucía metida entre sus páginas.
La verdad es que sí. Por ejemplo, la abuela de José Manuel Soto aparece. La típica flamenca divertida que tenía un tablao con Enrique El Cojo y era amiga de Cayetana de Alba. Vienen de esa rama Gómez Rull que eran más del sur.
Destaque alguna anécdota reflejada en el libro…
Miguel Ybarra Lasso de la Vega, fue alcalde de Sevilla e hijo de la tercera condesa. Cuando murió uno de los Hermanos Álvarez Quintero, con los que no tuvo que llevarse muy bien, le encargaron que le llevara tierra de su pueblo, Utrera, a la misa funeral que se estaba celebrando en Madrid. Y dijo: “Yo sí me llevo la tierra, pero para tirársela a los ojos al hermano”.
Leyendo, destaca a la quinta condesa.
Tiene anécdotas muy divertidas después de viuda. Era muy fantasiosa, puro teatro, de las que cambiaba el tono para hablar. Era muy ‘snob’. El hijo se esperaba todo de ella, entonces le dice: “Juan, te quiero contar una cosa, ya lo sabrás”. El dijo que “no”. Ella comentó que “como no lo sabía, si toda Sevilla y España está hablando de eso ya”. El hijo le respondió “Mamá no sé a qué te refieres”. La condesa le dice: “Juan te lo voy a decir pero me extraña que no lo sepas: me meto a monja”. El hijo sorprendido: ¿Dónde?”. Ella: “En Lisboa”. Afortunadamente intercedió su confesor para que no lo hiciera porque no tenía carácter para ello.
Se ve que ha sido una experiencia inolvidable escribir este libro.
Preciosa. Quedará como testimonio de la evolución de la mujer en los últimos dos siglos. Pertenezco a un grupo de investigación que estudia la mujer desde un punto de vista histórico. El libro es la responsabilidad de dibujar una persona que no está en el mundo y tienes que reflejar lo que quede para sus futuras generaciones.
Volviendo a las mujeres Ybarra en general. ¿Han sido avanzadas a su tiempo?
Por ejemplo, la tercera condesa tenía una hija que se llama Blanca Ybarra Lasso de la Vega. Fue una de las primeras mujeres que subió a un crucero en España y fumaba, que tampoco era habitual en las mujeres. Te hablo de los años 20. Fue muy echada para adelante. Viajaban y eso le abre la mente.
Hay un dicho en Sevilla de finales del XIX y principios del XX que decía que “cuando se escuchaban pasos en la calle a las cuatro de la tarde se decía que era un Ybarra que iba a trabajar”.
Sí, lo refleja el libro. Eran muy trabajadores. Destacó el primer conde. Debió ser un señor muy trabajador que levantó muchas empresas. Tanto él como sus hijos. En pleno verano pocas personas se escuchaban a esa hora ir a trabajar y él sería uno de ellos. Fundaron la naviera vasco-andaluza, toda la empresa de alimentación, etc. Supieron aprovechar todos los recursos de la tierra.
¿Es Sevilla una ciudad de hombres?
Creo que no, pero la historia refleja que el hombre ha dado la cara en sus cuestiones laborales, pero siempre han estado ahí ellas y más, hoy en día.
TEXTO: JAVIER COMAS
FOTOS: JAVIER COMAS Y ARCHIVO YBARRA