Isabel Gemio
Periodista y escritora
Es una de las caras más reconocidas de la televisión en España de las últimas décadas. Programas como “Sopresa sorpresa” o “Lo que necesitas es amor” han marcado su trayectoria y aún permanecen en la memoria colectiva de este país. Isabel Gemio es una periodista de raza y una mujer de bandera. Desde su plano profesional hasta su perspectiva más personal. Acaba de escribir un nuevo libro, «Mi hijo, mi maestro», en el que narra la enfermedad su hijo Gustavo, la distrofia muscular. Enmarcada en las enfermedades raras, “es una de las más crueles que existen”. Hace poco estuvo en Sevilla para hablar a corazón abierto. Así es Isabel, madre, periodista y, después, madre.
«Mi hijo, mi maestro», Ese es su título
Sí, Ya está en la calle la segunda edición y estoy muy contenta. Cuento la verdad, siendo lo más sincera posible y contando lo que hay con estas enfermedades. Es mi testimonio como madre.
¿Qué puede encontrar el lector en él?
Se divide en tres partes, primero es la parte de la madre. Cuenta lo que he vivido desde que comencé los papeles de la adopción. Luego hablo como mujer, donde hablo de la conciliación, del sentido de la vida, de la eutanasia, meditación, la dificultad de las mujeres para y al final, la parte más periodística final donde hablo de la investigación y la evolución en este campo de las enfermedades minoritarias. Es un recorrido por la enfermedad en su vida desde que nos enteramos que la padecía.
Se ve que su hijo es lo que más quiere en la vida, ¿cómo vivió todo aquello al descubrir su enfermedad?
Al final cuando no sabes nada porque llegas a un mundo desconocido. Al principio no quise saber de nada y me negué a aprender. Me quedé bloqueada y prefería no saber ni conocer. Durante siete u ocho años estuve como una zombi, sin querer saber. Después pasas a la acción y dices: ‘¿qué puedo hacer?’.
¿Cómo se animó a escribirlo?
Lleva dos meses en el público. La verdad que no lo tenía pensado, me animaron a hacerlo. Soy muy reservada para mi vida, pero muchos me han apoyado para escribirlo.
¿Cómo está Gustavo ahora?
Ahora, en tratamientos, no hemos encontrado todavía la fórmula para su cura. Los dos niños son felices. Atravesamos una etapa maravillosa, sin sustos ni urgencias.
Después de lo vivido, ¿cómo anima a la gente a vivir estas enfermedades?
Lo primero, que vayan a un especialista y a partir de ahí no caigan en el desánimo. Este libro lo he hecho con todo el corazón y aceptando que no es fácil.
En el plano personal, ¿cómo está Isabel Gemio?
Muy bien y muy feliz. Cada vez que vengo a Sevilla aún más.
Entonces, ¿qué es esta ciudad para Isabel Sevilla?
Es alegría. Cada vez que vengo me llegan muchos recuerdos a la mente. Cuando trabajaba con Jesús Quintero y con tantos bueno profesionales.
¿Cuándo vivió aquí?
Antes de mis hijos, que ya tienen 22 años. La última fue en el año 87. Luego volví en 2005 para hacer “El Debate”.
¿Madrid o Sevilla?
Las dos. Evidentemente, aquí hay más calidad de vida.
Lleva dos años acudiendo a los Premios Escaparate, ¿con qué se queda de ellos?
Me lo pase genial. Los dos últimos años que he venido se han hecho en sitios preciosos.
Indudablemente, “Sopresa sopresa” fue el programa por el que todo el mundo la reconoce, Háblenos de esa etapa.
Tengo maravillosos recuerdos de todos los programas que he hecho. Llevo trabajando treinta y tantos años. A los dieciséis empecé en la radio. De todos los programas he aprendido, he hecho muchísimas cosas. Con aquel programa, tuve la suerte de tener mucho éxito, estoy muy agradecida a la vida. En esta profesión no es suficiente tener talento y suerte. Hay muchos factores que influyen en este éxito.
¿Le siguen recordando aquello?
Donde quiera que vaya. La gente me sigue tratando con muchísimo cariño. Todavía me extraña que la gente me reconozca tanto, la verdad.
¿Qué diferencias encuentra entre la forma de hacer televisión de antes y ahora?
Son tiempos distintos. En la mía se hacía un tipo de programas y ahora otros, ya está. No sé si mejores o peores, eso que lo juzgue el público.
Después de tanto vivido en la vida, ¿quién es Isabel Gemio ahora?
Ante todo, madre. Luego soy amiga, porque la amistad es fundamental; la familia que elegimos, con las personas que tenemos las cosas en común, una manera de entender la vida, una ética, uno valores… Luego, mi profesión es muy importante para mí pero no es lo primordial.
Y, ¿cómo es?
Una persona coherente, que he tratado de mantener esa coherencia toda mi vida y en todo lo que hago. Una persona muy apasionada por todo lo que emprendo. Soy muy intensa en lo bueno y en lo malo, sufro mucho cuando toca sufrir. Disfruto mucho de la vida, de los pequeños placeres, de las pequeñas y grandes cosas; que al final es que te quieran y sentirte querida. Una persona sencilla, normal. Nunca he tenido metas, nunca he sido una persona ambiciosa. Soy una persona agradecida que le gusta mirar de dónde vengo, extremeña. Soy una persona abierta que cree en la libertad por encima de todo, el mayor don que podemos tener los seres humanos.
¿Qué papel juega la familia en todo esto?
Para mi es el hogar, donde alrededor de ello funciona tu vida: primero la de tus padres y luego la que tú construyes. Si tienes suerte con la familia, te la marca para mi bien y si no, es al contrario. Primero mis hijos, mis padres que ya murieron, mis sobrinos y las orejas que he tenido en cada momento. Es lo que te da la seguridad o la inseguridad, depende de cómo sea, es también el núcleo de muchas frustraciones, cuando alguien uno se siente querido o no se siente valorado, el lastre de esos desafectos marcan mucho el carácter y personalidad de cualquiera. Las parejas si funcionan bien en cada momento, bien. No he tenido problema en vivir sola. Si soy feliz sí, si no, prefiero estar sola.
Pues, al final el tiempo es de cada uno.
Así es. La vida es una.
Entonces para Isabel, ¿qué es la vida?
La vida para mi tiene que tener un sentido. No me imagino venir solo para vivir, para mí misma y los míos. Hoy día le veo el sentido de hacer algo por los que están más allá, por la gente que sufre, por la gente que tiene enfermedades hereditarias. Ese es el sentido de mi vida en estos momentos.
De ello nace la Fundación Isabel Gemio.
La creamos para incentivar y promover la investigación en enfermedades minoritarias, creo que es un campo en el que hay poco investigado.
Siempre la solidaridad…
La solidaridad nos hace vivir mejor, ser más felices. Los neurocientíficos hablan de ello: Las personas más generosas, que se desprenden más del egoísmo personal, viven mejor, son más felices y enferman menos. Los países más felices son los más generosos, no los más ricos, por algo será.
¿Es difícil ser generoso?
No lo veo nada difícil. Lo que pasa es que vivimos en un tiempo de mucho egoísmo, de mucho individualismo; cada uno pensando nada más que en lo suyo. Es como “ande yo caliente y ríase la gente”. En cualquier caso sería una pobre vida. Pasar por la vida sin dejar huella, nada más que en los tuyos… Creo que hay que ir un poco más allá, que la sociedad hay mucha gente que tiene mucho problemas. Si podemos compartir, vale la pena.
Volviendo a su trabajo, ¿qué personas le han marcado en la vida profesional?
Varias. Desde mis referentes radiofónicos de Radio Barcelona, donde comencé; desde Jesús Quintero o Jesús Hermida, nos admiramos mutuamente.
¿Cuál es el color de Isabel Gemio?
El rojo, soy muy pasional.
Un personaje histórico.
Clara Campoamor. Me pareció una mujer muy valiente para su época. Es un honor para mí tener el premio que lleva su nombre.
Un artista.
Me gusta mucho la pintura y la literatura. Diría que Dostoyevski. “Crimen y castigo” es una pasada.
Una ciudad para vivir.
A eso no me obligues que hay muchas. Cada época de mi vida he vivido en muchos sitios: en Sevilla, en Barcelona, en Gerona, ahora en Madrid… procuro adaptarme donde vivo.
Un lugar en el mundo.
Un sitio poco habitado, tranquilo, sin ruido y que haya belleza;, que demasiada suciedad hay ya en el mundo.
Una petición al futuro.
Que haya más investigación en enfermedades minoritarias y que mi hijo se cure. En definitiva, salud.
Texto: Javier Comas
Fotos: Raúl Caro