Mario Niebla del Toro Carrión.
Director de la Revista Escaparate
Mire usted, para qué se lo voy a ocultar. Estoy muy feliz porque le escribo sobre las páginas de la edición con la que nuestra revista cumple ocho años con sus ocho primaveras, veranos, otoños e inviernos. En este mes lleno de septiembre cumplimos ocho años de lluvias, chubascos, tormentas, días soleados y nublados. Ocho años de frío, mucho frío, y de un calor sofocante. Ocho años de días placenteros y de no pocas noches de desvelo. Ocho años de cierres de edición hasta llegar a esta, la noventa y dos que suena a Expo. Ocho años de éxito porque lo han sido de trabajo y más trabajo porque, no se equivoque, no hemos hecho otra cosa que trabajar ocho años por hacer un trabajo serio sin mirar a un lado ni a otro, haciendo el caso justo a las críticas y consejos, siempre mirando adelante. Ocho años en los que hemos parido un sueño de papel surgido en una noche de verano y que sigue creciendo por día. Puedo decir tranquilamente que Escaparate es a día de hoy la revista social líder en Andalucía en cuanto a continuidad, porque no hemos dejado de salir un mes en ocho años, pero también líder porque ninguna otra jamás de carácter local ha alcanzado la notoriedad mediática como Escaparate a nivel nacional. Escribo esto a días de nuestros VIII Premios Escaparate y personajes y personalidades venidas de toda España llenarán Sevilla para celebrar con nosotros el milagro de un nuevo año sanos y salvos con lo que ha tronado en este tiempo muy señor mío. Nuestros premios volverán a llevar a Sevilla a miles de personas, incluso fuera de nuestras fronteras, gracias a mis compañeros de los medios españoles y extranjeros, por nuestra gala de aniversario y eso como sevillano no puede más que llenarme de orgullo y sobre todo de compromiso y responsabilidad. Este año, si el tiempo lo permite, será en la Plaza de América del Parque de María Luisa, gracias al Ayuntamiento de Sevilla con motivo de su Centenario. Son muchos los detalles y más las horas que cualquier parafernalia de estas llevan detrás, pero aun más son las ilusiones que arrastramos mi equipo y yo por seguir siendo un escaparate líder y a la altura de nuestra sociedad. Gracias a todos… Con este panorama no puedo estar por tanto más que feliz como le decía y sin pegas por nada pese a que no han sido pocas las trabas y los obstáculos que nuestro éxito acarreó y acarreará en este mundo complejo porque complejo lo planteamos. La vida nos da una pequeña chispa de locura al nacer para que nosotros hagamos algo o nada con ella y nada ni nadie debe hacer que la perdamos. Benditos locos los que osan a ser felices. Mi felicidad es producto de una actitud ante la vida, ante la bonanza y ante la adversidad. Felicidad por tener a una familia que me ama, por unos padres únicos, por una madre que reza a diario por mí, por unos amigos tan maravillosos como imperfectos. Por una ciudad tan hermosa como difícil con la que me gusta perderme de madrugada cuando cosiendo va la luna un traje negro noche que sabe a zambra, a jazmín y a vino. Por una carrera profesional “quijiotesca” pero que me hace sentir pleno. La vida, ya lo dijo alguien, es el mayor espectáculo del mundo. Una gran melodía con cambios de ritmos y a su ritmo no al que queremos que vaya porque, como sabe, no por mucho madrugar amanece más temprano. No pierda el tiempo, empléelo en ser feliz porque perder tiempo es el mayor de los derroches. La vida es hoy, no espere a mañana para salir ahí fuera y gritar. No espere a mañana para vivir la vida y bebérsela con o sin hielo hasta el final. No espere a mañana porque la vida es hoy. No espere, porque el espectáculo de la vida debe continuar.