Cristo Báñez
Diseñador de moda
Su tierra siempre está entre sus labios y en su mente perenne, los paisajes más hermosos del Coto de Doñana. Cristo Báñez es una de las firmas de moda más internacionales de nuestro país. Con treinta y siete años, celebra el veinte aniversario de su primer desfile en aquel Casino de Almonte que parece inalterable al tiempo, con azulejos de patio, sus sillas de madera añeja y el piano que de niño jugaba a tocar. Tenía diecisiete años y el sueño de una ida por delante. Ahora mira la vida con alegría y, siempre, con expectativas de futuro. Miguel Ángel siempre seguirá siendo aquel que corría por el empedrado de las blancas calles de su pueblo y soñaba con ser lo que hoy día es. Paseamos por el corazón de Almonte, la casa donde siempre se busca a la Virgen del Rocío y donde cada día pone su manto en una de las familias más queridas de la localidad onubense. Así es Cristo Báñez y esta es su esencia.
¿Quién es Cristo Báñez?
Sin dudarlo, soy diseñador, es a lo que siempre aspiré y lo que de pequeño quise ser. Pero en este mundo artístico he tocado muchos ambientes y, ahora con las nuevas tecnologías, algunos también me pueden incluir como ‘influencer’.
Este paseo arranca en la plaza principal, la de la Virgen del Rocío de Almonte. El corazón del pueblo que le vio nacer…
Es todo. Mi entorno, mis inicios, mis raíces… Hay un fandango de Huelva que dice: ‘Nunca está mejor un árbol que en tierra donde se cría’. Aquí está mi cultura, de donde son mis padres y en lo que me he convertido. Mi madre es una mujer que ha tenido un taller de costura toda la vida y mi padre es una persona muy vinculada al Rocío.
¿Por qué Cristo?
Es un homenaje a mi madre. Yo me llamo Miguel Ángel, mi madre, Cristobalina, y la conoce todo el mundo como Cristo. Es una modista muy conocida en la comarca. En homenaje a ella me puse ese nombre. Algunos de mis amigos me dicen Miguel.
Si menciono a la Virgen del Rocío en su familia…
Imagínate. Hay muchísima devoción. Mi familia ha estado siempre muy vinculada al Rocío. Mi padre ha sido vicepresidente de la hermandad Matriz, hermano mayor de la hermandad y delegado de Romería del Ayuntamiento. Cuando vinieron el Papa y la Reina Sofía a la aldea, él estaba en la recepción. Recuerdo casi toda mi niñez y mi adolescencia en la hermandad.
Y llegó la moda, ¿cuándo tuvo sus primeras inquietudes en el diseño?
Nací en la clínica de Fátima de Sevilla y cuando terminé el colegio, volví para seguir estudiando. Siempre quise ser diseñador y lo tuve en mi mano con mi madre, pero mi padre decía que el bachillerato lo tenía que tener y después que hiciera lo que quisiera. Fui la primera promoción del bachillerato de artes en el pabellón de Chile. Cuando acabe, hice diseño, moda, estilismo y patronaje industrial. En el instituto tenía una asignatura que se llamaba ‘Técnica de la expresión gráfica’ y mi trabajo fue dibujar un vestido. Mi profesora me presentó a un concurso y me eligieron sin saberlo. Después, empecé y seguí con la ayuda de mi madre. Mi primer desfile lo hice con 17 años. Este año se cumplen 20.
Llegamos al Casino, el lugar de aquel desfile…
Me emociono estando aquí. Este sitio es pensar en mi padre. Era una persona maravillosa, religiosa y buenísima. Fue el presidente del Casino durante muchos años y aquí he pasado toda mi infancia. Aquí hice mi primer desfile. Me he llevado mucho tiempo sin entrar en este sitio, muchas veces no paso ni por la puerta.
¿Qué ha cambiado en estos 20 años?
Creo que no he cambiado, he evolucionado. La gente tiene que crecer. Empecé en un mundo de mayores siendo un niño, pero lo tenía muy claro. Solo ha cambiado el asentamiento personal y algunas prioridades. En el mundo de la moda nunca se termina de evolucionar y esa evolución ha sido increíble. Pero vamos, yo sigo siendo ese niño de Almonte que salió de aquí queriendo ser diseñador. Conservo los mismos amigos, las mismas inquietudes, las mismas ganas. No me da miedo por plegar velas y empezar nuevo.
Y llegó la Casa de Alba…
Han supuesto muchísimo. No es lo mismo cuando estás en el top, que la gente te quiere por lo que te quiere…, que cuando era un niño de Almonte que tenía su tienda en Sevilla. Allí, Cayetana y Eugenia apostaron por mí. Ha sido muy bonito. A Eugenia la quiero mucho y a su hija Tana la hice el traje desde que era pequeña y el último fue este año. Para mí es una familia más, clientes de toda la vida.
Ha presentado en Telecinco y ha vivido el mundo delante de las cámaras, ¿con qué se queda de eso?
La experiencia fue aprender. Pienso que tenemos que aprender de la gente. Cuando trabajas con un equipo llenos de profesionales, te vas quedando con muchos amigos. Soy un poco esponja…
¿Qué le dice a su tierra?
La intento reivindicar muchísimo. He trabajado fuera de España, en Londres, y me encantaba cuando yo tenía que explicar que era Andalucía. Decía: “Soy del ‘South, de Doñana, el Rocío… ahí”. Pienso que es una pena renunciar a las raíces de uno. Mi familia ha luchado mucho para que sea alguien que he querido ser y huir de eso sería una pena y una deshonra para ellos.
¿Cuáles son sus grandes referentes?
Valentino es un gran maestro de la alta costura. Me encanta Alexander McQueen,… Ahora digo que mi evolución es que yo a ellos los miro ahora como artistas. Para mí la moda es el nuevo arte que se zarandea por el cuerpo. Los patrones son arquitectura. Me emociono viendo las colecciones. Aunque no me lo pongo o no se lo ponga el cliente, es arte.
¿Y su pasarela más inolvidable?
Voy a ser muy claro: SIMOF. Andalucía y Sevilla tienen un sello muy personal. La moda flamenca es la única regional que evoluciona con el tiempo. Ahora toda la alta cultura se está inspirando en ella; desde Channel, Yves Saint Laurent, Givenchy,… Jon Galiano ha venido aquí a ver talleres de diseñadores. Tenemos una gran suerte los jóvenes diseñadores teniendo a nuestra mano SIMOF. Una pasarela internacional a tu alcance. Además, fue a la primera que me subí. La flamenca se ha convertido en una alta costura internacional.
¿Volverá a la moda flamenca tras este aniversario?
Nunca dejé la moda flamenca, la aparqué porque tenía otros compromisos laborales que me ocupaban mucho tiempo y en la moda flamenca la gente quiere que estés tú.
Supongo que siempre recordará este desfile del 20 aniversario en su tierra…
Ha sido un homenaje a mi madre, a los trajes que ella llevó cuando fue hermana mayor, a mis inicios, a mi gente, al Rocío… He tenido a muchas top model que no se subían a la pasarela desde hace años: Raquel Revuelta, Elisabeth Reyes, María José Suárez, Raquel Rodríguez, Noelia López y muchas amigas. Ha sido inolvidable.
En plenitud de su carrera, ¿qué le pide Cristo al futuro y a la vida?
Le pido salud. Aunque parece que es un tópico, te das cuenta con el tiempo que es lo más importante. Quiero quedarme como estoy y que te respeten como persona y como profesional Cuando se pierde el respeto, se pierde todo.