Raúl Aragón, gerente y fundador de esta empresa sevillana, tiene el placer de presentarnos una de sus grandes aficiones. El empresario es un amante de los caballos desde que era pequeño y son ya varios los años que lleva compitiendo en una de las disciplinas más elegantes, si bien desconocida para algunos, el enganche de tradición. Esta bonita afición le permite disfrutar de sus dos grandes pasiones, los caballos y los carruajes antiguos.
Una filosofía de vida marcada por una rutina en la que saca un hueco diario, entre familia y trabajo, para entrenar con sus caballos, recibir clases técnicas de un entrenador personal, preparar los equipo de arneses o carruajes y un largo etc. Todo esto es lo que implica ser un competidor a nivel nacional e internacional en esta disciplina, pero Raúl goza de una gran disposición para continuar haciendo lo que tanto le ilusiona y le mantiene inquieto.
En la actualidad España, y más concretamente nuestra comunidad, es un referente a nivel mundial por su excelencia, calidad y cantidad de enganches en sus numerosos certámenes que se celebran cada año en distintos puntos de nuestra geografía. El empresario se siente agradecido con todo lo que le aporta este entretenimiento puesto que, además de disfrutar de carruajes, caballos, guarniciones, cocheros y pasajeros, es la única disciplina hípica en la que puedes ir acompañado de tu familia o amigos, durante el concurso, convirtiéndolo en algo especial, pues al compartir todo se disfruta mucho más.
¿Desde cuándo y a qué se debe esta gran pasión?
De siempre. Mi padre era muy aficionado a los enganches. Su abuelo tenía una empresa con mulos y caballos para hacer los transportes a Sevilla y me imagino que me viene de ahí. Yo desde los dieciocho, estoy montando y, desde los veintitrés, enganchando.
¿Dónde se suelen celebrar los concursos de enganche de tradición?
Los concursos de esta disciplina se realizan en lugares muy emblemáticos, en ciudades y en campo abierto como, por ejemplo, en Sevilla o en el Parque Nacional de Doñana.
¿Cuáles son las ramas dentro de esta disciplina?
En esta disciplina hay dos ramas: el Concurso de Exhibición que se celebra en Sevilla, Jerez o Ronda, donde solo se puntúa la presentación y la destreza al guiar. Por otro lado, los CIAT o CAT, concursos internacionales o nacionales de tradición. En este caso, se divide en tres fases: una presentación individual ante tres jueces, un recorrido que suele ser entre 12 y 15 kilómetros, en el cual tienes que mantener una velocidad que te marca el reglamento y superar una serie de pasos controlados y, por último, una prueba de manejabilidad, la cual está diseñada para demostrar la pericia del cochero al sortear una serie de puertas evitando derribar la baliza y cumpliendo el tiempo estimado por el jurado. La presentación se realiza en la plaza de España, el recorrido de los 15 km por el parque de María Luisa y la manejabilidad se valora en los jardines del Prado.
¿En qué se basa la puntuación obtenida en la presentación?
En la presentación se puntúan varios aspectos. En primer lugar, la impresión general, que es el protocolo de enganche internacional y proporciones; respecto a los caballos, se valora la doma, la limpieza, el bienestar; las guarniciones también son valoradas por el ajuste al caballo, al carruaje, limpieza, estado de conservación y calidad de elaboración; el carruaje, es decir, la calidad dentro de su familia, el estado de conservación, la calidad de su restauración, complementos; y, además, se tiene en cuenta la vestimenta, la posición y el comportamiento del cochero y los pasajeros.
Respecto a los carruajes antiguos, ¿qué valor tienen? ¿son difíciles de conseguir?
Los coches son únicos. Por eso, mientras más documentado esté, mejor, puesto que tiene una referencia histórica en la que se puede verificar que no es una copia. Estos coches no son fáciles de conseguir, son auténticas obras de arte. Existen buscadores encargados de ir a castillos, casas o fincas para encontrarlos, se los compran a sus dueños y los ponen en circulación. Después, tú lo compras y lo restauras; lo peor no es comprarlo, hay que restaurarlo. Además, si esto es algo que te encanta siempre quieres tener más de uno, te vuelves como un coleccionista. Más allá de la restauración o del valor que le aporta la documentación al carruaje, la única forma de aumentar su valor es la puntuación que va adquiriendo en competiciones.
¿Qué representa Sevilla para este mundo del enganche?
Sevilla es el referente y es donde se encuentra lo mejor, a nivel mundial, con diferencia. Aquí hay mucha gente aficionada y mucha calidad, por eso, cada vez que nos presentamos a un concurso internacional, recibimos una muy buena valoración, en la presentación y en la calidad de los coches y caballos.
Texto: Carlota Acuña Ruano
Fotos: Gerardo Morillo