ENRIQUE BECERRA, tabernero y escritor: “Ya tengo tres libros terminados y otros tres en ejecución”
Enrique Becerra, un nombre que resuena en el mundo de la restauración sevillana, ha encontrado una nueva forma de mantener vivo su amor por la taberna a través de la escritura. Con una trayectoria de cuatro décadas al frente del emblemático restaurante que lleva su nombre y su tiempo tras la barra del establecimiento familiar en la calle Recaredo, Becerra ha canalizado sus experiencias y anécdotas tabernarias en relatos que atrapan la esencia de su oficio. Su más reciente obra, «El gran salto y otras historias tabernarias», es una recopilación de vivencias enriquecidas con su aguda pluma y su firme convicción de que cada taberna alberga historias únicas que merecen ser contadas.
En esta entrevista, acompañamos a Enrique Becerra en la presentación oficial de su libro en Sevilla, donde revela cómo la escritura se ha convertido en una continuación natural de su vida como tabernero. A pesar de una vocación periodística frustrada, su pasión por las letras nunca se desvaneció, y ahora, con tres libros ya terminados y otros tres en proceso, Becerra comparte su viaje literario. Nos adentramos en su universo creativo, explorando cómo su pasado tras la barra sigue inspirando sus historias y cómo cada relato es un homenaje a su oficio y a las personas que lo han acompañado en este camino.
¿Qué le inspiró a escribir ‘El gran salto y otras historias tabernarias’?
Pues, una vez jubilado tras 49 años de oficio y mucho tiempo para pensar, decidí que tantas vivencias y experiencias no podían perderse en mi memoria. Si las escribía las podría revivir y compartir, y lo hice en modo ficción, contando historias basadas en experiencias personales, pero “aderezadas” con salsas inventadas.
¿Qué tipo de historias podemos encontrar en este libro?
Hay historias tiernas, duras, sarcásticas, humorísticas, con personajes tomados prestados de otras historias, pero siempre pasadas por el filtro tabernario, omnipresente en toda la obra, cuyo eslogan es; “Cada taberna tiene su historia y cada historia tiene su taberna”. Esa frase lo dice todo.
¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Tuvo alguna rutina específica?
Pues no. Comencé a escribir la primera (El gran salto) y las demás fueron surgiendo a borbotones. A veces tenía que parar para tomar nota de mis ideas y pensamientos y que no se difuminaran. Fue un proceso vertiginoso.
¿Cómo influyó su experiencia en una taberna en la creación de los personajes y escenarios? ¿Algún cliente o evento específico se ha reflejado en la historia?
Imagina un palco en primera fila (el mostrador) por delante del cual pasan durante casi cincuenta años todos los actores habidos y por haber. No sólo han influido en mis relatos, sino en mi vida y, claro que sí están reflejados –que no retratados—en esas historias.
¿Hay algún personaje en particular que esté basado en alguien que conoció en la taberna? Si es así, ¿puede contarnos algo más?
Pues sí. Muchos. Pero si te lo cuento perderíamos la intriga de los relatos, que la hay.
Las historias tabernarias suelen tener un toque nostálgico y una conexión con la vida cotidiana. ¿Qué mensaje o sensación espera transmitir a los lectores? Me permito tomar prestado un verso para contestar esta pregunta: todo pasa y todo queda/ pero lo nuestro es pasar/ pasar haciendo caminos/ caminos sobre la mar/ nunca perseguí la gloria…
¿Por qué este título «El gran salto y otras historias tabernarias»? ¿Qué significa «El gran salto» dentro del contexto del libro?
“El Gran salto” fue la primera historia que escribí y, probablemente, la más verídica (aunque no al cien por cien). La foto de la portada del libro tiene que ver con ella. En dicha foto se ve a mi padre y mi tío Pepe el día que estrenaron su primera cafetera a presión dando el salto (un gran salto) de tasca a café bar y, a partir de ahí… surge el resto.
¿Cómo ha sido la recepción del libro hasta la fecha? ¿Algún comentario o crítica que le haya sorprendido o emocionado particularmente?
Me han dicho muchas cosas, afortunadamente todas muy bonitas. Espero que este libro tenga un recorrido largo a pesar de que está autoeditado. Además de Amazon, se puede comprar en tabernas y otros sitios tabernarios; restaurante Becerrita, carnicería de Rafael Hidalgo (mercado de la Puerta de la Carne), bodega Morales, Viña y Licor (C/Arfe), Gran Café España (C/ Javier Lasso de la Vega) y otras muchas que espero se sumen al proyecto.
¿Tiene planes para futuros proyectos literarios? ¿Seguirá explorando temas relacionados con tabernas y vida cotidiana, o piensa abordar otros géneros o estilos?
Claro que tengo planes; planes y realidades. Ya tengo tres libros terminados y otros tres en ejecución, siempre relacionados más o menos directamente con el mundo tabernario. Sigo a rajatabla el consejo que me dio Juan Eslava Galán: “Mira, Enrique; buenos taberneros hay muchos; gente que escriba bien, también, pero personas que tengan esas dos cualidades unidas, hay muy pocas. Ese es tu camino”. Y por él voy transitando.
¿Qué consejo le daría a aquellos que están empezando en el mundo de la escritura y buscan inspiración en sus propias experiencias de vida?
Que pierdan el pudor a abrir su mente y que todo, repito, todo, es susceptible de ser manipulado y modificado al relatarlo; siempre y cuando sean historias de ficción.
Texto: Carlota Acuña Ruano
Fotos: Pablo Pérez Rojas