Y aquí estoy, escuchando a Sabina, pensando que el fin del mundo casi nos llega (crucemos dedos, para que sea casi) hace hoy, justo un añito.
Todavía recuerdo, claro que si no lo recordara tendría un problema grave de memoria, que nos dicen que tenemos que meternos en casa, no salir y no relacionarnos con nuestros familiares, ni amigos, y nos cierran la calle, los bares, los comercios, la vida. Gracias a Dios tengo un enano, que se llama Mario, al que pude descubrir y amar más de lo que ya lo hacía. También descubrí el patio de mi casa, que sí, que es particular y cuando llueve se moja como los demás, pero me dio la vida. Y no nos quitaron como al suertudo de Sabina, el mes de abril, no, a nosotros nos robaron un año.
Pero, y ojito, cuando parecía que empezábamos a ver la luz, se empiezan a suceder una serie de catastróficas desdichas ¿o son dichas? Todo depende del ojo que lo mire, pero al lorito.
Aparece Filomena, así sin más, que no Filomeno y viste de blanco a Madrid y a Instagram de miles de caras conocidas, casi en pelotas, para deleite de muchos. Es lo que tiene, nieva y oye que te da por desnudarte.
Se incendia California, y tiembla Granada, pero ahí no queda la cosa, empiezan a pasar cosas más terrenales en nuestras vidas.
Ayuso nos quita a Pablo Iglesias de la vicepresidencia del gobierno y se nos va para Madrid, que no me digáis que no es una dicha, para unos, claro, para otros, una desdicha.
Harry y Meghan hablan con Oprah y revolucionan a la Casa Real británica y a medio mundo, por Dios, si Twitter era el infierno en llamas. Las opiniones, mire usted, para todos los gustos, y yo si os digo la verdad, me quedé igual que estaba, pero sí, me la tragué entera. En mi vida nada ha cambiado, tengo que puntualizar.
Rociíto, después de media vida callada, se sienta y nos lo cuenta todo de golpe, así sin esperarlo, sin anestesia, sin tener siquiera un atisbo de que eso iba a suceder, ¿No os dais cuenta de que realmente el virus nos ha “transformao”? La entrevista aún no la vi entera, pero ahí está grabada, cómo no, si la he visto crecer, es casi de la familia. Y no, no me ha dejado indiferente.
El Atlético de Madrid va primero en la liga, el Sevilla el cuarto, pero ¿a que le coge el Betis? Y yo me pregunto ¿dónde está el Numancia? ¿Dónde? Que viene a ser como Plasencia, que sí que está ahí, pero ¿dónde?
Volvemos a no tener Feria de Abril, bueno, sí, vamos a tener la feria de cuando éramos niños y lo único que nos gustaba era ir a los cacharritos. No, si al final vamos a tener que agradecer a la pandemia que nos devuelva a la infancia…
La Semana Santa no nos dará calles repletas de devotos, pero sí iglesias en las que podremos visitar a nuestra Esperanza Macarena, a la Esperanza de Triana, y al Gran Poder, a agradecer y pedir. Por ese orden, pero señores, por favor, tened compasión, porque este año a nuestras vírgenes, cristos y santos no les va a dar la vida.
Hasta yo he experimentado un cambio desde la llegada al mundo del covid y de lo más sorprendente, y es que, visualizando el brillo del oro en una de mis tarjetas de la cartera, observo que no me podré comprar ni bolsos, ni zapatos con ella, pero oye, puedo mirar cómo va mi salud, que no comprarla, y ¡ojo!, después de años, voy y cojo cita para verme todo todito todo, me la dan, con el Dr. Moya (sin premio, bonitos) y le digo que es que después de 47 años ya es hora que vea por dónde voy, por si finalmente es verdad que el fin del mundo está cerca, me coja prevenida y con conocimiento de causa, ¡por fin voy a tener un idilio con Adeslas!, ya os contaré si tuvo final feliz.
Mientras, echaré de menos mi Semana Santa en Zahara, mi Antonio, mi Almadraba, mi Sal y mi Zoko. Hasta estoy pensando en imaginarme que el Guadalquivir tiene olas y tirarme como si no hubiera un mañana de encima de mi tabla de paddle surf como si fueran las olas del mar Atlántico, algo es algo.
Pensad que la destrucción es un regalo, un camino a la transformación y que no basta con desear las cosas, los deseos no nos cambian nada, son las decisiones las que lo hacen, así que tomadlas buenas y no permitáis que nadie, ni siquiera un virus os quite las ganas. Aunque estemos de aniversario, hay aniversarios que es mejor que nunca hubieran existido, y como dice mi amado Sabina, vacúnate de lo que duele y no te enceles con el mar.
¡Bienvenida primavera!
Por Ana Nievas @ananievas_
@mordiscodemujer ? @savethecrown
Mamá de Mario y obsesa del buen gusto y la buena educación.
Diseño y creo cosas en mi cabeza desde que me levanto y escribir ocupa el rato en el que soy más yo, de todos mis ratos.
Founder & designer de Mordisco de mujer y Save the Crown.
Antes escribía en Yo Dona («Sur by Sur» 2013/2018), ahora en la revista Escaparate de Sevilla con «Save the Pepper».
Me casé tres veces, me separé otras tres, esperando encontrar ese amor que te hace cosquillitas en la barriga todo el rato.
Ahora, el romance es conmigo misma.
A mi, los hombres, en su justa medida, me inspiran, y por eso y como romántica empedernida que soy, pienso que encontraré a la persona que merezca mi respeto,mi admiración, mi pasión y mis ganas. Mientras, vivo.