María Jiménez
Artista – «Se acabó»
Su nombre propio es su nombre artístico y es que ella no necesita más preámbulo. Es única, sin conservantes, ni colorantes. La palabra artista en ella encuentra su máxima expresión. No sólo canta y baila. Ella es artista en todos los campos de su vida. Retirada del mundo, vive junto al mar y cuando quiere baja al mundanal ruido y se reencuentra con el Pueblo que la quiere y la admira. Ella nunca escuchó a las lenguas de vecindonas. Su provocación ha sido ser insultantemente libre y aunque su canción decía que esto se acabó, nada más lejos porque prepara un disco que de antemano sabe el Señor que será un éxito de oro y platino. María es mucha tela que cortar y aunque no la corta nadie se entrega, porque sobre todo es una buena mujer. Reza a diario. No se arrepiente de nada, ni conoce el miedo. Conoce el dolor con el que pelea a diario, porque rendirse no entra en sus planes. Quizás por eso admira al Cid Campeador. De ella se ha dicho todo, pero sigue abriendo las puertas de su genuina casa a quien llama a su puerta con buena fe. Recibe a nuestra revista, porque no sabe hacer otra cosa que entregarse a la gente que le quiere y la admira, como es mi caso. Un regalo de entrevista. Sin extenderse en las respuestas, con sus silencios me empapó de una vida repleta de vivencias y de la que aprender en la mejor y en la peor de sus versiones. María es artista. Nació así por la gracia de Dios.
Mario Niebla del Toro. Cuando usted me diga.
María Jiménez. Cuando tú quieras.
M.NdT. ¿Quién es María Jiménez?
M.J. Una mujer que sabe cantar y bailar. Ni más, ni menos. Me siento una persona normal, sencilla. Yo voy por la calle y me para la gente. Me piden algunas veces una foto y les pido diez euritos. Si me dicen que no los tienen les digo que se las voy a regalar (risas). Hay otras veces que no las hago, porque no estoy de ánimo y no pasa nada. Soy una persona muy normal.
M.NdT. ¿Cómo era María en su más tierna infancia?
M.J. Una niña a la que le gustaba cantar, mucho, mucho. Soñaba con ser artista. En Triana, en la calle Betis.
M.NdT. ¿Qué es la libertad?
M.J. La libertad es María Jiménez. Esa es la libertad. Sin filtros. Sin tapujos.
M.NdT. ¿Y el amor?
M.J. El amor es una cosa que es imprescindible en la vida. Amor duele y vivir sin amor no se puede. Yo le canto al desamor. No me ha ido muy bien en el amor. Siempre he puesto el ojo en el sitio equivocado. No he tenido puntería. Los apasionamientos me cegaban.
M.NdT. ¿Se imagina la vida sin pasión?
M.J. Imposible. Yo no existiría sin pasión. No existiría.
M.NdT. ¿Y sin música?
M.J. Sin música menos. Van las dos cosas unidas para mí.
M.NdT. ¿A quién escucha?
M.J. Escucho muchas canciones mejicanas. Mi fuente de inspiración es México. De toda la vida. No de ahora. Desde que empecé cantando en Los Gallos.
M.NdT. ¿A quién admira?
M.J. Yo admiro a María Jiménez mucho, porque ya me quedan pocos. De los que me gustaban ya no están. Eran Camarón, Chiquetete… Ya se fueron. Los que están están por descubrir. No me gustan mucho. No conozco a nadie que me haya pegado el pellizco.
M.NdT. Lleva treinta años viviendo en La Barrosa, junto al mar, apartada del ruido. ¿Qué le trajo aquí?
M.J. Tenía casa en Madrid. Me compré casa en Sevilla, que vendí hace dos años, pero me gustó esto. Me vine con Alejandro, lo metí en el colegio aquí. Hizo la primera comunión en Los Salesianos de aquí. Estoy más tranquila aquí.
M.NdT. ¿Qué me puede decir de Sevilla?
M.J. Que es una ciudad maravillosa. Tengo grandes amigos en Sevilla que me quiere mucho. Tú lo sabes. Voy por Sevilla me va parando todo el mundo y me dan besos. Me motiva y me emociona pasear por Sevilla. Las dos cosas. Me siento querida en mi ciudad.
M.NdT. ¿Reza?
M.J. Claro, claro que rezo y mucho. Soy creyente. No practicante, pero soy creyente. Soy muy rociera, aunque ahora hace un par de años que no voy. No puedo ya con la espalda, con la cadera. Me cuesta montarme en el coche de caballos…
M.NdT. He visto una ventana de esta casa llena de rosarios…
M.J. Sí… (sonríe).
M.NdT. ¿Algo de lo que arrepentirse?
M.J. No he hecho nunca nada malo. Arrepentirme de nada. Lo que ha pasado, pasado está y lo que no me ha matado me ha enseñado.
M.NdT. ¿El mejor y el peor momento de su vida?
M.J. El mejor cuando nacieron mis hijos y el peor cuando se mató Rocío. Ni más, ni menos.
M.NdT. ¿Qué le da miedo?
M.J. No le conozco. No conozco el miedo, Mario. No sé lo que es el miedo. Yo tengo respeto a las cosas, pero miedo no le tengo a nada.
M.NdT. ¿Qué le mueve a María a seguir luchando?
M.J. Los dolores me hacen seguir luchando precisamente contra ellos. Me peleo contra el dolor. No es que me crezca, sino que me motiva a luchar contra él. Le puedo la partida.
M.NdT. ¿Queda tinta en el tintero de María Jiménez?
M.J. Yo creo que sí, bastante todavía.
M.NdT. ¿Habrá nuevo disco?
M.J. En ello estoy. Estoy estudiándomelo (sonríe).
M.NdT. ¿Cómo quiere que la recuerden cuando dentro de trescientos años cuando le toque irse al jardín?
M. J. (Risas). No lo sé. No tengo ni idea. Como una mujer fuerte. Me han tocado muchas banderas en la vida y todas las he cogido con arte, con categoría y con fuerza.
M.NdT. ¿Me puede decir algo que no se sepa de usted?
M.J. Se sabe todo. Se ha contado todo. Lo malo me resbala y lo bueno me encanta (risas). Creo que como a todo el mundo!
M.NdT. ¿Un libro favorito?
M.J. Libros muchos, miles. Me ha gustado siempre leer. Leía siempre en la cama. No me hacía falta pastillas para dormir. Lo que pasa es que ya no veo bien. Me pongo las gafas y éstas se me ponen todas torcidas. Yo ya no leo. Ahora me pongo la tele, me tomo un Relajante y me duermo la mayoría de las veces. Otras no lo consigo.
M.NdT. ¿Un personaje histórico?
M.J. El Cid Campeador.
M.NdT. ¿Una frase?
M.J. Se acabó.
M.NdT. ¿Un día?
M.J. Cualquiera del año.
M.NdT. ¿Un color?
M.J. El turquesa.
M.NdT. ¿Un plato?
M.J. Sencillito.
M.NdT. ¿Un número?
M.J. Dos: el tres y el siete.
M.NdT. Ya hemos terminado. Un placer.
M. J. El placer ha sido mío.
Texto: Mario Niebla del Toro
Fotos: Aníbal González